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La UE duplica el superávit comercial con EE UU por el adelanto de ventas para evitar los aranceles

Los reiterados anuncios de guerra comercial de Donald Trump le han costado muy caros a Estados Unidos. Su déficit comercial se ha disparado a cotas históricas por las compras adelantadas hechas por los importadores para evitar el aumento de aranceles. Y eso se nota en la balanza comercial con el resto del mundo. Tanto es así que en el primer trimestre del año la UE prácticamente ha duplicado su saldo positivo: cerca de 82.000 millones de euros, un 89% más que en el mismo periodo de 2024, según Eurostat. El comercio transatlántico se ha revelado clave al comienzo de 2025 para que la Unión mejore su balanza global de exportaciones e importaciones, que fue positiva en 62.000 millones, un 9% más que el año anterior.

Que la balanza comercial de Europa con Estados Unidos iba a mejorar mucho era algo cantado desde que hace un par de semanas la oficina europea de estadísticas divulgó su primera estimación de la evolución de la economía entre enero y marzo. El dato, especialmente el de la zona euro, donde se encuadran países que venden mucho al otro lado del Atlántico, como Alemania, Italia e Irlanda, sorprendió positivamente. El crecimiento en el área monetaria común fue del 0,3% y todos los análisis apuntaban al sector exterior por el adelanto de importaciones en Estados Unidos para eludir los aranceles anunciados antes de que entraran en vigor.

Este fenómeno, que no tiene por qué suponer al final del año un aumento de las exportaciones transatlánticas, se observaba ya en enero y febrero. Pero, sobre todo, se disparó en marzo, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, demostró con hechos que sus amenazas proteccionistas de la campaña electoral iban absolutamente en serio. Este pequeño relato se construye con varios datos: en marzo de 2024 las exportaciones a la primera economía mundial ascendieron a 44.746 millones de euros; en el mismo mes de este año llegaron a 71.386 millones. Las importaciones, por su lado, han pasado en ese mes de 28.011 millones a 30.653 millones.

Justo el 12 de marzo entraron en vigor los peajes aduaneros del 25% al acero y el aluminio que Trump había anunciado en febrero. Después llegaron los del automóvil y sus componentes, un gravamen igual al anterior; y finalmente los mal llamados “aranceles recíprocos” en todo el mundo. Ahora Washington, forzado por la reacción de los mercados y el frenazo de la economía estadounidense, ha suspendido parcialmente algunas de sus medidas proteccionistas y está negociando con muchos de sus socios comerciales: con Reino Unido ya ha llegado a un pacto; con Bruselas conversa en busca de la solución.

En este contexto, resulta difícil prever qué sucederá en los próximos meses con el comercio exterior entre la UE y EE UU. Los máximos responsables de Bruselas y Washington han acordado intensificar las negociaciones, pero hasta el momento no se observan resultados. Y, además, buena parte de los decretos proteccionistas de Washington siguen en vigor pese a que la Unión haya suspendido sus represalias a la espera de ver cómo acaban las negociaciones.

De los datos que Eurostat ha divulgado este viernes se concluye que una buena parte de la gran mejoría en la balanza comercial se debe a este elemento extraordinario, porque con China, otra zona del mundo con la que la relación comercial es intensa, el saldo ha empeorado considerablemente al pasar de una diferencia negativa entre importaciones y exportaciones de 63.708 millones de euros en el primer trimestre de 2024 a 88.177 millones en el mismo periodo de este año.

Cuando Trump anunció los aranceles masivos, la Comisión Europea advirtió que iba a crear un grupo de trabajo y a estrechar su relación con las autoridades aduaneras de los Estados miembros para asegurarse de que los posibles desvíos comerciales que provocara la sacudida proteccionista no inundaran la UE de productos baratos de otras áreas, principalmente China. Ese asunto estuvo presente en la reunión de ministros de Comercio celebrada esta semana. No obstante, al acabar el encuentro, los portavoces de la reunión vinieron a señalar que todavía era pronto para tener conclusiones, pero que no parecía haber desvío.

Un análisis del comercio exterior de la UE por los tipos de productos muestra que es una potencia exportadora por las manufacturas, ya que los productos químicos, los vehículos y la maquinaria destacan con mucho como los bienes más vendidos a países que no forman parte del club. A mucha distancia está la agroalimentación. El saldo negativo llega, principalmente, por la importación de combustibles (gas, petróleo, carbón) y materias primas críticas.