MADRID, (EUROPA PRESS)
El Ballet Estatal de Viena ha regresado este viernes al Teatro Real 25 años después de su primera visita, a la que se suma otra en 2017, con dos emblemáticas coreografías: la vertiginosa ‘Concertante’, de Hans van Manen, y la poética ‘4’, de Martin Schläpfer, actual director y coreógrafo principal de la compañía.
La función de este viernes, recibida entre aplausos por el patio de butacas, ha sido la primera de un expresivo programa doble que hace bailar las emociones a través de cuatro funciones, desde este 23 al 25 de mayo.
El Ballet Estatal de Viena debutó en el Teatro Real hace cuarto de siglo, en marzo de 2000. En aquella ocasión, los bailarines vieneses mostraron en su carta de presentación un elevado nivel técnico y expresivo a través de una inolvidable ‘Manon’ de Kenneth MacMillan. Volverían en 2017 con ‘El corsario’ de Manuel Legris (sobre el original de Marius Petipa) para inaugurar la temporada madrileña.
Las dos coreografías de este 2025 permiten identificar la personalidad de sus creadores y la versatilidad de sus intérpretes. En el caso de ‘Concertante’, forma parte de una trilogía –junto con ‘Polish Pieces’ y ‘Kammerballett’– creada por Hans van Manen en 1994, durante su periodo como coreógrafo residente en el Nederlands Dans Theater, con la iluminación de Joop Caboort y el colorido vestuario de Keso Dekker, responsable también de la escenografía.
Tomando como base ‘Petite symphonie concertante’ de Frank Martin, uno de los compositores suizos más llamativos del siglo XX, ocho bailarines (hombres y mujeres) han atravesado el escenario uno tras otro y han ocupado el espacio en medio de una atmósfera de solemnidad repleta de brazos en movimiento y largas zancadas de trazada contemporánea.
De este modo, hombres y mujeres se han presentado ante el público con idénticas mallas unisex de Keso Dekker, con rayas irisadas de un brillo sutil, en un canto a la igualdad, en el que todos los contactos son efímeros y nacen continuamente unos de otros, en una atmósfera marcada por una extraña tensión derivada del comportamiento juvenil –no hay que olvidar que ‘Concertante’ fue concebida para bailarines de 17 a 20 años de edad de la compañía de jóvenes promesas NDT 2– y lúdico de los ocho hombres y mujeres, en medio de emociones que giran en torno a la agresividad o la ternura.
A destacar el solo masculino de gran virtuosismo, lleno de ágiles juegos de pies y un sinfín de rápidas vueltas, al que acompañan secuencias en grupo y ‘pas de deux’ con combinaciones cambiantes de los ocho bailarines, que se rodean y rondan unos a otros como las piezas de un puzle.
Tras esos intensos 22 minutos, se ha interpretado en escena la poética ‘4’, primera coreografía creada para el Ballet Estatal de Viena por su actual director, Martin Schläpfer, sobre la Sinfonía nº 4 en sol mayor de Gustav Mahler, durante poco más de una hora.
En 2020, Schläpfer acababa de llegar a la compañía y quería implicar a todos los bailarines en el proyecto, mostrar su potencial como conjunto, las habilidades de los solistas, la personalidad de cada intérprete, y la composición y la biografía del compositor austriaco le ofrecían una paleta inagotable de colores con los que trabajar.
En esta pieza, una mujer busca un camino. Tantea el terreno con precaución y da un paso tras otro con una leve cojera. De pronto se desploma, pero enseguida se levanta y, absorta en sus pensamientos, se lleva una mano a la cabeza. Se vuelve hacia delante, hacia la orquesta y su director, luego hacia el público, y, como abriendo lentamente los brazos, comienza la música: los primeros compases de la Sinfonía de Mahler, estrenada en 1901.
A esta mujer se le une una segunda y ambas se embarcan en una danza llena de ingenio y astucia, hilo conductor de una pieza en la que los protagonistas comentan, intervienen, irritan, a veces se maravillan y son testigos de anhelos, desesperanzas y distorsiones de la humanidad. También hay lugar para grandes secuencias grupales que hacen un guiño a los grandes divertimentos del ballet romántico, antes del tercer movimiento, marcado por un ánimo catastrofista que muestra a cuatro parejas en una lucha existencial que concluye con un grito de desesperación,
A la función de este viernes, se suman las del sábado 24 de mayo (a las 17:30 y 21:00 horas) y 25 de mayo (18:00 horas). Las funciones cuentan con la Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la dirección de Matthew Rowe, y la participación, en los últimos minutos, de la soprano española Marina Monzó en Sinfonía nº 4 en sol mayor de Mahler. En 2022, Monzó recibió el premio Ópera XXI a la mejor cantante joven y el premio Ópera Actual a la mejor artista joven. Un broche de oro a una velada repleta de emociones.