Shanghái (China) (EFE).- El jefe del regulador chino del mercado de valores aseguró este miércoles que las empresas cotizadas del país asiático gozan de una «resistencia» y de capacidad para hacer «ajustes» ante el impacto de los aranceles adicionales impuestos en las últimas semanas por Estados Unidos.
En una rueda de prensa celebrada en Pekín, el presidente de la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CSRC), Wu Qing, aseguró que la economía de su país «es un gran océano en vez de un pequeño estanque», y recalcó que el 90 % de los ingresos de las firmas cotizadas en los mercados de la China continental proceden del mercado nacional.
«Desde que EE. UU. impuso aranceles en 2018 (el inicio de la guerra comercial, durante el primer mandato de Donald Trump), las empresas chinas han ajustado su capacidad de producción para el exterior y han abierto nuevos mercados, logrando progresos a la hora de construir un mercado de exportación diversificado», explicó.
Si bien Wu reconoció que los aranceles han generado «presión» en el mercado nacional, también afirmó que las bolsas chinas están «infravaloradas», y mostró su confianza en su «desarrollo estable» y en el aumento de su atractivo ante las «incertidumbres globales».
«El abuso de los aranceles ha tenido un grave impacto en la economía mundial y en el orden comercial. Las empresas cotizadas (chinas) se han visto afectadas de forma directa o indirecta, con un mayor o menor impacto», indicó el funcionario.
Apoyo financiero a exportadores afectados
El jefe de la CSRC indicó que, ante la situación, las autoridades han llevado a cabo «amplios preparativos» para lidiar con las «perturbaciones externas», prestando asistencia en las últimas semanas a centenares de empresas afectadas por los aranceles.
En la misma rueda de prensa, el director de la Administración Nacional de Regulación Financiera (NFRA), Li Yunze, adelantó planes para que los sectores bancario y de seguros ofrezcan un mayor apoyo a los exportadores afectados por la guerra arancelaria con EE. UU., incrementando el crédito a esas empresas y apoyándolas a la hora de llevar a cabo su transición de los mercados extranjeros al chino.
Según analistas de Goldman Sachs citados por el diario hongkonés South China Morning Post, los aranceles estadounidenses a importaciones de bienes chinos -en las últimas semanas, Washington ha anunciado tasas «recíprocas» adicionales por un 145 %- podrían poner en riesgo hasta 16 millones de puestos de trabajo en China.
Los sectores más afectados, debido a su mayor dependencia del mercado estadounidense, serían los de equipos de comunicaciones, textiles y productos químicos.
En cualquier caso, Wu destacó su «confianza» ante el «potencial» de la demanda y ante las «perspectivas» para las empresas chinas, apuntando específicamente al aumento de beneficios en sectores en auge como la inteligencia artificial (IA) o los semiconductores.
Nuevas bajadas de tipos y requisitos de reserva para apoyar la recuperación
El gobernador del Banco Popular de China (BPC, banco central), Pan Gongsheng, avanzó este miércoles medidas adicionales de apoyo a la recuperación económica como nuevas rebajas de tipos de interés, de los requisitos de reserva a bancos (RRR) o de las tasas de las ‘repos’ a 7 días.
En una rueda de prensa celebrada en Pekín, el funcionario especificó que el recorte de medio punto a los RRR, que es el porcentaje de fondos que un banco no puede prestar, se traducirá en una inyección de en torno a un billón de yuanes (138.561 millones de dólares, 122.137 millones de euros) en el mercado. El nivel medio de RRR bajará desde el 6,6 % al 6,2 % tras esta rebaja.
Pan también adelantó que las medidas incluirán una bajada de 0,1 puntos a los tipos de interés de referencia, denominados LPR, derivada de una de 10 puntos básicos -del 1,5 % al 1,4 %- para los acuerdos de recompra inversa (‘repos’) a 7 días, una de las principales y más habituales herramientas del BPC para inyectar liquidez al sistema financiero.
El paquete anunciado por el jefe del banco central supondrá también bajadas de 25 puntos básicos a los tipos hipotecarios y al crédito agrícola y a pymes o un mecanismo de ‘représtamo’ de 500.000 millones de yuanes (69.280 millones de dólares, 61.110 millones de euros) para consumo de servicios y cuidados a ancianos.
Apoyo a innovación y tecnología
En lo referente a innovación tecnológica, un área estratégica clave para Pekín, el BPC elevará en un 60 %, hasta unos 800.000 millones de yuanes (110.849 millones de dólares, 97.709 millones de euros), la herramienta de ‘représtamo’ dedicada a esas iniciativas y a las relativas a transformación tecnológica.
Esto se traducirá en un mayor apoyo al multimillonario ‘plan renove’ impulsado por Pekín para reavivar el consumo, que presenta incentivos para la sustitución de equipos industriales y la entrega de electrodomésticos u otros productos electrónicos para obtener descuentos a la hora de adquirir otros nuevos.
Asimismo, se reducirá temporalmente desde el 5 % al 0 % el requisito de reserva para la compañía dedicadas a la financiación de vehículos y a los arrendamientos financieros (‘leasing’), una medida que tiene por objetivo apuntalar las ventas de automóviles ante una situación de alta competencia en ese sector.
Pan no precisó fechas concretas para la aplicación de estas medidas, y se limitó a indicar que estas medidas «se harán públicas de forma paulatina a través de la página web del BPC».
En cualquier caso, el gobernador del banco central quiso recalcar que el sistema financiero chino «se ha mantenido sólido» y que el mercado ha mostrado una «fuerte resistencia» pese a las «turbulencias externas relativamente fuertes» experimentadas desde abril, cuando Estados Unidos incrementó abruptamente los aranceles aplicados a las importaciones de bienes chinos.
Además, la baja demanda nacional e internacional, unida a riesgos de deflación, estímulos insuficientes, una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo o una falta de confianza en el seno de los consumidores y el sector privado son algunas de las causas que esgrimen los analistas para explicar una recuperación menos brillante de lo esperado en la segunda mayor economía mundial tras los años del ‘cero covid’.