Buscar

¿Quién apoya la reducción de jornada en el Congreso? PP y Junts en contra; la izquierda a favor, con matices

El examen parlamentario a la reducción de jornada está cada vez más cerca. El Consejo de Ministros aprueba este martes enviar la ley al Congreso de los Diputados, que de materializarse contraería la jornada máxima legal ordinaria de 40 horas semanales a 37 y media. Ello exige el voto favorable de la mayoría del Parlamento, una posibilidad que, ahora mismo, no se cumple: los tres partidos de derechas con más diputados, PP, Vox y Junts (que juntos suman 177 diputados, mayoría absoluta), expresan su rechazo a la norma. El grupo catalán apoyó la investidura de Pedro Sánchez, pero de momento se desmarca de la reducción de jornada, lo que no impide que en el Gobierno sigan esperanzados: creen que acabarán convenciendo a los de Carles Puigdmont. A la vez, el resto de socios del Ejecutivo sí vienen expresando respaldo, pero con matices importantes.

El principal partido de la cámara, el PP con sus 137 diputados, especifica a este periódico que votará en contra. “Todo lo que no cuente con el acuerdo de patronal y sindicatos no lo vamos a apoyar, será voto negativo”, indican fuentes del grupo popular. El anteproyecto de ley es fruto de un pacto del Ministerio de Trabajo y los dos sindicatos más representativos de España, CC OO y UGT, pero es rechazado por las patronales CEOE y Cepyme. Tras meses de negociaciones, los representantes de los empresarios decidieron no respaldar el proyecto.

El PP de Alberto Núñez Feijoo sí apoyó recientemente otro acuerdo del diálogo social, la última parte de las reforma de pensiones. Aquel cambio, impulsado por el Ministerio de Seguridad Social, sí gozaba del respaldo tanto de los sindicatos como de las patronales. Fuentes del PP detallan que su posición podría cambiar si se reabriese el diálogo y los empresarios apoyasen la reducción de jornada, con un análisis sector a sector y en términos tanto de productividad como de competitividad.

Por su parte, Vox viene rechazando de plano la reducción de jornada. “Nos opondremos. Es otra medida del mundo happy flower de Yolanda Díaz. Es un debate artificial y que no pone el foco en lo importante. El problema de los españoles es que no tienen un trabajo estable que les permita llegar a fin de mes. Desconoce la realidad de España”, dijo la portavoz en el Congreso, Pepa Millán.

Rechazo de Junts, a la expectativa en el PNV

El tercer partido de derechas con más escaños es Junts, con siete asientos. El grupo que lidera Carles Puigdemont anunció ayer que presentará una enmienda a la totalidad y reiteró su rechazo al proyecto. La portavoz en el Congreso, Miriam Nogueras, catalogó la reducción de jornada como “un ataque frontal a los autónomos y a las pequeñas y medianas empresas de Cataluña”. “Nos encontramos con la puerta cerrada ante la posibilidad de negociar, aunque fuera una coma, de este texto”, añadió.

Con todo, el grupo catalán no termina de cerrar definitivamente la puerta a un posible respaldo, una opción que siguen observando como “muy probable” fuentes del diálogo social, del Parlamento y del Gobierno. Tanto la parte socialista como la de Sumar ven espacio para seguir negociando. Voces conocedoras de las conversaciones con el grupo de Puigdemont señalan que las negociaciones avanzan “positivamente” y ven “opciones reales” de que haya acuerdo. En la dinámica transaccional que viene condicionando el voto de Junts, estas fuentes sostienen que el Gobierno tiene cartas con las que convencer a los diputados catalanes.

Una parte de esa jugada son las ayudas a pymes que Trabajo ofreció en la negociación con la patronal y que decayeron del acuerdo definitivo por el rechazo empresarial. Se da por descontado que volverán al proyecto, pero que el apoyo de Junts exigirá más contraprestaciones. Por su parte, el Ministerio de Trabajo indica que “siempre” ha planteado su voluntad de negociar en el Congreso y que la enmienda a la totalidad “es un instrumento para la negociación que se ha planteado en otras ocasiones anteriores”.

El otro partido de derechas con más escaños es el PNV. El grupo vasco viene expresando simpatía por la medida: apoyó una proposición no de ley de Sumar al respecto en febrero del año pasado y el expresidente del partido, Andoni Ortuzar, dijo en octubre que “en principio” apoyarían la reducción de jornada. Ahora, meses después, fuentes del grupo parlamentario dicen: “Hace tiempo que la jornada laboral de 37,5 horas está en vigor en gran parte de Euskadi; sobre todo, en lo que respecta al sector público. Las complicaciones pueden venir en la aplicación de esa reducción a los pequeños negocios y las pequeñas empresas”.

“No es sencillo”, continúan, “y por eso esperaremos a leer la letra pequeña del proyecto de ley que apruebe el Consejo de Ministros para fijar una posición y proponer, en su caso, mejoras en el trámite parlamentario. En todo caso, lamentamos que este asunto no llegue al Parlamento con acuerdo de todos los agentes sociales”.

La izquierda apoya, pero quiere ir más lejos

El resto de socios del Gobierno expresan una posición más favorable. Los siete diputados de ERC votarán a favor, como explica el diputado Jordi Salvador. “Estamos a favor. Podemos hacerlo sin que haya ningún tipo de desastre, como anuncian algunos apocalípticos, que ya dijeron lo mismo con las subidas del salario mínimo”. A la vez, carga con fuerza contra Junts: “Algunos se han quitado la máscara. Junts es un instrumento de la patronal catalana, española y global, es su ADN. La cabra tira al monte. Y le han dicho a la gente de UGT y CC OO que no son catalanes, una falta de respeto y un ninguneo”.

Salvador matiza que su apoyo no está totalmente garantizado si el proyecto queda “muy” diluido para atraer a los partidos de derechas, lo que le lleva a la siguiente reflexión: “La pasada legislatura había números para ir más allá en políticas laborales, incluyendo la reforma laboral. Debían haberlo hecho, ahora es mucho más difícil”.

El diputado del BNG, Néstor Rego, también respalda la norma, pero acentúa aún más el matiz de ERC: dice que votarán a favor de la toma en consideración, pero no garantiza el respaldo al texto final, pendiente de los cambios que se introduzcan para atraer a los partidos que ahora están en contra. “Hemos registrado una proposición de ley para la la reducción de jornada a las 35 horas, con el horizonte de llegar a las 32. No vamos a votar en contra de algo que afecta positivamente a muchos trabajadores, pero no nos satisface”, opina Rego. Es una posición parecida a la del sindicato afín al BNG, la Confederación Intersindical Galega (CIG), que en diciembre de 2024 catalogó el pacto de CC OO y UGT con Trabajo como “insuficiente; no es un cambio real”.

“EH Bildu está a favor de los pasos que se den hacia la reducción efectiva de la jornada laboral”, agregan fuentes parlamentarias del grupo vasco, que a la vez indican que plantearán sus propias propuestas “para alcanzar nuevos objetivos más ambiciosos en esa reducción”. Defienden que la propuesta del Gobierno de reducir a 37 horas y media, “aunque es un primer paso positivo”, está “muy lejos tanto de la realidad laboral vasca como de las necesidades y exigencias de la mayoría trabajadora y sus agentes sindicales”. Por ello reclaman que la jornada se contraiga hasta las 35 horas. Y apuntan que esta medida “se toma sin contar con la mayoría sindical vasca”, en referencia a que los sindicatos vascos LAB y ELA no participen en el acuerdo.

Podemos y sus cuatro diputados, que vienen poniendo en aprietos parlamentarios el Gobierno, no ha contestado a las preguntas de este periódico. En febrero de 2024 apoyaron la iniciativa de Sumar que instaba al Gobierno a reducir la jornada laboral.

Sánchez apoya la reducción de jornada ante los empresarios catalanes

Josep Catà

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió este lunes la iniciativa para reducir la jornada laboral ante la plana empresarial de Cataluña, un elemento crucial para que este proyecto se desencalle en el Congreso. «Es una demanda social, y estamos convencidos de que contribuiría a la estabilidad de los trabajadores», dijo Sánchez durante su intervención inaugural en las jornadas del Cercle d’Economia. Lo hizo frente a los representantes del empresariado catalán, y en especial frente a los primeros espadas de las patronales Foment del Treball y Pimec, que se han mostrado contrarios a la reducción de la jornada. Su posición en este asunto está políticamente vehiculada por Junts, que se decanta por rechazar la medida y cuyo voto es clave para tumbar o permitir su tramitación parlamentaria. «Me gustaría pedirle a la patronal que no se cierren a esta iniciativa», ha dicho Sánchez.»Estamos convencidos de que contribuiría a mejorar la productividad y la estabilidad de la fuerza trabajadora y, por tanto, a nuestras empresas», expresó, para añadir que la economía europea «debe mantener su peso global apostando por el capital humano y por la innovación, no por bajar los precios o por jornadas extenuantes».