Estados Unidos ha puesto sobre la mesa de negociaciones para la paz en Ucrania un nuevo ultimátum: o este proceso se muestra posible en cuestión de días o Washington se retira de las conversaciones. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, que se reunió el jueves en París con el presidente francés, Emmanuel Macron, para abordar un posible alto el fuego entre el ejército ucranio y el ruso, ha afirmado este viernes que Estados Unidos tiene que valorar si se puede alcanzar la paz actualmente. “No vamos a continuar con este esfuerzo durante semanas ni meses. Por lo tanto, necesitamos determinar rápidamente, y estoy hablando de cuestión de días, si esto es factible en las próximas semanas”, ha dicho. “En los próximos días tenemos que determinarlo y, si no es posible, pasar a otra cosa, porque Estados Unidos tiene otras prioridades”, ha insistido.
Rubio, que ha recordado que la guerra “tiene lugar en el continente europeo”, conversó con Macron, representantes del Reino Unido y Alemania y también una delegación ucrania. “[Los tres países europeos] pueden ayudarnos a hacer avanzar las cosas y acercarnos a una solución. He encontrado sus aportaciones útiles y constructivas”, ha señalado. Son las únicas declaraciones de su visita. Ayer, tras las reuniones, no hubo comparecencia a la prensa. París destacó que las conversaciones a tres fueron fructíferas y “son la oportunidad para llegar a una convergencia”.
También el jueves, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante un encuentro en la Casa Blanca con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, manifestó que “esta semana” habrá una respuesta de Moscú a la propuesta de alto el fuego. “Veremos qué pasa. Tendremos noticias de ellos [Rusia] esta semana. Muy pronto, de hecho, y ya veremos”, dijo el mandatario republicano. El pasado 11 de marzo, durante una reunión a tres en Yeda (Arabia Saudí) con representantes ucranios y rusos, el equipo estadounidense propuso un cese de hostilidades en el frente por un periodo de 30 días. Kiev aceptó la oferta, pero el presidente ruso, Vladímir Putin, condicionó su apoyo a que se suspendiera tanto la asistencia internacional al ejército ucranio como la movilización de nuevos efectivos y su entrenamiento.
Este viernes, tras las declaraciones de Rubio, el Kremlin ha afirmado que se habían hecho “algunos progresos” en las conversaciones, pero que los contactos eran bastante complicados con Estados Unidos, informó la agencias Reuters. “Los contactos son bastante complicados, porque, naturalmente, el tema no es fácil”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. “Rusia está comprometida con la resolución de este conflicto, garantizando sus propios intereses, y está abierta al diálogo. Seguimos haciéndolo”, añadió.
Preacuerdo para los minerales
En paralelo al ultimátum lanzado por Rubio, los gobiernos de Ucrania y Estados Unidos han dado un paso más en las conversaciones para alcanzar un acuerdo sobre la explotación de los minerales ucranios, un asunto clave en el actual proceso de negociaciones en torno a la invasión rusa abierto en febrero por el presidente estadounidense, Donald Trump. La ministra de Economía ucrania, Yulia Sviridenko, comunicó a última hora del jueves que su país había firmado un preacuerdo con el Departamento del Tesoro norteamericano, bajo el mando de Scott Bessent. “Nos complace anunciar la firma, con nuestros socios estadounidenses, de un memorándum de intenciones, que allana el camino para un Acuerdo de Asociación Económica y el establecimiento del Fondo de Inversiones para la Reconstrucción de Ucrania”, señaló Sviridenko en su perfil de la red social X.
En el mensaje, la también vice primera ministra ucrania añade dos fotografías: una de ellas sellando el papel pactado entre las partes y otra de Bessent haciendo lo propio en su despacho. La rúbrica se ha oficializado a distancia y sin encuentro entre los ministros. Según el contenido de este preacuerdo, publicado este viernes por el Ejecutivo ucranio, el primer ministro del país, Denis Shmihal, viajará a Washington el próximo día 21 para reunirse con Bessent y “finalizar” las discusiones técnicas. Cinco días después, los equipos negociadores de las dos partes informarán de los avances para, si hay consenso, firmar incluso ese día el documento final, que tendrá que ser ratificado por los parlamentos de ambos países.
We are happy to announce the signing, with our American partners, of a Memorandum of Intent, which paves the way for an Economic Partnership Agreement and the establishment of the Investment Fund for the Reconstruction of Ukraine. pic.twitter.com/AQsHPkWh5X
— Yulia Svyrydenko (@Svyrydenko_Y) April 17, 2025
”Esperamos que el Fondo”, ha continuado Sviridenko en su nota a través de las redes, “se convierta en una herramienta eficaz para atraer inversiones en la reconstrucción de nuestro país, la modernización de la infraestructura, el apoyo a las empresas y la creación de nuevas oportunidades económicas”.
El acuerdo para la explotación de los minerales, tierras raras y otros recursos del subsuelo ucranio, entre los que estaría el gas y el petróleo, ha sido una de las prioridades de la Administración Trump desde el inicio del mandato y comienzo de las conversaciones con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. A falta de conocer los detalles del pacto final, la idea de partida era la creación de un fondo común en el que Ucrania aportaría el 50% de los ingresos por la explotación futura de todos los recursos naturales de titularidad estatal.
Pese a la buena sintonía entre los equipos negociadores en las primeras semanas de conversaciones y tras un primer preacuerdo, el diálogo entre las partes se rompió tras la traumática reunión entre Zelenski y Trump el pasado 28 de febrero en la Casa Blanca, en la que el líder ucranio fue increpado por el republicano y su vicepresidente, J. D. Vance, por no mostrar su agradecimiento a la ayuda prestada por Estados Unidos durante los últimos tres años de guerra. Trump ha reiterado que Kiev debe devolver, a través de este acuerdo, todo lo recibido, que calcula en más de 300.000 millones, tres veces más de las cifras reunidas por el centro de análisis y monitoreo alemán Kiel Institute.
El texto del memorándum firmado ahora no aborda la devolución de ese dinero, aunque sí reconoce que Estados Unidos “ha proporcionado un importante apoyo financiero y material a Ucrania desde la invasión a gran escala de Ucrania”, iniciada el 24 de febrero de 2022. Este documento tampoco habla de garantías de seguridad, una de las condiciones imprescindibles establecidas por Zelenski en primera instancia para firmar el pacto. Washington considera que la mejor protección del territorio ucranio es el establecimiento de un acuerdo económico a través del que Estados Unidos y sus empresas tendrían una fuerte presencia en el país y que, por tanto, serviría de disuasión a una futura nueva agresión rusa.
Las negociaciones sobre este acuerdo de explotación de recursos naturales han planteado en el Gobierno ucranio y la sociedad civil preocupación ante la posibilidad de pérdida de soberanía. En una reunión mantenida recientemente entre Zelenski y un grupo de periodistas, el líder ucranio señaló que buscaba un acuerdo que fuera “beneficioso” para su país. “Tú aportas la tecnología”, manifestó el presidente en referencia a Estados Unidos, “nosotros la producción”. “Invertimos el dinero juntos. Empleos, producción. Nuestra gente gana, también sus empresas, que tienen tecnologías que no están disponibles en Ucrania”.
En este sentido, el preacuerdo firmado por Sviridenko y Bessent dice lo siguiente: “Los Estados Unidos respetan la intención de Ucrania de evitar conflictos en la elaboración de un acuerdo con los compromisos de Ucrania de unirse a la Unión Europea o acuerdos con instituciones financieras internacionales y otros acreedores oficiales”. Kiev firmó en 2021 con Bruselas un memorándum de entendimiento sobre minerales.