Objetivo: no pagar más de 300.000 euros por una vivienda y no más de 1.000 por un alquiler. Solución: poner kilómetros de por medio. Es lo que se plantean miles de personas atrapadas en alguna de las grandes capitales, como Madrid, Barcelona, Valencia o Málaga, núcleos donde se concentran las oportunidades laborales. Los precios han dinamitado el mercado inmobiliario en las grandes urbes. Solo queda hacer la maleta y trasladarse hacia otros lugares bien comunicados por transporte público, sobre todo ferroviario, donde los precios son considerablemente más bajos.
El éxodo inmobiliario cobra intensidad, al tiempo que se agudiza la crisis de acceso a la vivienda. “La subida de precios ha empujado a muchas familias a buscar vivienda en zonas alejadas del centro con el objetivo de ahorrar en sus rentas mensuales o de comprar una vivienda más asequible”, indica María Matos, directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa. Este portal ha analizado el efecto de la movilidad en el precio de la vivienda en las principales ciudades. Coincide en la tendencia Juan Ramón Prieto, director de Operaciones de la inmobiliaria Solvia: “La periferia o incluso municipios más alejados de las grandes ciudades, pero bien conectados por transporte público, están ganando protagonismo en todas estas grandes urbes”. Y añade: “Es una opción cada vez más valorada por quienes buscan alternativas asequibles sin alejarse demasiado del centro”.
Sin embargo, el precio es una mancha de aceite que se va extendiendo, contaminando territorios aledaños. Segunda, tercera, cuarta periferia… José María Alfaro, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI), pone un ejemplo: “El precio medio de una vivienda en Aranjuez es de 1.800 euros por metro cuadrado, mientras que en Madrid es de 4.000 euros. Tiene tren de Cercanías directo con Atocha en 45 minutos y los precios todavía no han alcanzado el pico de 2008, aunque están subiendo muy deprisa”. Además, Alfaro cree que ese ahorro tiene un coste: “Más kilómetros diarios, más gasto en transporte, más tiempo perdido en desplazamientos y, en definitiva, una menor calidad de vida”.
Pero hay quien no puede elegir y decide alejarse incluso a otras comunidades autónomas. Los ciudadanos que trabajan en Madrid tienen opciones interesantes gracias a la conexión ferroviaria de la alta velocidad con las provincias de Segovia, Valladolid, Cuenca, Toledo o Ciudad Real. “En zonas urbanas conectadas con viajes de entre 30 y 60 minutos en trenes Renfe Avant con Madrid se registran reducciones del precio entre un 60% y un 75%”, según el análisis realizado por Fotocasa.
Mientras en Madrid capital una vivienda media de 80 metros cuadrados cuesta 440.000 euros, en Segovia baja a 160.000, en Toledo, a 140.000 y en Ciudad Real, a 110.000 euros. No obstante, la estación Segovia-Guiomar no se encuentra en el centro de la ciudad, por lo que el tiempo de desplazamiento se incrementa ligeramente. Respecto a los alquileres, son hasta un 50% más bajos en todas estas ciudades. “Las mejoras en la movilidad, especialmente gracias a transportes públicos rápidos y con precios competitivos, generan nuevas realidades que pueden tener un notable efecto en el mercado de la vivienda”, comenta Matos. Considera que “la generalización de estas dinámicas podría contribuir a destensar un poco los precios de la vivienda en Madrid”.
Otras opciones son dos clásicos: Seseña (Toledo) y Valdeluz (Yebes). Aunque la evolución de estos dos desarrollos, fruto de la burbuja inmobiliaria, ha sido muy diferente. “Seseña, con una población de alrededor de 30.000 habitantes, tiene una infraestructura más desarrollada, más servicios y una mayor oferta en términos de actividades, lo que atrae tanto a compradores como a inversores. En cambio, Valdeluz, con una población mucho más pequeña, de unos 4.000 habitantes, carece de tracción, lo que ralentiza su recuperación, pese a que está en ello”, explica Prieto.
En el caso de la provincia de Barcelona las frecuentes incidencias en los trenes de Rodalies en Cataluña no ayudan, pero también aquí hay alternativas. A 20 minutos en tren, el precio desciende hasta un 334%, de acuerdo con el análisis hecho por Fotocasa para Negocios. Es el caso de La Llagosta, donde un piso cuesta 163.000 euros de media. Aquí también se pueden encontrar alquileres de entre 700 y 800 euros. “Es la estación más barata de la provincia a menos de 30 minutos en tren del centro de Barcelona”, recoge el informe. También a menos de 30 minutos está Montmeló, donde el precio de un piso es de 167.000 euros, o Mollet del Vallès, donde hay oferta por 192.000 euros.
En Solvia destacan el alza en el volumen de compraventas de viviendas en Sabadell, Granollers y Terrassa, donde los precios han subido entre el 6,6% y el 7%, pero “siguen siendo niveles más asequibles que los de Barcelona”. “Esto podría acelerar todavía más el movimiento hacia fuera si la tendencia continúa”, cree Prieto.
Más lejos están municipios costeros al sur de Barcelona como Vilanova i la Geltrú, o incluso hay quien da el salto hasta El Vendrell, en el Baix Penedès, en la provincia de Tarragona. “Tienen una variación interanual de compraventas importante y están conectados por autopista sin peaje (AP7), de peaje por C32 o Cercanías”, indica Carles Sala, portavoz del COAPI de Barcelona.
A 11 minutos de Valencia
En el caso de Valencia, a 11 minutos del centro de la ciudad (estación Valencia Nord), en Masanasa, el precio baja un 300% y se encuentran pisos por 132.000 euros. También en Catarroja, por 115.000 euros. A 30 minutos la rebaja es del 354%. Es el caso del municipio de Puçol, con un precio medio de 116.000 euros. En Sagunto los hay por menos: 112.000 euros. Respecto al alquiler, basta con alejarse 30 minutos en tren de Valencia Nord para encontrar rentas un 61% más bajas. Puçol, por 577 euros al mes, “es la estación más barata de la provincia”, inciden en Fotocasa. En Solvia nombran también como alternativas más económicas Torrent, Burjassot, Alzira y Gandía.
Esta misma agencia sitúa a Antequera como la opción más económica, con un precio de 1.271 euros por metro cuadrado, de la provincia de Málaga. “En localidades como Fuengirola o Benalmádena, los costes son ya más elevados que en la capital”, sostiene Prieto. Y a 21 minutos del centro, en la estación Montemar Alto (Torremolinos), las rebajas son modestas: del 49% (un piso cuesta de media 311.000 euros), según el análisis de Fotocasa.
En el caso de Sevilla, a siete minutos en tren del centro, en la estación Palacio de Congresos, el precio baja un 42% y comprar un piso cuesta 210.000 euros. A 17 minutos, en la estación de Dos Hermanas, se recorta un 132%, hasta 128.000 euros. En las provincias de Málaga y Sevilla, el precio del alquiler a 30 minutos del centro de ambas capitales es hasta un 30% más barato.
En el caso de la provincia de Bizkaia, a tan solo 14 minutos del centro de Bilbao el precio baja más de un 100%. Es el caso del entorno de la estación de Barakaldo, que cuenta con un precio medio de 207.000 euros. A 19 minutos del centro, en estaciones como Portugalete, el precio baja hasta un 38% y un piso cuesta de media 314.000 euros. Y a 20 minutos del centro, el precio de la vivienda baja otro 100% en estaciones como Santurtzi, que cuenta con un precio medio de 216.000 euros. En cuanto al alquiler, a tan solo 20 minutos en tren, el precio del alquiler baja un 26%. Es el caso de Santurtzi, con un precio de 11,87 euros al mes por metro cuadrados, según Fotocasa.