A lo largo de la historia del cine hay directores que, con una sola película, anuncian que han llegado para quedarse (luego ya otra cosa es si sucede, ¿eh, Richard Kelly?). Otros, en cambio, van escalando peldaño a peldaño hasta consolidar un estilo propio y una mirada inconfundible. Denis Villeneuve pertenece a este segundo grupo. El cineasta canadiense se fue haciendo un hueco como uno de los directores más influyentes del siglo XXI a base de pulso narrativo, elegancia visual y una capacidad única para convertir el suspense en arte. Y aunque títulos como ‘La llegada’, ‘Blade Runner 2049’ y ‘Dune’, tres de las mejores películas de ciencia ficción de la historia del cine, hayan amplificado su prestigio, en 2013 un thriller seco, tenso y profundamente humano resultó clave en su consagración internacional.
Hablamos de ‘Prisioneros’, uno de los mejores thrillers de misterio e intriga del siglo XXI que recuerda a ‘Seven’ y ‘El silencio de los corderos’. Un oscuro y absorbente relato que toma la forma de un drama criminal para sumergirse en el terreno resbaladizo de la moral, la justicia y la desesperación. La película, que tienes disponible en Netflix desde hace unos días, arranca con un hecho sencillo: dos niñas desaparecen durante una tarde lluviosa en un barrio residencial de Pennsylvania. Sus familias, desbordadas por la angustia, recurren a la policía, pero cuando la investigación parece estancarse, uno de los padres decide actuar por su cuenta.
El reparto de ‘Prisioneros’ es uno de sus puntos fuertes, con un Hugh Jackman que se aleja del héroe de acción para encarnar a un padre desgarrado, violento y vulnerable, cuya obsesión por encontrar a su hija lo lleva a cruzar líneas morales cada vez más difusas (no te puedes perder la impactante escena improvisada de Hugh Jackman en ‘Prisioneros’). Frente a él, Jake Gyllenhaal interpreta al detective Loki, un policía meticuloso y silencioso que trata de mantener la cabeza fría en medio del caos. Ambos actores ofrecen interpretaciones intensas, complejas y llenas de matices, dando forma a dos figuras muy distintas pero unidas por una misma necesidad: hallar respuestas.
Lo que diferencia a ‘Prisioneros’ de otros thrillers convencionales es el enfoque que Villeneuve imprime a cada secuencia. No se trata solo de descubrir quién ha cometido el crimen, sino de explorar qué es capaz de hacer una persona cuando siente que lo ha perdido todo. El director utiliza el ritmo pausado como una herramienta de tortura emocional, manteniendo la tensión a través de los silencios, las miradas y una fotografía -obra del maestro Roger Deakins- que nos sumerge en un mundo gris, húmedo y opresivo. La luz natural, las sombras alargadas, la lluvia constante… todo contribuye a generar una atmósfera asfixiante.
La película también destaca por su guion, escrito por Aaron Guzikowski, que se atreve a plantear dilemas morales incómodos: ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar por proteger a los nuestros? ¿Dónde termina la justicia y comienza la venganza? ¿Puede alguien convertirse en un monstruo si cree que lo hace por una buena causa? Estas preguntas ambiguas, lejos de encontrar respuestas fáciles, se quedan flotando en el aire. La fuerza de ‘Prisioneros’ reside en la tensión emocional, en la construcción de unos personajes en una contradicción permanente. Villeneuve demuestra aquí una maestría total del tempo narrativo, haciendo que incluso las escenas más aparentemente triviales estén cargadas de significado.
Como recuperamos en la crítica de ‘Fotogramas’ a ‘Prisioneros’: «Villeneuve maneja con talento múltiples elementos y saca el mejor partido de un estupendo grupo de actores en una atmosférica, envolvente y perturbadora película que juega en esa distinguida liga de zodiacs y corderos silenciosos«. ‘Prisioneros’ no solo es una gran película de género, sino también una reflexión sobre el miedo y la pérdida. Un relato inteligente, perturbador y profundamente humano que dan forma a una de esas películas que puedes recomendar y nunca te fallarán.
Jorge es experto en cine, series y cómics. Sus géneros favoritos son el terror y la ciencia ficción, el perfecto equilibrio entre el atronador grito del slasher y el inquietante silencio del espacio y, aunque coquetea con el cine de autor en busca de esa joya oculta alejada del mainstream, él no se esconde, lo suyo es el cine comercial de la mano de Marvel, Star Wars, DC y Pixar.
Este inquieto periodista descubrió hace unos años el misticismo de ‘Twin Peaks’ y, desde entonces, es tan solo un concepto más atrapado dentro de la cabeza de David Lynch. Cuando consigue escapar de la Logia Negra, revisita la filmografía del maestro Carpenter, se pierde de nuevo entre las páginas del ‘Watchmen’ de Moore y Gibbons o se lanza en busca de nuevas emociones en formato miniserie.
Tras su fugaz paso por medios como TVE, RNE y la sección de TV y comunicación de La Razón, Jorge lleva más de una década en el delirante mundo de las agencias de publicidad, donde ha tenido la oportunidad de formar parte de diversos equipos de comunicación que le han permitido participar en saraos, eventos, junkets y gestiones varias con intérpretes de la talla de Antonio de la Torre, Jared Harris, Kim Dickens, Colman Domingo y Christina Hendricks. Llegó a FOTOGRAMAS en 2022, donde consiguió hacerse un hueco como redactor para escribir sobre las series más populares, las mejores películas de Alfred Hitchcock o todo lo relacionado con las franquicias, reboots, precuelas, secuelas, recuelas y disparates varios del momento, retomando de esta forma su pasión por el periodismo y el cine.
Jorge es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, además de ser realizador por el Instituto RTVE, donde adquirió nociones de preproducción, producción y posproducción de audiovisuales.
