Miguel Ángel Silvestre ha estrenado en el Festival de Málaga el thriller ‘Weiss&Morales’, coproducción internacional entre RTVE ( donde se emitirá próximamente) y la cadena pública alemana ZDF y que protagoniza junto a Katia Fellin, a quien pudimos ver en cines en ‘El ministro de propaganda’, de Joachim Lang. En la serie, rodada en Canarias, él interpreta a un sargento de la Guardia Civil (Raúl Morales) y ella, a una agente de la Oficina Federal de Investigación Criminal alemana, la BKA, que se ven obligados a trabajar juntos cuando un ciudadano alemán aparece muerto cerca de las plataformas petrolíferas del puerto de Las Palmas. La serie, dirigida por Oriol Ferrer y Lucía Estévez y de cuatro capítulos autoconclusivos supone el regreso del actor a televisión, después de las segundas temporadas de ’30 monedas’ y ‘Los enviados’, estrenadas en 2023. Hablamos con él sobre su nuevo trabajo, la profesión, sus próximos proyectos y cómo gestionar el éxito.
Los protagonistas tienen caracteres muy diferentes y chocan constantemente, algo que también puede ocurrir en un rodaje con compañeros o directores. ¿Cómo se gestiona eso?
Es importante comprender lo que quiere el director y hacer exactamente eso. Tú puedes tener tu vista, pero si no está en sintonía con el del director, este no va a tener el resultado que desea, y hay que tener claro que la película o la serie le pertenecen a él. Además, si no hay ese entendimiento, lo que suele pasar es que no brilla ni un trabajo ni otro. Aunque a veces es mejor que no haya una misma sintonía, como les sucede a Weiss y Morales. Son muy diferentes pero juntos hacen un todo. Creo que esa es la esencia de las diferencias y de la diversidad, la mezcla enriquece.
¿En qué momento profesional te encuentras?
Estoy bien, sereno, he querido darme un tiempo para poder tomar buenas decisiones. En breve empiezo una película de la que tengo muchas ganas de hablar pero aún no me lo permiten. Interpreto a un español muy relevante ya fallecido y por quien aumenta mi admiración a medida que lo voy conociendo más, lo estoy haciendo en profundidad. Y para 2026 tengo un proyecto internacional del que tampoco puedo contar mucho, es un thriller que mezcla amor y erotismo, un proyecto peculiar.
A veces es necesario y sano tomarse un descanso para ver las cosas con perspectiva…
Sí, desde que murió mi padre no había tenido tiempo para serenarme, no dejé de trabajar, así que decidí utilizar mis ahorros para tomarme un descanso, no hay que tenerle miedo a frenar el impulso, ya trabajaría en otro momento. Sentía que había perdido un poco la ilusión del principio. Ahora creo que la he recuperado, me veo como cuando empecé en esto.
Has trabajado en numerosos proyectos fuera de España (‘Narcos’, ‘Sense8’…). Hay quien prefiere no repetir la experiencia. ¿Ese ha sido tu caso?
No, yo estaba trabajando fuera y tenía muchos proyectos pero a raíz de la muerte de mi padre tuve la necesidad de volver a casa, acompañar a mi madre, a mi hermana, ver crecer a mis sobrinos… y trabajar en España. Lo tenía muy claro. Y sigo firme con eso, solo que a veces llegan proyectos que son especiales, como el que mencionaba antes. Por suerte se rodará el noventa por ciento en España. Todo perfecto.
En este festival de Málaga están presentándose muchas películas con temática social fuerte y personajes que no caen demasiado bien… ¿Es un riesgo interpretar este tipo de papeles?
He hecho varios personajes que me han caído muy mal. No me gusta utilizar la palabra ‘odiar’, pero desde luego nunca podría ser su amigo. Es verdad que estaban en un contexto utópico, una realidad que me gustaría que sucediera. A mí me tocó muy pronto lidiar con el legado que dejas a través de tus personajes. Yo no estaba muy cómodo con uno y les pedí que me mataran, no me gustaba que se romantizara a un asesino, un narcotraficante. Por otro lado, con mi equipo y los profesores intento desarrollar bien el guion para entender qué se está contando. En el caso de las series, por ejemplo, eso queda claro en el capítulo 20, y yo me cuestiono si el público llegará hasta allí.
Has mencionado un personaje que ha marcado tu carrera, el de El Duque de ‘Sin tetas no hay paraíso’. ¿Cuesta no encasillarse después de un éxito tan grande?
Mi profesor de interpretación decía que se encasilla uno mismo. Creo que esta carrera es tan larga que te da muchas oportunidades para contar historias diferentes a través de energías diferentes. A veces quieres huir de un trabajo que has hecho y luego te das cuenta de que no hay que huir, hay que acoplarse a eso que has hecho. Yo he desestimado proyectos para evitar repetirme y luego he visto que han tenido muchísimo éxito. Después, lo que me ha pasad0 por la cabeza ha sido: ‘El ego, qué mala jugada’. Y luego, aceptamos trabajos por considerarlos más arriesgados o totalmente diferentes a lo que hemos hecho. Y eso no deja de ser algo pretencioso.
¿Y cómo se gestiona el éxito?
Se aprende. A veces la vida te da la oportunidad de tocarlo, saborearlo, si eres capaz, claro, porque curiosamente puede ocurrir que te aborde más el miedo a perder eso que acabas de conseguir que el deseo de disfrutarlo. Y luego está el hecho de quizá no es aconsejable intentar recuperar algo que ya tuviste, quizá es bueno asumir que no tiene por qué volver, rendirte a eso. Creo que desde ahí empiezan a surgir cosas bonitas.
Director digital de Fotogramas.es y el español vivo que ha visto y ve más cine español. Se mete 1,7 películas al día y escribe sobre ellas 40 horas a la semana desde hace 20 años. Y no solo cine patrio. Desde los títulos más indies hasta los blockbuster imprescindibles o lo más selecto de los festivales internacionales. Todo vale para alimentar su inagotable ansia cinéfila. Y, por supuesto, sin dejar de lado las series de televisión.
Por su grabadora ha pasado todo el ‘star system’ español… y gran parte del internacional. Desde que se licenció en Periodismo allá por… Bueno, desde que se licenció en Periodismo, ha trabajado en varias cabeceras de Hearst, como TP, Supertele o Teleindiscreta, antes de aterrizar en Fotogramas, curiosamente, la revista que le empezó a despertar su pasión por el séptimo arte desde bien pequeñito.
También es actor pero, a la espera del Goya Revelación, está felizmente encasillado en su papel.
