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Los rebeldes del M23 retiran sus fuerzas de la última ciudad que conquistaron en la RDC

Kinsasa (EFE).- La Alianza Río Congo (AFC, por sus siglas en francés), que incluye al poderoso grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), anunció este sábado su decisión de «recolocar» a sus fuerzas de la ciudad de Walikale, en la provincia Kivu del Norte, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) para «apoyar las iniciativas de paz».

“En consonancia con el alto el fuego unilateral declarado el 22 de febrero de 2025, y para apoyar las iniciativas de paz destinadas a fomentar las condiciones propicias para un diálogo político que aborde las causas profundas del conflicto en el este de la RDC, la AFC-M23 ha decidido recolocar sus fuerzas de la ciudad de Walikale y sus alrededores”, anunció el portavoz del grupo rebelde, Lawrence Kanyuka, en la red social X.

“Hacemos un llamamiento a los habitantes de Walikale y a sus dirigentes comunitarios para que tomen las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la protección de la población civil y de sus bienes durante esta transición”, agregó Kanyuka.

El M23 tomó el control de Walikale, el centro administrativo del territorio homónimo y una región rica en minerales, especialmente oro, durante la noche del pasado miércoles.

Esta urbe, que tiene unos 15.000 habitantes, se encuentra a algo más de 120 kilómetros al noroeste de Goma, capital de Kivu del Norte, capturada el pasado enero por el M23.

El portavoz rebelde, no obstante, advirtió de que “cualquier provocación o nuevos ataques” del Ejército congoleño y sus aliados “contra la población civil, incluidas las zonas liberadas y nuestras posiciones, dará lugar a una revocación automática de esta decisión”.

Kanyuka remarcó que la AFC-M23 “sigue comprometida” con una resolución pacífica del conflicto y reiteró su compromiso de “proteger y defender a la población civil, así como sus posiciones”.

Los rebeldes tomaron Walikale al día siguiente de la fecha prevista para el inicio de un diálogo de paz directo entre la RDC y el M23 en Angola, país mediador en el conflicto, que, sin embargo, no llegó a producirse por la cancelación del M23 tras la imposición de sanciones de la Unión Europea contra algunos de sus líderes.

El M23, apoyado por Ruanda -según la ONU y países como EE.UU., Alemania y Francia-, controla numerosos territorios en el este de la RDC, incluidas las capitales de las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur, fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán, fundamentales para la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles.

Desde que el conflicto se intensificó en enero, más de 850.000 personas han sido desplazadas solo en Kivu del Sur, según el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).

Además, los enfrentamientos que estallaron en Goma y alrededores dejaron más de 8.500 muertos, según detalló a finales de febrero el ministro congoleño de Salud Pública, Samuel Roger Kamba.

En esa provincia se reanudó la actividad armada del M23, un grupo formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994, en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño.

Desde entonces, ha avanzado por varios frentes, lo que ha elevado los temores a una posible guerra regional.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).