El ministro del Interior de Francia, el conservador Bruno Retailleau, filtró la semana pasada al periódico Le Figaro un informe que debía presentarse el miércoles en el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional (CDSN), un órgano dedicado normalmente a cuestiones de terrorismo o militares. El documento, de 76 páginas, alertaba a través de una serie de datos y análisis de la infiltración en las instituciones francesas de la organización islamista de los Hermanos Musulmanes, de su peligroso ascenso y de una “amenaza a la cohesión nacional”. Según el informe, han penetrado en asociaciones culturales, deportivas y administrativas. Retailleau afirmó el martes que se trata de una “amenaza directa a la República” cuyo objetivo es implantar la ley islámica en Francia. El documento, sin embargo, está lejos de aportar cifras o datos que respalden la dimensión de la alarma.
Las organizaciones islámicas de Francia, pero también algunos partidos de la izquierda y expertos en esa religión, cuestionan ahora la magnitud de la amenaza y el rigor del informe, dirigido por un embajador y un prefecto (un delegado del gobierno). “El documento en sí no está mal. El problema es la conclusión de los hechos: los Hermanos Musulmanes no son una amenaza”, apunta el filósofo y experto en el islam Olivier Roy.
“Es un informe profundamente político. Su conclusión no es objetiva. Se lanza una sospecha sobre todos los actores musulmanes en la vida política francesa. Especialmente sobre los alcaldes. Es una operación que coloca como objetivo a la nueva élite musulmana, los que están integrados y que entran en la vida cultural, política y asociativa. Y no es el informe, sino quienes lo han usado. Tengo la sensación de que ha sido reescrito. Si lees la parte factual, no sacas las conclusiones que se extraen luego”, asegura Roy.
Entre 400 y 1.000 militantes
En la órbita de los Hermanos Musulmanes, movimiento fundado en 1928 en Egipto por Hassan al Banna, emergieron hace décadas en Oriente Próximo grupos como el palestino Hamás. Pero en Francia, donde se conocen como Musulmanes de Francia, no están considerados como terroristas. Según el informe, hay entre 400 y 1.000 militantes y controlan el 4% de las mezquitas de Francia.
En el propio documento, esta cifra se puede comparar con el 11 % de la población francesa que se declara musulmana (7,5 millones de personas, según la encuesta TeO2 del INED/INSEE, 2022). Aproximadamente, el 20% de los inmigrantes de confesión musulmana residentes en Francia asisten regularmente a un lugar de culto.
El presupuesto de Musulmanes de Francia es de 500.000 euros anuales, la mitad que en los últimos 10 años. “Claro que existen y jugaron un papel relevante en Francia a partir de los años noventa. Eran esencialmente intelectuales. No eran inmigrantes en busca de trabajo, sino que venían a estudiar. Desarrollaron un pensamiento sobre cómo ser musulmán y ciudadano a la vez y tuvieron más impacto en los ambientes educados y cultivados que en los populares. Tienen un pensamiento sofisticado y son influyentes en ese mundo. Hoy la mayoría tiene unos 60 años. Pero son residuales”, señala Roy.
El viernes, durante el CDSN, el presidente de la República, Emmanuel Macron, montó en cólera cuando vio el contenido del informe. Y, sobre todo, según algunas fuentes, cuando entendió que Retailleau lo había filtrado e instrumentalizado para su propia cruzada. El ministro del Interior se ha convertido en un ideólogo de la batalla contra la implantación del islam en la sociedad francesa. Acaba de publicar un libro titulado No cedamos nada. Manifiesto contra el islamismo. “Retailleau es un católico tradicionalista, algo raro en la clase política francesa. Él no es un laico. Y la prueba es que se ha opuesto a la ley de fin de vida [aprobada este martes], una ley laica, condenada por todas las religiones. Pero al mismo tiempo nos dice que los que van contra la laicidad son los Hermanos Musulmanes”, concluye Roy.
Mélenchon gana apoyos
Los expertos consultados tienen la mirada puesta en las elecciones municipales de 2026. Y recuerdan que en muchos municipios franceses, especialmente en aquellos de entre 10.000 y 50.000 habitantes, la población de origen musulmán alcanza ya hasta el 40%. Por tanto, aseguran, ningún político que pretenda ganar podrá hacer campaña sin contar con ellos. En este contexto, La Francia Insumisa (LFI), el partido de izquierda populista de Jean-Luc Mélenchon, que hoy critica la laicidad en Francia por considerar que se ha vuelto una forma de islamofobia, parece el mejor situado.
“Hay municipios de Francia donde los musulmanes ya son mayoría. En el departamento de Seine-Saint Denis somos el 40%. Y no pasará ningún candidato con el mismo color político de Retailleau o Macron. En esta zona tenemos 12 diputados: antes eran de distintos partidos, desde que Mélenchon llegó y dijo que los partidos estaban intentando humillar a los musulmanes, se han pasado todos a La Francia Insumisa”, apunta M’hammed Henniche, secretario general de la Unión de Asociaciones Musulmanes de Seine-Saint Denis.
El informe, confirmaron en el Elíseo, es una herramienta para prevenir una dinámica peligrosa de cara a las elecciones municipales del año que viene, donde este grupo, creen, podría intentar penetrar de forma más profunda en las instituciones locales.
El 74% de los votantes musulmanes se inclinó en las elecciones europeas por listas de izquierda (mélenchonistas, comunistas, socialistas o ecologistas), con especial predilección por la LFI. Sin embargo, la tasa de abstención fue superior a la media, con un 59 %, y es ahí donde puede jugarse la partida de las siguientes elecciones. “El informe ha sido mal explotado. Querían decir: ‘cuidado con todos los acercamientos a musulmanes, porque se os volverá en contra a la opinión pública’. Pero van a lograr lo contrario. El candidato de la comunidad musulmana hoy es Mélenchon. Es imposible reconocerse en el discurso de la derecha gaullista. La primera población musulmana de Francia es de origen argelino. ¿Cree que votarán a Retailleau cuando se pasa el día amenazando e insultando a Argelia, amenazando con cortar las relaciones?“, se pregunta Henniche.
Farida Amrani, musulmana y nacida en Marruecos hace 48 años, es diputada de LFI. Su partido cree que el documento presentado el pasado viernes tiene sesgos islamófobos. “En el informe son incapaces de decir en qué estructura se encuentran los Hermanos Musulmanes. ¿Cómo se hace ese entrismo [expresión usada para referirse a la infiltración silenciosa en las instituciones]? ¿Con la barba? ¿Con el velo? Hablan de gente que simplemente vive su religión. Y Francia es un país laico, deberían poder hacerlo mientras no infrinjan ninguna ley“, asegura.
Las personas encargadas del informe sobre los Hermanos Musulmanes realizaron más de 200 audiencias, visitaron 10 departamentos de Francia y cuatro países. En las 76 páginas documentadas se traza el panorama de un país minado desde dentro por una cofradía que ha estructurado una “importante red de implantaciones”. Los datos solo parecen respaldar lo que se refiere al sector educativo. “En septiembre de 2023, de un total de 74 centros confesionales musulmanes registrados en el territorio que acogen a 12.513 alumnos, 21 centros fueron identificados como vinculados a la corriente de los Hermanos Musulmanes (18 directamente y tres considerados cercanos). Estos centros acogen en total a 4.200 alumnos. Las academias de Versalles, Créteil y Lille concentran la mayor parte de ellos”.
Francia pone en la diana a los Hermanos Musulmanes cada cierto tiempo, normalmente coincidiendo con algunos conflictos internacionales. La invasión israelí en Gaza y la masacre perpetrada por su ejército ha vuelto a elevar el tono en torno a esta organización, especialmente por parte de la derecha y de organizaciones sionistas. Hace dos años, el entonces ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, acusó al futbolista Karim Benzema de tener vínculos notorios con ellos después de que el exdelantero del Real Madrid mostrara su apoyo en redes sociales a los habitantes de Gaza. Una senadora del partido conservador de Los Republicanos fue más allá y pidió que, en caso de confirmarse la acusación, se le retirase la nacionalidad francesa. El futbolista les denunció por calumnias.