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La caída de Al Assad reactiva la búsqueda internacional de…

Las nuevas autoridades abren la mano a la colaboración con otros países para determinar el paradero de numerosos extranjeros

MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) –

La caída del régimen de Bashar al Assad en diciembre de 2024 a causa de la ofensiva de yihadistas y rebeldes encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS) ha abierto una nueva etapa en Siria, incluida la activación de los esfuerzos para hallar a personas desaparecidas a manos de las fuerzas de seguridad y de Estado Islámico durante su ‘califato’ en varias áreas del país.

Decenas de miles de personas figuran en las listas de desaparecidos, la gran mayoría de ellos a causa de la represión de las autoridades encabezadas por Al Assad y las acciones del grupo yihadista, que ejecutó a varios extranjeros en vídeos de propaganda.

Así, la huida a Rusia de Al Assad, quien asumió el poder en el año 2000 tras la muerte de su padre –quien había sido presidente desde 1971–, reactivó la búsqueda de respuestas sobre el paradero de estas personas, con acciones casi inmediatas para buscar en los archivos oficiales y excavar en lugares donde se sospecha que hay fosas comunes.

De hecho, entre las imágenes más simbólicas tras el colapso de las fuerzas gubernamentales ante el fulgurante avance de yihadistas y rebeldes figuran la búsqueda de encarcelados en prisiones y centros de detención, incluido el de Sednaya –descrito como «un matadero humano»–, así como el inicio de los esfuerzos para localizar a desaparecidos.

La apertura de prisiones controladas por las autoridades sirias derivó en una liberación de detenidos que incluyó a personas que llevaban años entre rejas, incluidas algunas que figuraban en los listados de desaparecidos, entre ellos Osama Bashir Batainé, un ciudadano jordano excarcelado en diciembre tras 38 años en prisión después de que se le perdiera el rastro en 1986.

La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó en junio de 2023 una resolución para crear la Institución Independiente de Desaparecidos en Siria (IIMP, según sus siglas en inglés), que tiene entre sus objetivos «esclarecer el paradero de todos los desaparecidos» y «entregar apoyo adecuado a las víctimas, incluidos supervivientes y familias de los desaparecidos».

Las nuevas autoridades, encabezadas por el líder del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), Ahmed al Shara, han expresado en varias ocasiones su voluntad de apoyar estos esfuerzos de búsqueda, en el marco de los cuales ha tendido la mano a Estados Unidos y otros países, entre ellos Qatar, para intentar esclarecer la situación de estas personas, especialmente en el caso de los extranjeros.

EL PAPEL INTERNACIONAL

De hecho, las autoridades qataríes anunciaron hace dos semanas el hallazgo de los restos de 30 personas que habrían sido secuestradas y ejecutadas por Estado Islámico, en una operación llevada a cabo por sus equipos de búsqueda y el FBI en la localidad de Dabiq, situada en la provincia de Alepo y cerca de la frontera con Turquía.

Dabiq es una ciudad con un importante contenido simbólico para los yihadistas, dado que la escatología islámica considera que es el lugar en el que los musulmanes combatirán en un equivalente al ‘apocalipsis’ para el regreso de Jesucristo antes del Día del Juicio Final. Por ello, numerosas ejecuciones tuvieron lugar en la localidad, uno de los focos de las búsquedas.

Los esfuerzo en Dabiq cuentan además con la participación de miembros de la compañía Soufan Group, fundada por el exmiembro del FBI Ali Soufan, que trabaja para intentar hallar el paradero de extranjeros secuestrados y ejecutados por Estado Islámico, entre ellos los estadounidense James Foley, Peter Kassig, Steven Sotloff y Kayla Mueller.

En este contexto, el enviado de Estados Unidos para Siria, Thomas Barrack, quien es además embajador estadounidense en Turquía, ha desvelado esta semana que Damasco se ha mostrado de acuerdo a la hora de ayudar a Washington a localizar a los estadounidenses desaparecidos en el país, algo que ha descrito como «un gran paso adelante».

«Las familias de Austin Tice, Majd Kamalmaz y Kayla Mueller deben obtener un cierre», sostuvo, en referencia a varios de los estadounidenses cuyo paradero se desconoce o han muerto durante los catorce años de guerra civil. «El nuevo Gobierno sirio nos ayudará», manifestó, en el marco los esfuerzos para normalizar las relaciones bilaterales.

Por su parte, un portavoz del Departamento de Estado ha dicho en declaraciones concedidas a Europa Press que «Estados Unidos está comprometido con aclarar el destino y el paradero de los ciudadanos estadounidenses desaparecidos», que serían más de una decena, según estimaciones derivadas del número de casos denunciados y el recuento de la Red Siria de Derechos Humanos.

Así, ha especificado que este compromiso abarca «a los detenidos por el brutal régimen de Al Assad» y a los «asesinados por Estado Islámico» en Siria, entre los que figuran varios periodistas y trabajadores humanitarios ejecutados por los yihadistas para sus brutales vídeos de propaganda, incluidos Foley, Kassig y Sotloff.

«Seguimos comprometidos con buscar una resolución para las familias, que merecen desde hace mucho una respuesta sobre (la situación de) sus seres queridos», ha agregado, al tiempo que ha subrayado que Washington «agradece» el «apoyo» por parte de las autoridades sirias y «de cualquiera que pueda ayudar a resolver estos casos».

RIESGOS DE LAS LABORES DE BÚSQUEDA

Los esfuerzos para localizar a estas personas –tanto en los casos destinados a recuperar sus restos como en los dedicados a establecer si siguen con vida– están siendo llevados a cabo en un contexto complejo, especialmente debido a que el país está lejos de una situación de estabilidad, a pesar de los esfuerzos de las nuevas autoridades para proyectar una aparente calma.

Al Shara, conocido previamente por su nombre de guerra, Abú Mohamed al Golani, lleva desde su llegada al poder intentando trasladar una imagen de moderación y ha hecho llamamientos a favor de unificar las fuerzas de seguridad e integrar a elementos de las decenas de grupos yihadistas y rebeldes activos, a excepción de Estado Islámico.

Sin embargo, el país ha sido escenario de matanzas de tinte sectario en la zona costera tras un fallido levantamiento encabezado por Suheil al Hasán, excomandante de una unidad de élite de las fuerzas de Al Assad, miembro de la minoría alauí del exmandatario, así como de enfrentamientos entre rebeldes apoyados por Turquía y las fuerzas kurdas y de la amenaza de las células durmientes de Estado Islámico, que este jueves reivindicó su primer atentado en el país desde la caída de Al Assad.

Precisamente la zona de Dabiq es una de las consideradas en riesgo por las actividades del grupo yihadista, mientras que otras partes del triángulo entre las provincias de Homs, Raqqa y Deir Ezzor supone otro de los focos de los ataques de Estado Islámico, lo que obstaculiza la posibilidad de extender a los equipos de búsquedas en la totalidad del territorio sirio.

La Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas, que aplaudió recientemente el anuncio de las nuevas autoridades para establecer mecanismos de justicia de transición para las víctimas del régimen de Al Assad –una medida que excluye a víctimas a manos de otros grupos–, apunta a estimaciones sobre alrededor de 200.000 personas en paradero desconocido en el país.

Por su parte, Stephan Sakalian, jefe de una delegación enviada a Siria por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)a mediados de diciembre de 2024, afirmó que el organismo había registrado 35.000 casos de desaparecidos en el país durante los trece años de conflicto. «Este número refleja las peticiones de familias que contactaron con el CICR, pero sabemos que en realidad esta cifra es muy superior», explicó, antes de esgrimir que «detrás de cada caso hay una familia y un enorme dolor que sólo aumenta con el paso de los años».