
Raúl Casado |
Madrid (EFE).- Los «malos» acechan y los peligros asociados a internet han irrumpido con fuerza, según el presidente de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), Lorenzo Cotino, pero a su juicio «todos somos niños en los entornos digitales, tenemos los mismos problemas y cometemos las mismas imprudencias», aunque de momento «solo vemos la punta del iceberg».
Lorenzo Cotino ha incidido durante una entrevista con la Agencia EFE en que es especialmente preocupante que las víctimas sean menores, pero ha advertido de que también los mayores suben fotografías, vídeos y mucha información y lo hacen sin las debidas cautelas y consentimientos. «No somos capaces de ver qué hay detrás de la pantalla y qué tratamientos de datos se pueden hacer; todos nos comportamos como menores».
Los nuevos desafíos
El nuevo presidente de la AEPD reflexiona durante el encuentro sobre cómo ha evolucionado la percepción y la tutela del derecho fundamental a la protección de los datos personales o sobre los problemas que han afectado a este organismo durante los últimos años: la prolongada interinidad de la anterior directora, la sentencia del Supremo que anuló los nombramientos propuestos por el Gobierno en 2022 o la reciente renuncia de la persona que se iba a incorporar a la Agencia como ‘adjunto’.
Pero sobre todo Cotino delibera sobre el desafío que suponen para la protección de los datos y la privacidad el ‘tsunami digital» y la inteligencia artificial, el interés de Europa por legislar y establecer marcos regulatorios que pongan coto a esas tecnologías -en una dirección opuesta a países como Estados Unidos- y sobre la Ley para el buen uso y la gobernanza de la inteligencia artificial que prepara el Gobierno, que otorga a la Agencia importantes competencias de supervisión y vigilancia.
Y ante el desafío que suponen para la protección de los datos las nuevas y más disruptivas tecnologías, el presidente del organismo se refiere a un nuevo concepto de nuevo cuño, el de la «vulnerabilidad digital», y a la importancia de proteger a los colectivos tradicionalmente más vulnerables, como menores, discapacitados o mujeres en algunos sectores, pero también de ampliar el foco para identificar y proteger a todas las personas que están siendo objeto de «graves impactos».
El riesgo de las tecnologías «salpimentadas» con inteligencia artificial
Tras más de treinta años dedicado a la docencia y a la investigación en esta materia -los últimos como catedrático de Derecho Constitucional en la Universitat de Valencia- Lorenzo Cotino señala que internet «nos ha cambiado la vida; vivimos una inmersión total en el mundo digital, y eso nos impacta no sólo en los derechos, sino en toda nuestra forma de vivir» y ha incidido en que los peligros «son muchos más de los que aparentan, solo vemos la punta del iceberg».
Lorenzo Cotino habla de la eclosión de las redes sociales, del internet 3.0, de la ‘nube’, del ‘internet de las cosas’ (IoT), del uso de sistemas biométricos, de reconocimiento facial o de la videovigilancia , y mantiene que si todas estas tecnologías las «salpimentamos» con la inteligencia artificial «el tema se dispara por el impacto que puede tener».
«Ahora vivimos la eclosión de la inteligencia artificial generativa y estamos deslumbrados, pero no somos capaces de ver lo que hay detrás de la pantalla y el tratamiento de nuestros datos que pueden hacer», y ha incidido en que las autoridades deben ser «paternalistas» y velar por que se traten los mínimos datos posibles y por que los tratamientos que se hagan sean siempre ajustados a derecho.
China fabrica, Estados Unidos innova, Europa regula
Todos esos peligros pueden llegar también a Europa y es necesario -mantiene- afinar mucho las garantías ante la extensión de tecnologías que utilizan sistemas de reconocimiento facial o biométricos con inteligencia artificial, y contra quienes alertan de la ‘hiperregulación’ que existe en la UE y de que eso puede pesar sobre la competitividad frente a otros países (China o Estados Unidos) se posiciona con nitidez a favor de marcos regulatorios claros.
«Cuando se puede usar inteligencia artificial para educar, para evaluar a los trabajadores para despedirlos, para decidir quién tiene un crédito, para detener o no detener a una persona o para poner sentencias, son temas que tienen tantísimo impacto en los derechos que lo extraño no es que en la Unión Europea regulemos, lo raro es que fuera de la UE no se esté haciendo».
Y se refiere al viejo aforismo de que «China fabrica, Estados Unidos innova y Europa regula» pero en este caso insiste en la importancia de regular la inteligencia artificial y de adecuar las nuevas tecnologías a la protección de los datos y está convencido de que la sociedad entenderá la necesidad de legislar y de poner límites a los usos de esta tecnología. «Lo que no es comprensible es que fuera de la UE estemos ante el lejano oeste de un mundo sin ley».
Lorenzo Cotino suma, a todas estos retos y desafíos, la futura ley de gobernanza y buen uso de la inteligencia artificial que prepara el Gobierno, que deriva del Reglamento Europeo y que concede a la AEPD importantes competencias de vigilancia y supervisión, por lo que este organismo deberá -dice- «ganar músculo» para afrontar «el tsunami que se nos viene encima» y contar con más recursos.
Los muchos años en los que la Agencia ha estado sumida en la interinidad han motivado que el organismo avanzara «con el freno de mano echado» o que faltara «cierta legitimación» para adoptar decisiones y tomar nuevos rumbos, según Cotino, seguro de que el reciente proceso de recambio de los órganos de dirección, que a su juicio ha sido «el más riguroso y transparente de la historia de la democracia», va a dar a la Agencia la oxigenación necesaria para afrontar los nuevos desafíos.
Y para definir esos retos y las líneas prioritarias de actuación la AEPD prepara ya un plan estratégico y sus responsables han mantenido reuniones con todos los sectores implicados en el impacto de las nuevas tecnologías, la privacidad y la protección de los datos y a partir del 10 de abril abrirá un procedimiento participación a la sociedad para recopilar ideas y trazar el horizonte de trabajo que guiará el trabajo del organismo durante los próximos cinco años.