Hay algo genuinamente luminoso en Michelle Jenner (Barcelona, 1986), un halo de serenidad y optimismo, una sonrisa que irradia desde dentro, que convierte cualquier encuentro con la actriz en un momento dulce.
Hablamos con ella justo cuando acaba de llegar de un duro día de rodaje de la segunda temporada de ‘Berlín’, el spin-off de ‘La casa de papel’ que encabeza con Pedro Alonso y donde interpreta a Keila, una ingeniera electrónica y mente maestra en ciberseguridad. Un personaje con el que, reconoce, no solo se siente cómoda sino identificada. «Yo también tengo ese punto de torpe y friki de Keila. Me encantan los videojuegos y las películas de terror y, en realidad, soy mucho más tímida de lo que parece», asegura.
Volveré a por ti
Una timidez de la que no hay atisbo en su nuevo proyecto, ‘El secreto del orfebre’, adaptación dirigida por Olga Osorio de la novela del mismo título de Elia Barceló, donde interpreta a una mujer independiente y sofisticada en un entorno hostil y pueblerino. Una especie de Penélope –la de Serrat, no la de Homero– que sigue marcada por el amante de su juventud, un forastero mucho mayor que ella, que desapareció a una semana de la boda y al que, décadas después, sigue anhelando.
Los inmensos ojos azules de Michelle Jenner, que tanto recuerdan a los Bambi Eyes de Audrey Hepburn, devoran la pantalla con su sensualidad y melancolía en una cinta que se desliza por el realismo mágico de los viajes en el tiempo, sin miedo a contar una historia de amor bigger than life, en el que probablemente sea el personaje más maduro de la cinematografía de la actriz.
«Celia es una mujer que no encaja en el lugar donde está», explica Jenner. «Un personaje con una mochila de tristeza y decepción que al principio es muy difícil de entender. En el pueblo la llaman Penélope, y yo creo que la canción te aporta una imagen muy clara de esa mujer que no encaja y está atrapada por el pasado. La gente murmura de ella porque es distinta, porque no la entienden, porque es libre.» Y ya se sabe qué pasa con las murmuraciones. Lo canta Rodrigo Cuevas en su disco Manual de romerías a ritmo de electrofolk: «Más temo más a una mala lengua que a las manos de un verdugo, porque un verdugo mata a un hombre y una mala lengua, un mundo».
Vestida para soñar
Además de la evocadora fotografía color ámbar de Marc Miró, en ‘El secreto del orfebre’ llama poderosamente la atención el vestuario del asturiano Alberto Valcárcel, que hace un preciosista trabajo en vaporosos modelos de los años 50, 60 y 70, acercando a Michelle Jenner y a su versión juvenil, interpretada por Zoe Bonafonte (‘El 47’), a la Sabrina de Billy Wilder. «El vestuario es increíble», recuerda la actriz. «Como las prendas estaban hechas a medida, yo no hacía más que pedirle a Alberto que me dejara llevarme algo, pero no hubo manera», ríe. «Mi personaje tiñe y cose, así que me enseñó algo de técnica. Me sentía increíblemente bella con todos aquellos vestidos, pero te aseguro que yo no soy así».
En la película comparte protagonismo con Mario Casas, al que considera prácticamente familia, pues empezaron a trabajar juntos en la serie que les dio la popularidad a ambos, Los hombres de Paco (2005-2010), donde vivían un triángulo amoroso junto al personaje de Hugo Silva.
Íntimo y personal
La actriz cumple 39 este año, pero en ‘El secreto del orfebre’ interpreta a una mujer de 43 que tiene una aventura con un joven de 19, encarnado por Enzo Oliver. ¿Qué significa el amor para Michelle Jenner? «Hay tantos tipos de amor…», afirma pensativa. «El amor hacia un hijo, el amor hacia un padre, hacia un amigo o hacia una pareja… Quiero pensar que al final el amor es la energía bonita que nos mueve a todos. Lo esencial. De hecho, mi película de amor favorita es ‘Big Fish’, de Tim Burton, pero por la relación padre-hijo, no la romántica».
Hija de Martine Husson, una actriz y bailarina de music hall, y de Miguel Ángel Jenner, conocido actor de doblaje, Michelle tiene ascendencia inglesa por parte de su padre y francesa por su madre. Y uno de los datos curiosos que siempre se cuentan de su historia familiar, y que al parecer es cierto, es que su antepasado Edward Jenner fue el inventor de la vacuna contra la viruela.
Tiempo de amar, tiempo de hablar
El cine ha sido proclive a idealizar amores tristes, trágicos o incluso tóxicos. ¿Cree Michelle Jenner que el aprendizaje sentimental que hemos hecho a través de las películas románticas es en parte responsable de múltiples rupturas y decepciones? «Bueno, yo no diría tanto», ríe. «A veces es bonito ver en pantalla que no existe una manera concreta, que el amor no tiene un guion establecido. El cine siempre nos ha enseñado que hay muchas formas de amar. Lo que sí es cierto es que, con las gafas de la actualidad, hay muchas cosas de las que no te percataste en la infancia o la adolescencia que ahora te resultan intolerables y dices: ‘Pero, ¡Dios mío! ¿Esto qué es?’ Me pasa con ‘La Bella y la Bestia’, con ‘Pretty Woman’ o incluso con ‘Grease’, que siempre ha sido una de mis películas favoritas y de la que me sé todos los diálogos. Ahora cuando la veo pienso: ‘Pero, ¿por qué tiene que cambiar Sandy? ¿Por qué no cambia él?’ Y a pesar de que me choque, son películas que sigo disfrutando intensamente y que nunca voy a dejar de ver. No creo que haya que vetar nada de lo que haya existido solo porque ahora no encaje con nuestra mentalidad».
¿Y qué opina del incipiente #MeToo del cine español, del que tanto se habla y que nunca llega? «Es un tema muy complejo. Evidentemente, en el cine ocurren cosas como en cualquier otro oficio porque es un problema generalizado. No es exclusivo de nuestro sector, pero me parece positivo que se hable cada vez más porque es la manera de que dejen de ocurrir.» ¿Alguna vez ha experimentado algún tipo de incomodidad o mal trato en un rodaje? «No, no. Y mira que he estado desde muy jovencita en esta profesión, pero nunca he experimentado nada negativo, y mucho menos abuso. Lo que sí puedo recordar son comentarios desagradables en alguna sesión de fotos, siendo yo muy jovencita, en que el estilista de repente me sugería que debería operarme los pechos porque los tengo muy pequeños. Por suerte, ya entonces tenía la cabeza bien amueblada y por un oído entraba y por otro me salía, pero podría haberme afectado gravemente».
Que siga siendo un juego
Michelle Jenner hizo sus primeras apariciones en pantalla cuando solo tenía dos años (en un anuncio de flotadores) y a los seis comenzó en el mundo del doblaje. «Desde muy pequeña tuve claro que aquello era un trabajo. Pero entonces luchaba para ser una profesional y ahora lo que intento es no perder la capacidad de juego. Quiero seguir siendo capaz de hacerlo siempre como los niños, que juegan en serio».
Fue la voz del niño de ‘La vida es bella’ y de Hermione en las cuatro primeras películas de la saga ‘Harry Potter’ («¡Se pronuncia leviosa, no leviosáaaa!») y en 2024 le puso voz al personaje más carismático de la segunda entrega de ‘Del revés’: Ansiedad. Para ella, un proyecto soñado. «Este tipo de castings siempre los hacen con mucha confidencialidad, y cuando descubrí que era para ‘Del revés 2’ me hizo muchísima ilusión porque es una de mis películas favoritas de Pixar. Además, me parece fascinante el enfoque que le han dado, no como un monstruo, sino como algo que incluso es a veces necesario, pero cuando se descontrola y se desborda hay que ponerla en su silloncito de masajes y decirle ‘muchas gracias’. Mi planteamiento fue dotarla de mucha ternura, evidentemente también con ese nerviosismo y esa ansia que tiene detrás, pero haciendo de ella un personaje muy cercano y querible».
Un gremlin de copiloto
¿Y qué tal lleva ella su propia ansiedad? «Con mucho trabajo y mucha terapia, la voy manteniendo a raya. Recuerdo que había una terapeuta con la que hablaba que siempre me decía: ‘Tienes que imaginarte a tu ansiedad como si fuese un pequeño gremlin que siempre está contigo. Puedes permitirle que se siente a tu lado de copiloto, pero nunca dejes que sea quien conduzca el coche’», ríe.
«Mi trabajo también es mi terapia», sigue la actriz. «Porque me ayuda mucho a explorar emociones, a trabajar con la sensibilidad. Yo soy… creo que todos los actores y actrices en general somos seres sensibles por naturaleza, porque al final estás trabajando todo el rato con las emociones y tienes que comprenderlas. La verdad es que, en muchos momentos de mi vida, la ansiedad ha estado muy pero que muy presente, pero hace ya unos cuantos años que la tengo en ese silloncito de masaje para que no me juegue malas pasadas».
Jenner vive en el campo, donde tiene un pequeño huerto. Y no es ningún secreto que le encanta regalar a los amigos lechugas y mermeladas. ¿Su plan cuando acabe la entrevista? «Un planazo. Quitarme el maquillaje, ponerme cómoda, hacer palomitas y sentarme en el sofá con mis perros Audrey, por Audrey Hepburn, y Chewy, por Chewbacca», explica, «a ver ‘Expediente Warren’ porque ya te he dicho que me encanta el cine de terror». ¿Y el gremlin, o sea la ansiedad? «En el silloncito de masaje, gracias».