Buenos Aires (EFE).- Líderes espirituales cristianos, judíos y musulmanes de Argentina compartieron este martes una ceremonia en la Catedral de Buenos Aires para despedir al papa Francisco, un impulsor del diálogo entre las religiones.
En la ceremonia, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, recordó que para Francisco, quien falleció este lunes, dijo que el diálogo entre las distintas religiones «es el camino de la paz» y «el enfrentamiento que se ha dado históricamente entre algunas religiones no es por las convicciones de fe sino por las deformaciones de fe».
«Sigamos juntos construyendo la paz. Creo que es el mejor homenaje que podemos hacer a nuestro querido Francisco, trabajando por el bien común y por los más pobres, que tenían en el corazón del papa un lugar especial», alentó García Cuerva.
Como arzobispo de Buenos Aires entre 1998 y 2013, Jorge Mario Bergoglio promovió acciones concretas en favor del ecumenismo -que busca la unidad entre las iglesias cristianas- y el diálogo con otras religiones, en particular con el judaísmo y el islamismo.
Entre otras cosas, impulsó la creación del Instituto para el Diálogo Interreligioso de Buenos Aires, fundado en 2002 por el rabino Daniel Goldman, el sacerdote católico Guillermo Marcó y el líder musulmán Omar Abboud.
Dialogar desde la propia identidad
«Quienes somos creyentes en la trascendencia de la existencia, desde una visión pluralista de la vida, vemos en el papa Francisco al gran guía de nuestro tiempo», destacó el rabino Goldman, quien resaltó el «compromiso» de Bergoglio no solo con el diálogo interreligioso sino también con los migrantes y con el medioambiente.
Abboud sostuvo que el diálogo es una «experiencia de identidad» y que Bergoglio, desde su «propia y profunda identidad» como jefe de la Iglesia católica, tuvo un «brazo capaz de alcanzar y abrazar a otros».
El sheij Salim Delgado, del Centro Islámico de la República Argentina, afirmó que el sumo pontífice «fomentó los lazos de hermandad, tendió puentes, se preocupó de forma genuina por los pobres y los más vulnerables de la sociedad».
«Los musulmanes de todo el mundo recordamos el legado y el aporte de un hombre que abogó por la paz. Luchó desde su lugar en el Vaticano para que la paz prevalezca en el mundo, aún en tiempos atribulados y de conmoción como los que vivimos», sostuvo Delgado.
El papa Francisco, un «facilitador»
Para la pastora Mariel Pons, de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, Francisco fue un «gran facilitador de la vida».
«Nos facilitó el contacto personal, facilitó un diálogo que se replica en tantos lugares del mundo en este tiempo y del cual nosotros aquí somos parte. Creo que el papa Francisco también le facilitó la tarea a Dios. Debe ser tan difícil ser papa… debe ser tan difícil ser Dios en este tiempo y en este mundo que se vuelve tan árido muchas veces», reflexionó Pons.
El pastor Norberto Saracco, de la Iglesia Evangélica, recordó que en 2012 Bergoglio invitó a dos pastores evangélicos a participar en una misa de Pentecostés, los llamó «amigos» y pidió perdón por las antiguas «rispideces» entre católicos y evangélicos.
«Nadie se lo pidió. Brotó de su corazón, un corazón comprometido con la unidad, con tender puentes, haciéndolo no solo de palabras sino con gestos», sostuvo Saracco.
En la ceremonia en la Catedral de Buenos Aires también intervinieron Kisag Muradian, obispo emérito de la Iglesia Apostólica Armenia, y Marcelo Colombo, arzobispo de la ciudad argentina de Mendoza y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.