La Habana (EFE).- El ingeniero Juan Carlos Cabrera, fundador de una pequeña empresa privada de sistemas de riego, confía en que la crisis de Cuba, especialmente evidente en el sector agrario, pueda convertirse en un área de oportunidad.
Cabrera forma parte del grupo de firmas en la XXVI Feria Internacional Agroindustrial Alimentaria (Fiagrop) de Cuba, un evento pequeño -exponen apenas diez empresas de ocho países- pero sustancial dentro de la apuesta del Gobierno para captar capital dentro y fuera de su territorio.
«Yo antes pensé que la feria era algo monótono, una pérdida de tiempo pero no. ¡Qué va! Con diferencia de la feria pasada a ésta, la empresa creció casi un 200 %. Es necesario hacer esta inversión porque te da a conocer y hay personas que no saben que existes y no puedes tener los mismos clientes», cuenta a EFE el presidente de JC Max.
Crisis agrícola en Cuba
Su optimismo se nota en el ambiente, por momentos desolado, del pabellón en el que se enfilan algunas de las empresas. Pero su percepción no es la única que va en esa dirección.
«La verdad es que, con respecto a otros años, esta feria está mucho mejor», asegura a EFE una vendedora de lentes de sol sentada entre otros puestos ambulantes, de comida en la calle y establos con ganado.
Sin embargo, esa sensación no fue la misma horas antes del corte de listón para el arranque de esta edición, que arrancó este lunes y culmina el viernes.
Los retos de operar en la isla
Hasta el domingo por la tarde, Cuba sufría su cuarto apagón nacional, tras el colapso total del sistema eléctrico por la falla de una subestación en La Habana.
Trabajar bajo esas condiciones no ha sido fácil. Pero José Saieh, presidente de la chilena Envatek, especializada en envasados, le ha dado una vuelta en positivo: «Nosotros hemos instalado un sistema de paneles solares y tenemos reguladores de voltaje».
Para su compañía, el verdadero reto de operar en la isla no es la inestabilidad del sistema eléctrico, sino las dificultades para cobrar en un país que no tiene acceso al sistema financiero internacional por las sanciones estadounidenses.
«El tema comercial es más difícil. Instalamos un sistema de pago diferente, un pago siempre en el extranjero como una forma de que el cliente pueda hacerlo», recalca a EFE.
Cambios legales
Cuba, sumida en una profunda crisis, exacerbada desde hace cinco años por los efectos de la pandemia, las sanciones estadounidenses y los errores en la gestión macroeconómica y monetaria, actualmente importa en torno al 80 % de los alimentos que consume.
A este escenario se suma la incertidumbre para las inversiones, que genera la inestabilidad de su depauperado sistema eléctrico, que acumula cuatro apagones nacionales en menos de seis meses.
La Fiagrop de este año coincide, además, con la presentación el pasado 4 de marzo del anteproyecto de la Ley de propiedad, posesión y uso de la tierra, en el que la isla contempla por primera vez como norma otorgar tierras en usufructo a empresas y personas físicas extranjeras con residencia permanente en la isla.
Escasez de productos agravan la crisis en Cuba
El documento se aprobará en el parlamento -prácticamente todas las iniciativas obtienen unanimidad en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP)- el próximo diciembre, según adelantó el Ministerio de Agricultura (Minag).
El pasado enero, la prensa estatal cubana destacó que una empresa vietnamita se convirtió en la primera firma foránea en recibir tierras para cosechar en el país caribeño desde 1959.
Actualmente la isla sufre escasez de alimentos, medicinas, combustibles y efectivo, así como una inflación desbocada, prolongados apagones diarios y una creciente dolarización que está generando tensiones económicas y sociales.
En estas condiciones, Cuba vive un éxodo migratorio sin precedentes que coincide con la baja tasa de natalidad y el envejecimiento de su población.