La caída de Bashar al Asad el pasado 8 de diciembre, luego de medio siglo de gobierno autoritario, ha transformado significativamente la vida en Siria. Una de las áreas más impactadas ha sido el acceso a la literatura, donde títulos antes censurados se exhiben libremente en las librerías de Damasco.
Literatura clandestina: de la sombra al escaparate
En las librerías cercanas a la Universidad de Damasco, Amr al Laham, un estudiante de 25 años, encontró el libro Al Maabar (El Pasaje), que narra la guerra de Alepo desde un paso fronterizo estratégico. Hace apenas dos meses, buscar este tipo de literatura podría haberle costado la libertad.
«Antes teníamos miedo de que los servicios de inteligencia nos etiquetaran por nuestras compras», comenta Amr. La represión durante el régimen de Al Asad amordazó la disidencia y prohibió libros considerados subversivos.
Literatura de prisiones: el renacer de un género prohibido
Entre los títulos que han regresado a los estantes destacan La casa de mi tía, del iraquí Ahmed Khairi Alomari, y La concha, del sirio Mustafa Khalifa. Ambas obras relatan las duras vivencias de prisioneros políticos y eran completamente prohibidas durante el régimen.
«Antes la gente no se atrevía a preguntar por estos libros», explica Abu Yamen, un librero veterano de Damasco. Ahora, estos textos tienen una fuerte demanda, especialmente entre jóvenes y expatriados que regresan al país.
Un cambio en el panorama editorial
El propietario de una prestigiosa editorial, quien pidió permanecer en el anonimato, recuerda los constantes interrogatorios de los servicios de seguridad. «Nos vigilaban por cada venta, cada cliente», relata. Hoy, las restricciones se han relajado, permitiendo la reaparición de textos sobre teología islámica y obras políticas.
Entre los títulos más buscados se encuentran escritos de Ibn Qayyim al Jawaziyya y Sayyed Qotb, teóricos clave del salafismo y los Hermanos Musulmanes, respectivamente.
AFP