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Secuestros, torturas y dedos amputados: una ola de ataques sacude a empresarios de criptomonedas en Francia

A las 8.20 de la mañana del martes, en el adinerado distrito 11 de París, justo cuando las familias acompañan a sus hijos al colegio, tres hombres encapuchados y armados bajan de una furgoneta blanca de reparto y tratan de secuestrar a una mujer que camina por la calle con su hijo de dos años. En ese momento, el padre se tira al suelo y se interpone entre ellos, recibe varios golpes en la cabeza y un vecino con un extintor aparece en escena para terminar de ahuyentar a los secuestradores, que salen derrapando en la furgoneta, abandonando en la acera una de las armas.

La mujer que aparece en las imágenes, captadas por las cámaras de seguridad de la zona, es la hija de Pierre Noizat, propietario de la plataforma de Paymium, pionero de las criptomonedas. Este es un sector en el objetivo del crimen organizado en Francia.

El caso de esta semana no es nuevo. El país vive desde hace meses una oleada de secuestros con violencia extrema a inversores de criptomonedas y a sus familiares. Las ventajas de este tipo de divisa para operar en el mercado, su rapidez y anonimato, también su invisibilidad y la capacidad de no dejar rastro, son también un reclamo para el crimen organizado, que ve en ellas un vehículo perfecto para cobrar rescates y extorsiones. Francia ha abierto una guerra en todos los frentes contra las organizaciones criminales, que en los últimos tiempos han desafiado al Estado y han llegado a atacar centros penitenciarios como protesta contra las reformas que planea el Ministerio del Interior para hacer frente a las mafias, que operan desde dentro de las prisiones.

El pasado 3 de mayo, el padre de un hombre que hizo fortuna con las criptomonedas fue liberado del maletero de un coche en Normandía, con signos de violencia y rociado con gasolina tras un asalto dos días antes. El rapto también tuvo lugar en pleno día, a las 10.30 horas del jueves, en una calle del distrito 14 de París. Cuatro individuos con la cara cubierta lo abordaron y lo introdujeron a la fuerza en una furgoneta. La víctima fue trasladada a una casa en el departamento de Essonne, a unos 20 kilómetros de la capital. Los secuestradores le cortaron un dedo para presionar a la familia y obtener unos cuatro millones de euros por el rescate. Este modus operandi tan violento recuerda al secuestro de David Balland, cofundador de la start-up Ledger, ocurrido hace solo tres meses y medio.

Balland y su pareja fueron secuestrados la mañana del 21 de enero en su domicilio en Méreau (Cher). La alerta fue dada por Éric Larchevêque, cofundador de Ledger, quien había recibido un vídeo con un dedo cortado de su socio, acompañado de una importante demanda de rescate en criptomonedas: 10 millones de euros. Secuestrado en Châteauroux, Balland fue liberado el 22 de enero. Su pareja fue encontrada atada en el maletero de un vehículo en Essonne al día siguiente. Seis hombres y una mujer, de entre 20 y 40 años, también fueron imputados poco después, en el marco de la investigación judicial llevada a cabo en París por la jurisdicción nacional contra la criminalidad organizada.

“En nuestro entorno, la amenaza ya no es virtual”, lamenta en la red social X el influencer y conferenciante especializado en criptomonedas Owen Simonin, alias Hasheur. “Yo mismo, hace dos años, fui agredido en mi domicilio por un desconocido armado, que había encontrado mi dirección y que quería quitarme algunas criptos”, cuenta.

Los secuestradores franceses copian métodos ya observados en el extranjero, especialmente en Latinoamérica. En enero pasado, un moderador voluntario quebequés de un foro sobre criptomonedas, padre de cuatro hijos, fue blanco de un intento de secuestro por parte de agresores que querían torturarlo para robarle sus bitcoins. En Ucrania, un hombre de 29 años fue asesinado por cuatro personas el verano pasado, quienes le robaron 2,55 bitcoins, es decir, más de 230.000 euros según el valor actual de la criptomoneda más conocida. En el verano de 2023, el cuerpo del influencer y criptomillonario Fernando Pérez Algaba fue hallado desmembrado en una maleta en las afueras de la capital argentina, Buenos Aires.

El Gobierno de Francia no quiere que el país se convierta en un lugar peligroso para este tipo de empresarios y compañías, en creciente expansión y relevancia en el sistema financiero. Por ello, el ministro del Interior, el conservador Bruno Retailleau, anunció el martes una convocatoria el jueves a representantes del sector para proponerles algunas medidas que aumenten su seguridad. “Se tratará de tomar medidas juntos para protegerlos. Pero a los autores intelectuales, estén donde estén —quizás incluso en el extranjero— los encontraremos”, aseguró además el responsable de Interior, sin que haya noticias de los secuestradores.