Los ingresos tributarios han experimentado un repunte en el mes de abril hasta alcanzar los 40.964 millones de euros, un 10,9% más que en el mismo mes del año anterior. Este crecimiento se enmarca dentro de una tendencia sostenida al alza durante los primeros meses de 2025, en los que los ingresos tributarios han crecido por encima del 10% en términos acumulados, hasta los 107.000 millones. Sin embargo, según resalta la Agencia Tributaria en su informe de recaudación publicado este viernes, el dato más relevante del mes viene de la mano del impuesto sobre sociedades, cuyo primer pago a cuenta del año ha registrado un crecimiento del 13,9%. Y ello se ha producido en buena medida gracias a los cambios normativos introducidos por el Gobierno en los últimos meses para corregir las sentencias desfavorables que afectaban al tributo.
Abril, señala la agencia, es un mes significativo porque se ingresan, entre otras, las declaraciones de las pymes correspondientes al primer trimestre del año y el primer pago a cuenta del impuesto sobre sociedades, liquidando también el periodo enero-marzo.
El impulso en sociedades responde a dos modificaciones clave: por un lado, la limitación a la consolidación de pérdidas en los grupos empresariales, que solo podrán integrar el 50% de las pérdidas de sus filiales; y por otro, la reducción de los límites en la compensación de bases imponibles negativas en grandes empresas ―del 70% al 50% o 25%, según su facturación―. Las dos medidas ya estuvieron en vigor en el pasado y han sido reintroducidas con efectos desde el 1 de enero de 2025, después de que la justicia las tumbase por irregularidades en su aprobación inicial. Su impacto conjunto ha sido de 307 millones de euros, principalmente procedentes de grupos consolidados, que han visto crecer sus pagos un 20,9%, frente al exiguo 1,4% de las grandes empresas no integradas en grupos.
Más allá del efecto normativo, la evolución económica también ha contribuido al aumento de la recaudación. El crecimiento de la base imponible del gravamen fue del 11,2% en el primer trimestre, apuntalado por un incremento del 22,8% en los beneficios de los grupos consolidados. Las pymes también han mostrado un repunte significativo en sus pagos fraccionados, con un crecimiento del 16,1%.
El buen comportamiento del impuesto de sociedades se ha visto acompañado por un crecimiento sólido en otras figuras tributarias. El impuesto sobre la renta aumentó en términos homogéneos un 9,2% hasta abril, impulsado por las retenciones del trabajo (8,8%) y por un crecimiento destacado de los pagos fraccionados de las empresas personales (10,8%). Las rentas del trabajo siguen siendo el principal motor, con una masa salarial que en el sector privado se incrementó un 7,9%, pese a la moderación en la revalorización de los salarios públicos y las pensiones. La Intervención General de la Administración del Estado, no obstante, da cuenta del caso que afecta a las Fuerzas Armadas, colectivo en el que la nómina del mes de abril recoge, con efectos retroactivos desde el 1 de enero, la revisión de las nóminas.
En el apartado de rentas del capital, tras el espectacular avance de 2024, se observa una desaceleración: las rentas por intereses crecieron un 20,2%, frente al 45% del año anterior, mientras que los dividendos apenas aumentaron un 1,5%. Aun así, las rentas por arrendamientos y las ganancias patrimoniales ligadas a ventas de inmuebles y acciones mantuvieron un buen tono.
El IVA recaudó un 8,9% más en términos homogéneos, aunque al descontar el efecto de los cambios normativos (la paulatina recuperación de los tipos que se aplican sobre alimentación y energía), el crecimiento se reduce al 6,2%, en línea con el aumento del gasto sujeto al impuesto. El retorno a los tipos normales en productos básicos ha sido determinante: solo en abril, la normalización de los tipos del IVA en electricidad y gas añadió 400 millones de euros adicionales a la recaudación, mientras que los que afectan a los alimentos sumaron otros 615 millones.
Los ingresos por impuestos especiales también han crecido, un 7,7% hasta abril, gracias al repunte de los gravámenes sobre la electricidad y al aumento de la fiscalidad sobre el tabaco. Este último ha visto crecer sus ingresos un 19,4% en abril, tras la subida de tipos introducida a principios de año, lo que ha compensado la caída en otros gravámenes como el del alcohol, que ha retrocedido un 2,8% en el acumulado anual.
Más allá de las grandes figuras, el informe destaca también algunos factores coyunturales. Por ejemplo, la caída del 46% en la recaudación de la tasa radioeléctrica por la disputa legal que mantienen algunos operadores con la administración. El mes de abril, recalca la Agencia Tributaria, es precisamente en el que se acumulaba la mayor parte de los ingresos por esta figura. También se resalta el efecto de la reducción de devoluciones derivadas de la sentencia que beneficia a los mutualistas, aunque en este punto hay que matizar que la agencia lo entiende como positivo porque se están haciendo menos devoluciones que en el mismo mes del año pasado.