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Una mañana de pesadilla en las estaciones de Atocha y Santa Justa: “Hay mucha gente esperando y poca información”

“En menos de una hora desde nuestra salida, nos quedamos parados y anunciaron que cortarían la luz. Totalmente a oscuras, sin poder usar baños. Así hemos estado hasta las 6.00 de la mañana”, cuenta Francisco Letrán, un viajero que salió de Madrid en la línea ferroviaria de alta velocidad (AVE) a las 20.45 del domingo con destino Sevilla. El tren salió con 40 minutos de retraso. La máquina se paró una vez pasado Toledo debido a dos incidencias registradas este domingo: el robo de cables de cobre en cuatro puntos de la línea ferroviaria que une la capital madrileña con la andaluza en torno a las 17.44 del domingo; y un “enganchón” de un tren de Iryo en la misma línea que arrastró la catenaria y agravó el problema. En total, debido a los dos incidentes se han visto afectados unos 16.000 viajeros entre la jornada del domingo y la de este lunes. “No lo entiendo, no tiene sentido que dejaran salir al tren cuando estábamos en riesgo de quedarnos atascados”, dice Francisco, “hemos pasado mucho frío porque abrieron las puertas y sacamos los chaquetones para abrigar a los niños”.

Lo mismo se preguntaba este lunes por la mañana Almudena Álvarez, una viajera que hizo el domingo el trayecto partiendo de la ciudad del Guadalquivir. El viaje que dura de forma habitual dos horas con 40 minutos, salió de Sevilla a las 19.50 y se convirtió en una odisea de más de nueve horas a bordo de un tren en que se agotaron el agua y los alimentos. Y en el que nunca se apagaron las luces para poder dormir. “Primero estuvimos una hora parados sin saber qué pasaba. Luego nos dijeron que habían robado unos cables y que el tren avanzaría poco a poco según se pudiera. Así, toda la noche”, relata.

Tanto la estación de Santa Justa como la de Atocha han amanecido en el primer día de la semana copadas por miles de pasajeros cuyos trenes sufrían retrasos debido a las incidencias. Mientras Belén, Marina, Nerea y Eva, cuatro amigas que viajan juntas desde Madrid saliendo a las 10.00, conservan la calma que da saberse de vacaciones, en Sevilla, Beatriz Montero intenta coger el tren más próximo para llegar al Museo Arqueológico de Madrid, donde tiene que realizar a las 15.30 el segundo examen de una oposición a conservadora de museo. “Parece que no llego a tiempo. Estoy con una ansiedad de caballo”, asegura Beatriz, a la vez que valoraba si le compensaba viajar en un coche compartido durante seis horas. “Si no me presento, tengo suspenso automático. Hoy nos examinamos cinco personas y les presentaré los papeles del viaje al tribunal, a ver si tienen piedad. Me quedan dos exámenes más”, relata.

“Yo voy por trabajo”, cuenta Fernando en Madrid. Su tren tenía previsto salir desde Atocha con destino Sevilla a las 9.30. “Solo espero que cuando tenga que regresar por la tarde ya se haya solucionado la avería”, dice mientras espera al otro lado de la cinta roja y blanca que, en teoría, divide a los viajeros que tienen su tren más próximo a salir de los que tienen que esperar algo más. Todos buscan estar cerca de las pantallas, a la espera de que aparezca el andén al que deben ir. A las diez de la mañana seguían señaladas como próximas salidas los trenes de Cádiz de las 7.00 o de Granada a las 7.30. Ambos con una advertencia en rojo: “Demorado”.

“¡Tren Sevilla de las nueve de la mañana, vayan pasando, por favor!”, dice un trabajador de Adif por el altavoz sobre las 10.00. Hay aplausos y silbidos entre los viajeros. Con una hora de retraso, comenzaban a partir los primeros trenes con ese destino. Elena Fernández logra acceder por fin a la estación de Atocha, pero se cuida de cantar victoria. “Mi amiga tenía un tren a las 7.00 y aún está en el andén esperando. Nos están llevando dentro, pero no sabemos si podremos salir”, explica ella, que va a la Feria de Abril con esa amiga. “Creo que nos uniremos y nos iremos en coche”, dice la joven, que no quiere perderse el inicio de la Feria y hará “cualquier cosa” con tal de salir de Madrid.

Muchos de los viajeros temen perder el tren y con él, precisamente, las celebraciones de la Feria de Abril, que se inician este lunes con la noche del pescaíto. Entre la muchedumbre se ve algún traje de gitana y flores prendidas en el cabello. Liliana Esquivel lleva doblado con cuidado en una bolsa un traje de raso rosa y negro con volantes que delata su destino. Viaja junto a su marido y en sus planes aún está salir a cenar esta noche por las calles de Sevilla. “Mañana él y unos amigos irán a los toros, pero yo no porque soy animalista”, dice señalando a su esposo.

Para el mediodía, los trenes comenzaron a salir a su hora desde Sevilla. Renfe anunció que la ruta Granada-Sevilla, con Avant, previsto para las 12.17 en principio saldría puntual desde Santa Justa. “Confío en llegar a tiempo a la universidad, pero visto como está la cosa, no lo sé”, cuenta la estudiante Elena Morado al momento en que en la pantalla aparece su tren con el andén señalado. Dos horas después, Renfe informaba que de la línea entre Andalucía y Madrid en la mañana de este lunes ya habían salido 20 trenes: 15 en dirección hacia Madrid y otros cinco hacia Andalucía.

En Atocha, los trabajadores y la policía han logrado mantener cierto orden en el interior de la estación, pero desde que empezaron a circular nuevamente los trenes a Sevilla, los vestíbulos se llenaron de pasajeros que lo mismo viajaban a las 10.00 que tres horas después. Se oyen varios idiomas y varios acentos comentando la situación, todos pendientes de que los llamen. “Esto es horrible”, dice un pasajero en inglés mientras ve cómo por la rampa bajan y bajan personas que se suman a las colas en la entrada.

Marisol, una viajera venezolana, ha llegado hace unos minutos a la estación y no entiende nada de lo que sucede. “¿Que han robado unos cables? No tenía ni idea, aquí no nos han dicho nada”, asegura. Su viaje a Sevilla comenzaba a las 10 de la mañana, pero aún no les han dicho cuándo podrían salir nuevamente: “Solo veo mucha gente esperando y nada de información”, lamenta. Renfe calcula que de los 29 trenes de la compañía que han salido entre la mañana y el mediodía, el retraso medio ha sido de dos horas, aunque algunos convoyes se han retrasado más de cuatro. Como las operadores privadas Iryo y Ouigo, la situación se ha ido normalizando en la tarde, aunque eso no ha evitado nuevos retrasos.