Buscar

Los socialdemócratas ganan las elecciones locales de Finlandia y la ultraderecha se hunde

Los socialdemócratas ganan las elecciones locales de Finlandia y la ultraderecha se hunde

Helsinki (EFE).- El opositor Partido Socialdemócrata (SDP) se impuso este domingo con claridad a los conservadores en las elecciones municipales y regionales celebradas en Finlandia, en las que la formación de ultraderecha Verdaderos Finlandeses, segunda fuerza en el Parlamento nacional, sufrió una auténtica debacle.

Con el 91,1 % de votos escrutados, el SDP obtuvo el 23,2 % de los sufragios en los comicios municipales y el 22,6 % en los regionales, superando al partido conservador Kokoomus del primer ministro, Petteri Orpo, en 1,9 y 2,9 puntos, respectivamente.

Gracias a estos resultados, más holgados de lo que auguraban los últimos sondeos, los socialdemócratas ganaron las primeras elecciones municipales desde 2004 y pusieron fin a dos décadas de hegemonía conservadora en los ayuntamientos del país nórdico.

«Los finlandeses quieren transmitir claramente un mensaje de cambio hacia una sociedad más justa y quieren enviarlo principalmente a través del SDP», dijo a la prensa el líder socialdemócrata, Antti Lindtman.

El líder del Partido Socialdemócrata, Antti Lindtman (C), habla durante la noche electoral de las elecciones municipales finlandesas en Helsinki, Finlandia. EFE/EPA/KIMMO BRANDT

Resurgimiento del Partido de Centro

El Partido de Centro, la segunda fuerza de la oposición, se situó en tercer lugar a nivel municipal, con el 16,8 % de los votos, y en segunda posición a nivel regional, con el 20,2 %, superando a los conservadores.

Este histórico partido liberal de origen agrario consiguió recuperar parte de sus votantes en las zonas rurales, su antiguo feudo, después de que la ultraderecha le arrebatara una porción de su electorado tradicional hace cuatro años.

El gran perdedor en esta cita electoral fue precisamente el partido de ultraderecha Verdaderos Finlandeses, principal socio de los conservadores en el Gobierno de coalición, que cayó a la sexta posición tanto en los comicios municipales como en los regionales, con un 7,6 % y un 7,8 % de los votos, respectivamente.

De este modo, el partido que lidera la ministra de Finanzas, Riikka Purra, perdió casi dos tercios de los votos cosechados en las elecciones parlamentarias de 2023, cuando se convirtió en la segunda fuerza política del país con el 20,1 % de los sufragios.

Según los analistas, las claves de este desplome son el escaso interés que despiertan los comicios locales entre los votantes de ultraderecha y su relativa insatisfacción con los numerosos recortes en las prestaciones sociales, la sanidad, la educación y el desempleo a fin de reducir la deuda pública.

El líder del Partido de la Coalición Nacional y primer ministro de Finlandia, Petteri Orpo (C), asiste a la noche electoral del partido en la jornada de las elecciones nacionales y municipales finlandesas en Helsinki, Finlandia. EFE/EPA/KIMMO BRANDT

Análisis de las consecuencias políticas

«Si nos fijamos en los resultados, hay una clara oleada roja. En particular, los partidos de izquierda han ganado fuerza, han sabido aprovechar el descontento con las políticas económicas y la austeridad del Gobierno», admitió Purra.

No obstante, la líder de la ultraderecha insistió en que «la línea del Ejecutivo es la correcta» y dijo que lo importante es justificar mejor ante sus votantes la necesidad de aplicar estas políticas.

Los Verdaderos Finlandeses fueron superados a nivel local y regional por sus dos partidos antagónicos, la Alianza de Izquierdas y Los Verdes, que obtuvieron un 9,5 % y un 10,2 % de los votos municipales y un 9,2 % y un 8,5 % de los regionales, respectivamente.

A pesar de tratarse de unos comicios locales, los analistas coinciden con Purra en que los resultados de este domingo pueden interpretarse en clave nacional como un castigo de los votantes a los dos grandes partidos del Gobierno de derechas, y especialmente a la ultraderecha, a pocos meses de alcanzar el ecuador de la legislatura.

Como suele ser habitual, la participación fue ostensiblemente más baja que en las elecciones parlamentarias o presidenciales y se situó en el 54,2 % en las municipales y en el 51,7 % en las regionales