Los españoles tienen una opinión bastante contundente y clara respecto al fiscal general del Estado: Álvaro García Ortiz debe presentar su dimisión del cargo. Y lo tiene que hacer por estar imputado por revelación de secretos en el Tribunal Supremo. Un hecho inédito que tiene conmocionado al mundo judicial pero también a los ciudadanos de a pie, que consideran en una gran mayoría que no puede continuar en el puesto mientras es investigado.
Un 61% de los españoles reclama su salida, frente a un 24% que considera que tiene que seguir. Son los datos que arroja el Panel de Sigma Dos para EL MUNDO, donde la diferencia es rotunda. Los que sentencian la continuidad del fiscal general y piden que abandone el puesto representan 37 puntos más frente a los que se alinean con él.
El dato es aún más revelador si cabe porque hasta son mayoría los votantes del PSOE que piden que se vaya, frente a los que abogan, como Pedro Sánchez, por que se mantenga al frente de la Fiscalía. Un 43,4% de los simpatizantes socialistas exigen su adiós. Casi tres puntos más de lo que opinan que siga (40,8%).
Sólo los afines a Sumar son la excepción de una tendencia generalizada en el resto de los partidos. En PP, PSOE y Vox son mayoría los partidarios de la dimisión. Igual que pasa entre hombres y mujeres y en todas las franjas de edad. Esa opinión global se explicita en otro dato. Dejando a un lado el 15% que responde pero no evita pronunciarse -«no sabe, no contesta»-, los del sí a la dimisión son el 71% de los que se mojan sobre el caso de García Ortiz.
La pérdida de confianza que exhibe la encuesta por parte de los españoles se plasma en una semana en la que el fiscal general ha tenido que prestar declaración como imputado en el Tribunal Supremo. Donde sólo quiso responder a su defensa y rehusó contestar a las preguntas del juez Ángel Hurtado. Esta actitud, unido a otras como el borrado de mensajes de su móvil, puede haber contribuido a apuntalar en la ciudadanía la tesis de que detrás de la filtración está su mano. No en vano, una amplia mayoría considera que, en efecto, la filtración de los datos confidenciales del novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, «salió desde la Fiscalía General del Estado».
Así lo opina un 52,5% de los encuestados. Que representan prácticamente al doble de los que lo niegan, y que son un 25,6% del total. Es casi el mismo porcentaje que evita pronunciarse (22%). Si se desgaja este último grupo, los que parecen tener una opinión formada culpan al fiscal general en un 67,3%. El otro 32,7% le exime de responsabilidad.
A diferencia de la otra pregunta, aquí el votante socialista se inclina en su mayoría por sostener la tesis de que García Ortiz no fue el filtrador. Un 42,4% asume esa premisa. En cambio, un 31,1% se manifiesta inculpando al fiscal general. En cualquier caso, es sintomático que los votantes de la izquierda son los que más dudas tienen para dar una respuesta, subiendo los porcentajes de quienes evitan el sí o el no.
Hay una tercera pregunta que interroga sobre si desde La Moncloa «se coordinó» la filtración para atacar a la presidenta de la Comunidad de Madrid. De nuevo la opinión mayoritaria de los españoles es inculpatoria. Y con creces. Un 54,2% afirma que así fue, que hubo coordinación. En cambio, roza el 30% el porcentaje de españoles que lo niega.
Aquí vuelve a aparecer ese 31% de votantes del PSOE que sospecha del entorno de Sánchez y señala que sí. En global, el 64,5% de los que se decantan apuntan también a Moncloa.