Santander (EFE).- Trabajadores de Bridgestone en Puente San Miguel (Reocín) y sus familias se han concentrado este viernes frente a la sede del Gobierno de Cantabria para criticar los «pocos avances» en las negociaciones que ha habido con la dirección.
de la multinacional de producción de neumáticos.
En declaraciones a los periodistas, en ese acto de protesta, el presidente del comité de empresa de la factoría cántabra, Luis Ruiz Eguren, ha asegurado que «confían» en la mediación del Gobierno regional.
El quinto día de huelga, convocada por los sindicatos de la multinacional por el anuncio de despido de la mitad de las plantillas de las fábricas de Puente San Miguel (Reocín) y Basauri (Bizkaia), ha paralizado la planta cántabra.
El Gobierno cántabro informó ayer que con representantes del Ejecutivo español han mantenido un encuentro con un alto directivo de Bridgestone, con el que han tratado que la empresa pueda explorar nuevas líneas de negocio que minimicen el ERE planteado por la empresa y garantice el futuro de la planta de Puente San Miguel.
Apoyo del Gobierno
A las 13.00 horas de este viernes, el comité de empresa se reunirán con el consejero de Industria, Eduardo Arasti, presente en ese encuentro ayer con la dirección de la multinacional, que va a explicar a los representantes de los trabajadores lo hablado en esa reunión.
Antes de concentrarse frente a la sede del Gobierno cántabro, en la santanderina calle de Peña Herbosa, un grupo de los trabajadores se han manifestado, tras llegar en tren a la capital cántabra, desde la estación de ferrocarril hasta el Ejecutivo pasando por las principales vías de la ciudad.
Revertir su situación
Con sus chaquetas de trabajo, silbatos y bocinas, los manifestantes han exigido soluciones frente al Ejecutivo en este quinto día de huelga, en el que buscan «intentar revertir esta situación tan sumamente trágica», según el presidente del comité.
«En Bridgestone no sobra nadie sin soluciones», indica una pancarta que han colgado frente al edificio del Ejecutivo de Cantabria.
Las familias de los trabajadores les han acompañado en esta cita, en la que niños, también vestidos con el uniforme naranja de Bridgestone, han portado pancartas en las que se leía: «No despidáis a mi mamá, no la despidáis».