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RELATA: dieciocho años de un programa que abre y acrecienta la literatura colombiana

Red Relata.

Foto: Cortesía Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes

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Desde que nacemos, nuestra experiencia es poética. Para desarrollarla nos ayudamos de las raíces de nuestro suelo, los cantos de nuestras familias, las sensaciones de nuestra piel en el frescor del agua o el olor de la yuca recién hervida que se desbarata en la boca. Nuestra experiencia es poética porque estamos nombrando el mundo por primera vez; porque, mientras crecemos, estamos en la negociación del significado de las relaciones con el espacio con nuestro territorio. Por eso, creamos historias que se entrelazan con la ficción donde somos protagonistas. Sin embargo, puede ser que en la adultez olvidemos la habilidad humana de cambiar de nombre a las cosas, de disputarnos en un diálogo entre la realidad y la ficción, que muchas veces hace brotar a la literatura, el arte de la expresión verbal y escrita.

El desplazamiento de la palabra para alojar saberes y representar eso que vemos y dar rienda suelta a la posibilidad de creación nos permite tener agencia sobre este medio y transformarlo en arte. La literatura es importante para la vida de los seres humanos, ya que la expresión artística genera un impacto positivo relacionado con la recuperación de la memoria de los pueblos, con la salud mental y emocional, con el disfrute o goce artístico; fomenta la diversidad porque nos permite conocer, entender y, en ocasiones, compartir las realidades que de otra forma no podríamos contemplar y a las que no tendríamos acceso. Así, el fomento de procesos de escritura creativa que estimulen la creación literaria se convierte en un derecho cultural que fortalece nuestro deseo de conocer el mundo y los seres que lo habitan.

Como consecuencia, en 2006, conscientes de la necesidad del ser humano por contar y transmitir sus experiencias que, como se ha dicho, es inherente a nuestro desarrollo social, el Ministerio de Culturas, las Artes y los Saberes, a través de su Dirección de Artes, emprendió una investigación que se centró en reconocer aquella tradición literaria interesada en darle orden a un oficio y trabajar con el fin de construir herramientas para que los creadores colombianos pudieran alzar su voz.

Fruto de esta experiencia, unida al interés siempre presente de la política pública por fomentar la lectura crítica y la escritura creativa, nace la Red de Talleres de Escritura Creativa Relata. Este proyecto, liderado por el Grupo del Libro y la Literatura que hoy hace parte de la Biblioteca Nacional de Colombia, acogió en sus inicios a 16 talleres de escritura creativa del país que trabajaban por un mismo

Hoy en día la Red está conformada por diversos espacios de trabajo autónomos que surgieron de la iniciativa de artistas, escritores, docentes, bibliotecarios, gestores culturales y apasionados por las letras. También se sumaron a este ejercicio las tertulias literarias (en 2021), y entre todos se han desarrollado metodologías de trabajo para enriquecer el oficio literario a través de herramientas, lecturas y procesos formativos que desembocaron en la producción y visibilización de obras en las regiones.

En palabras de David Lara, director del Taller de Cuento y Crónica de Cartagena: “La Red es una fuerza de experiencias, es una construcción de realidades de sensibilidades (…); su labor se concentra fundamentalmente en un ejercicio de construir un país desde las múltiples voces que hay en todos los territorios”.

Así, hilo por hilo, la Red ha dado puntadas estratégicas para crear un tejido social que conecta la creación literaria, la lectura crítica y las comunidades; allí, sus integrantes han entrelazado su valentía, su resiliencia, sus experiencias y saberes para construir y mantener 104 talleres de escritura creativa y 41 tertulias literarias presentes en 60 municipios de 26 departamentos de Colombia. Convencidos de que la palabra escrita, propia, bella, territorial, es la aguja que zurce la identidad cultural de un pueblo, es la que comunica y entrelaza los territorios y permite encontrar su propia continuidad en los límites del otro, de lo diverso, de lo importante.

Los talleres virtuales de escritura literaria, las visitas de escritores o expertos, la cualificación de los integrantes de la Red, el Concurso Nacional de Escritura, el Encuentro Nacional Relata, el intercambio de experiencias, la Antología de la Red, su circulación nacional, las publicaciones pedagógicas y metodológicas sobre escritura creativa, el programa “Libertad Bajo Palabra” y el apoyo a la gestión de los talleres y tertulias son los aportes con los que el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes potencia el trabajo de la Red para que entre todos seamos literatura.

Los textos de los participantes de la Red —que vienen de todos los orígenes, condiciones y niveles educativos— conforman año tras año la Antología Relata, mediante la cual se forma un testimonio: espacios bioculturales diversos con escritores que responden a las lógicas y los estímulos de sus territorios y forjan identidades múltiples que disputan el lugar simbólico de los discursos hegemónicos.

Gracias a la escritura singular de estos artistas se revela cómo las realidades y cosmogonías de cada pueblo pueden convivir en armonía en un mismo territorio. En ese sentido, la literatura colombiana establece diálogos y nuevas narrativas de un país que necesita sanar y apostarle a la paz. Un fragmento del poema “La Troje” del escritor Luis Garay Guevara, publicado en nuestra más reciente antología da cuenta de lo anterior. En este se lee:

“En medio del camino

entre Quibdó y Tutunendo

una comunidad crece hacia abajo:

mineros y muertos

por la extracción del oro.

***

Zona de colina,

casas con acabados de bloque y madera,

piso en barro y cubierta de zinc,

doscientos cuarenta y seis habitantes,

balnearios – kioscos – discotecas sobre la carretera,

río Duatá vigilando el sueño:

podría ser tan linda La Troje,

aunque no hay alcantarillado,

podría.

***

De La Troje a Quibdó

hay nueve mil trescientos pasos,

para una niña de doce años,

que son dieciocho mil

cuando hay un bebé en el vientre,

que son cuarenta mil

con el dolor del desgarro

producto de hombres convencidos

de ser dueños del oro

de la selva

de ella.

Al menos se camina cuesta abajo”.

No es poco el trabajo que han realizado quienes han liderado Relata durante más de 18 años para que, a través del fomento de la lectura, la escritura y la oralidad, las ideas se transformen en un relato, en una narración que es capaz de cuestionar, resignificar, potenciar, denunciar o crear los sentidos y relaciones entre los seres humanos, su contexto y sus culturas.

En otras palabras, ofrecen la posibilidad de que las expresiones artísticas ligadas a la riqueza cultural de los territorios y su diversidad llene de sentido la vida de las comunidades. La puerta está abierta para que sigamos encontrando el camino de nuestro propio lenguaje, para que podamos decir y, mientras lo hacemos, podamos ser.