El nuevo presidente de Estados Unidos ha marcado un rumbo estratégico claro para su país. Lo dibujó en su discurso de investidura: consiste en promover la extracción de petróleo, gas y carbón y, con ese ‘boom’ de energía barata, desarrollar una industria manufacturera Made in USA e impulsar la inteligencia artificial. Ni rastro de energía verde.
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Donald Trump ha suprimido los programas de incentivo fiscal a las empresas de tecnología renovable impulsados por su predecesor Joe Biden. Ha eliminado también las ventajas para los vehículos eléctricos. Y ha sacado a Estados Unidos de los Acuerdos de París, de lucha contra el cambio climático. El mensaje es claro: la prioridad para hacer “América Grande de Nuevo” no está en los coches eléctricos, las turbinas eólicas o en los paneles solares, sino en las grandes posibilidades de internet regadas con energía barata, aunque sucia, y pocos impuestos. Por eso los magnates de las principales tecnológicas (Apple, Meta, X, Amazon) estuvieron en primera fila en su inauguración. Y por la misma razón ha anunciado un plan de medio billón de dólares (de dudosa viabilidad) para impulsar la IA.
En este contexto, para España y la Unión Europea se abre una ventana de oportunidad. El hueco que deje Estados Unidos en la economía sostenible pueden ocuparlo las empresas chinas y las compañías del viejo continente. Respecto a las segundas, especialmente se abren opciones para las españolas, según un informe de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España (AmChamSpain). La organización reúne a 270 grandes sociedades estadounidenses y españolas con una facturación agregada de 250.000 millones de euros. Entre ellas están Amazon Spain, Bank of America, Alcoa, AstraZeneca, Coca-Cola y Google.
“En un contexto global de transformación hacia modelos sostenibles y de reorganización de las cadenas de valor globales, España tiene una oportunidad única: posicionarse como un polo de atracción de industria y tecnología sostenibles y un referente energético en Europa”, se lee en la ‘Propuesta Estratégica España: Nueva Potencia Industrial, Digital y Energética’ de la AmChamSpain. “Con abundantes recursos renovables, una infraestructura industrial sólida y una ubicación geográfica estratégica, el país está bien posicionado para duplicar el peso de la industria, alcanzando un 22% del PIB para el año 2035”.
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Renovables para reindustrializar
Así, mientras Trump propone para Estados Unidos un flujo de energía barata contaminante basada en hidrocarburos con el que lanzar una “edad de oro” de su economía, la Cámara de Comercio de Estados Unidos sugiere para España usar el maná energético renovable para reindustrializar el país y hacer que su industria pase de representar el 11% del PIB al 18%.
“La capacidad de generación renovable de España, sumada a un entorno de estabilidad y competitividad en precios, ofrece un contexto altamente atractivo para atraer industrias para las cuales el coste de la energía sea un factor determinante”, se lee en el informe. “Sectores como la metalurgia, el vidrio, la cerámica, el cemento, la química, el papel, los fertilizantes, la automoción y otros intensivos en energía, así como los centros de datos necesarios para el despliegue de la inteligencia artificial y centros de investigación de medicamentos, requieren un suministro energético estable y asequible para poder operar de forma rentable. España, con su oferta energética, tiene el potencial de convertirse en el destino preferido para estos sectores en Europa, consolidándose como un polo de atracción de industria de alto valor añadido integrada en las cadenas de valor globales”.
Y no es solo la abundancia de recursos de sol y viento y una gestión de grandes espacios “significativamente superior” a la del resto de Europa. Es que la regulación del Gobierno y las decisiones de inversión del sector privado han permitido que se genere ya más del 50% de la energía proveniente de fuentes renovables. Esa energía puede llegar a las empresas gracias a una “red eléctrica robusta y eficiente” e impulsar el desarrollo tecnológico gracias al “amplio despliegue de redes de última generación eficientes de alta capacidad y velocidad”. El país ha alcanzado una cobertura del 92% en 5G y del 96% en fibra.
El contrapunto es que, en los últimos tiempos, sin embargo, y tras la crisis energética desatada por la guerra de Ucrania, España se ha abrazado al petróleo y al gas de Estados Unidos. El país americano llegó a ser a principios del año pasado el mayor proveedor de crudo y de gas natural licuado del sistema energético español, tras disparar sus ventas en los dos últimos años por la crisis, informó David Page.
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Estrategia de la UE frente a Estados Unidos
Esta semana, Estados Unidos se ha salido por orden de Donald Trump de grandes instituciones y acuerdos internacionales, del citado Acuerdo de París a la OMS, pasando por el tratado para imponer un mínimo del 15% de impuestos a las multinacionales. Frente a ese golpe al multilateralismo, la Unión Europea planea responder diversificando su comercio con otros países y manteniendo el rumbo en las cuestiones fundamentales de seguridad económica y autonomía estratégica.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sacó este miércoles la tarjeta roja al presidente de Estados Unidos. Advirtió en Davos de que millones de puestos de trabajo americanos dependen de la UE. Y apuntó que Bruselas diversificará sus socios comerciales, incluyendo a India, a donde la presidenta viajará en los próximos días, y China. Estados Unidos ha estado pidiendo a la UE que desacople su cadena de valor de la del gigante asiático. Washington considera a Pekín un rival sistémico en público y, en privado, una amenaza al orden americano.
«Nuestros valores se mantienen, pero para defenderlos en un mundo cambiante, debemos cambiar nuestra forma de actuar. Debemos buscar nuevas oportunidades allí donde surjan. Este es el momento de ir más allá de bloques y tabúes», dijo Von der Leyen.
En lo particular, apuntó a un dato poco conocido pero que confiere a la UE algo de palanca frente al dominio industrial y tecnológico de Estados Unidos: la UE tiene 1,4 billones de euros en ahorro financiero, frente a los 800.000 millones del país americano. Pide crear un auténtico mercado común de capitales. Para impulsar, con ello, el futuro de la UE y de España en el nuevo orden mundial económico.
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