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La guerra arancelaria, la deuda y los riesgos fiscales amenazan el dinamismo de la economía española

España despuntó el último ejercicio como una de las economías avanzadas más pujantes. Sin embargo, el aumento de la tensión comercial —provocada por las contradicciones de Donald Trump con amenazas de aranceles y marchas atrás— ha generado una sombra de incertidumbre en la economía global que amenaza con salpicar a la economía española. Las tensiones en los mercados de deuda pública de Estados Unidos y la eurozona, sumadas a la presión fiscal, son algunas de los puntos de presión identificados por los expertos que participaron del último número de Cuadernos de Información Económica, revista editada por Funcas y publicada este miércoles.

En concreto, los investigadores advierten de que aunque España acumula un déficit comercial con Estados Unidos y el impacto directo es menor, sí que acusará el golpe a través de sus principales socios comerciales. Es decir, la andanada comercial de Trump impacta en el entorno exterior de España. Los expertos consideran que, aun así, los daños en la economía nacional serían relativamente limitados y centrados en unos pocos sectores.

A pesar del alza considerable durante el primer trimestre del 2025, el deterioro de las exportaciones y la pérdida de impulso en la inversión empresarial —especialmente en bienes de equipo—, pueden lastrar la actividad nacional. Por lo que prevén, “bajo supuestos benévolos”, una subida del 2,3 % del PIB este año, tres décimas menos de lo anticipado antes del inicio de la ofensiva comercial, y un 1,6 % en 2026, cuatro décimas menos.

También apuntan otro flanco vulnerable de España: la dependencia de la demanda europea, que puede amplificar los efectos de una prolongación del conflicto, especialmente en la medida en la que se vean afectados los dos pesos pesados del bloque, Francia y Alemania. Los autores señalan que los países con los que más se ha cebado la ofensiva comercial, como China, tratarán de compensar la pérdida de cuota de mercado estadounidense ampliando su presencia en nuevos destinos e intensificando las importaciones. Además, llaman a no desestimar los efectos recesivos sobre la economía de Estados Unidos, sus mercados financieros y, particularmente, la inversión, una variable estrechamente relacionada con las exportaciones.

Riesgos fiscales

A las tensiones de un entorno global inestable, se suma la dinámica presupuestaria española caracterizada por la prórroga y “marcada por la inercia del gasto”, señala otro investigador en la publicación. Sostiene que, pese a un desempeño en 2024 más favorable de lo previsto, las perspectivas para este año y los siguientes pierden brillo por la presión del nuevo marco fiscal europeo, las demandas de mayor gasto en defensa derivadas del contexto internacional y la incertidumbre sobre la continuidad de los fondos europeos Next Generation.

Desde Funcas, afirman que la mejora del déficit público en España se ha basado sobre todo en factores transitorios: la fuerte recaudación tributaria y la liquidación extraordinaria del sistema de financiación autonómica. Por eso alertan de el fuerte aumento de la presión fiscal, especialmente en el IRPF, como resultado de la falta de indexación — es decir, ajustar la escala del impuesto al IPC — . En el análisis se revela un aumento recaudatorio silencioso, producto del efecto inflacionario, que afecta principalmente a los hogares de rentas medias. El autor también destaca cómo, en términos reales, los hogares pagan más impuestos que en 2008 pese a tener menos renta disponible.

Tensión en los mercados de deuda soberana

En otro artículo del numero se pone foco en la tensión reciente en los mercados de deuda soberana de Estados Unidos y la eurozona. Señalan que el margen de maniobra de los emisores más endeudados se ha estrechado. El déficit fiscal pronunciado y el aumento de la deuda pública han provocado un repunte abrupto en los rendimientos de los bonos del Tesoro. Esta dinámica se ha intensificado debido a la salida de inversores institucionales tradicionales y la mayor presencia de actores sensibles al precio, lo que provoca volatilidad. Los expertos apuntan que “sin una mayor coordinación entre política fiscal y monetaria, los episodios de inestabilidad financiera podrían intensificarse”.

En tanto, en la zona de la moneda común se experimentan presiones en los mercados debido a algunos de los cambios más recientes: el giro de la política fiscal alemana y el aumento del gasto militar, lo que ha impactado en las primas de riesgo periféricas — el diferencial de rendimiento que un inversor demanda al comprar bonos de países como España, Italia, Portugal o Grecia—. Por su lado, El Banco Central Europeo, encaminado en una senda de recortes de tipos, “se enfrenta al dilema de mantener el estímulo sin importar inflación”, zanjan los autores.