Los cuatro diputados de Podemos advierten al Gobierno que no se sentarán a negociar los Presupuestos Generales del Estado, cuyo proyecto aún no ha sido remitido a las Cortes, si el Ejecutivo no mantiene el impuesto extraordinario a las compañías energéticas.
Este gravamen aprobado por el Gobierno mediante decreto decaerá previsiblemente mañana con el voto en contra de su convalidación de PNV, Junts, PP, Vox y UPN. Una vez tumbado el Ejecutivo se queda sin opciones de reactivarlo pese a ello, los morados insisten en que «tendrá que encontrar la vía» si no quieren dar por rota la «confianza» con ellos.
Podemos asegura que el Gobierno se jacta de formar mayorías y le recuerda que «lo que no vale es pactar para luego no cumplir» y en este sentido le exigen que negocie con las formaciones políticas para poner en marcha el gravamen. Los morados insisten en que el Ejecutivo acordó con ellos mantener el impuesto pero no trabajó ante PNV y Junts para convencerles, con las contrapartidas que fueran necesarias, para hacerlo realidad.
Mañana, los morados votarán a favor de convalidar el decreto que establece este gravamen pero ya dan por hecho que el mismo no prosperará. También votarán a favor del decreto de ampliación del escudo social, conocido como decreto ómnibus, que incluye una moratoria para los desahucios y la prórroga de seis meses del abono subvencionado del transporte público. Son medidas que Podemos se atribuye como efecto de su presión sobre el PSOE.
Por el contrario, se opondrán a la convalidación del decreto de reforma de las pensiones que modifica el sistema por el cual se puede alargar la vida laboral y se permite conjugar el cobro de la pensión con trabajos a tiempo parcial. Podemos entiende que esta fórmula es un primer paso que abre la puerta a que las personas más vulnerables opten por seguir trabajando hasta los 72 años para tener mejor prestación. «Esto», aseguran, «es propio de una reforma neoliberal». Este decreto saldrá adelante porque el PP ya ha confirmado su voto a favor del mismo.
Por su parte, Bildu ha instado a PNV y Junts a «abandonar su alineamiento» con una derecha, «la nacional», cuya posición de «alivio fiscal a las grandes empresas» es comparable «a la que demostró ayer Trump«.
El diputado de la formación abertzale, Oskar Matute, ha acusado abiertamente al PNV de ceder a las pretensiones del «CEO de Repsol», Josu Jon Imaz, y con ello estar dispuestos a hacer «un agujero de 100 millones» en la recaudación vasca, un dinero que «pasará a incrementar la cuenta de resultados» de la compañía energética.
Matute ha insistido en que Bildu seguirá presionando al Gobierno para evitar que acabe inclinándose hacia posiciones de derecha.
