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Melómanos del maluf recuperan melodías centenarias para la identidad tunecina

Melómanos del maluf recuperan melodías centenarias para la identidad tunecina

Severine Sajous |

Túnez (EFE).- Cada jueves, los amantes del maluf, un género musical de origen andalusí, se reúnen en el centro de Túnez con el maestro Zied Gharza, quien se ha propuesto rescatar un repertorio inédito con piezas que, según él, «llevan tres siglos sin ser cantadas».

«El maluf no es solo una música antigua. Es una memoria viva, una parte esencial de nuestra identidad (tunecina)», afirma Gharza, formado por su padre, el gran maestro Tahar Gharza quien creció rodeado de melodías gracias a su vez a su progenitor, Hamida, un melómano apasionado.

Su objetivo es grabar el repertorio que ha heredado y desconoce gran parte del público.

El instituto Dar El Oud Ettounsi se transforma entre las 19:00 y las 21:00 horas cada jueves en un espacio de aprendizaje colectivo, donde el oud, el raab, ambos instrumentos de cuerda, y las voces se entrelazan siguiendo los principios de la transmisión oral.

Abdellatif Ben Lasfar, uno de los últimos fabricantes del oud tunecino, un instrumento tradicional de Túnez, aparece en una foto en blanco y negro en su taller en la capital del país. EFE/Severine Sajous

El instituto fue fundado en 2024 por Zied Mehdi, exalumno de Gharza, «hoy convertido en maestro a su vez», según palabras de su antiguo formador.

Primer centro completamente dedicado al maluf

Dar El Oud Ettounsi es el primer centro en Túnez completamente dedicado a la enseñanza del maluf mediante un método tradicional, basado en la escucha, la repetición y la conexión corporal y emocional con la música.

«El maluf no se aprende como una materia académica, sino como una experiencia viva», explica Mehdi.

Además de su dimensión formativa, el centro apuesta por un acceso más amplio a esta tradición musical a través de becas y un enfoque inclusivo.

«Queremos que cualquier persona interesada, sin importar su origen, pueda aprender esta música. El maluf no debe quedar encerrado en círculos reducidos», indica Mehdi, quien también plantea llevar el proyecto a regiones menos favorecidas del país.

Oud tunecino

En el corazón de esta enseñanza se encuentra el oud tunecino, un instrumento emblemático cuya construcción y sonoridad lo distingue claramente de sus equivalentes orientales.

MUSICA TUNEZ
Abdellatif Ben Lasfar, uno de los últimos fabricantes del oud tunecino, un instrumento tradicional de Túnez. EFE/Severine Sajous

«El oud significa literalmente ‘trozo de madera’, pero su construcción, su forma de tocarlo y hasta el sonido son propios de Túnez y Argelia», explica Abdellatif Ben Lasfar, fabricante icónico y uno de los últimos «luthiers» tradicionales del país.

«Mi familia es de origen andalusí. Este saber hacer viene de mi padre, que trabajó con italianos y con judíos tunecinos. Es un legado que no podemos ignorar», explica en su taller, una cueva de los tesoros, repleta de pieles, maderas refinadas, recortes de prensa y fotografías antiguas que rinden homenaje al delicado arte de Ben Lasfar.

Según Ben Lasfar, el oud tunecino se diferencia por su volumen, la disposición de las cuerdas y el uso de materiales específicos.

«Aquí hay poca gente que lo fabrica como lo quieren los músicos tunecinos. Y cada vez menos lo tocan. Pero sigue siendo un instrumento único y vivo, con espacio para la creatividad y la personalización artesanal», explica.

Consultado sobre el futuro del maluf, el maestro Gharza se muestra optimista pero también consciente de los riesgos.
«Mientras haya alguien que lo cante, no morirá. Pero hay que actuar ahora. Si no lo transmitimos, desaparece. Y con él, una parte de lo que somos», confía.

Para Mehdi, la clave está en permitir que evolucione sin perder su esencia: «Es un arte que respira con nosotros y cambia con cada generación. Lo importante es no romper la cadena», propone.

En pleno corazón histórico de la capital tunecina, Dar El Oud Ettounsi se ha convertido en un taller vivo, porque no es un museo, dicen sus fundadores, sino un espacio donde el pasado se canta para seguir teniendo futuro.