París (EFE).- La abogada de una de las dos mujeres que acusan a Gérard Depardieu de haberlas agredido durante un rodaje en 2021 denunció este jueves «un sistema de impunidad» que protegió al actor de tener que responder de ese tipo de actos que llevaba cometiendo «durante decenas de años».
La abogada Carine Durrieu-Diebolt puso en paralelo este proceso con otros recientes de agresiones sexuales como el de Gisèle Pelicot porque comparten un elemento y es que durante muchos años esos comportamiento quedaron silenciados.
Para Depardieu, lo que ocurrió según la abogada es que el silencio que los rodeaba condujo a una «normalización».
Las razones que lo explican son, más allá de la prescripción de muchas de las supuestas agresiones sexuales por el actor que han denunciado recientemente hasta más de una veintena de mujeres, el hecho de que «había una relación jerárquica», porque Depardieu es «una potencia artística, una potencia económica» en el cine.
«Depardieu cuando toca el cuerpo de las mujeres ejerce su potencia sobre ellas» porque «se instala una relación de fuerzas», indicó Durrieu-Diebolt, que añadió que el actor practica incluso «hasta un menosprecio de clase».
«Hay -denunció la letrada- un sentimiento de poder absoluto» en esas circunstancias que deriva de una de las facetas de la personalidad de Depardieu: «es fuerte con los débiles y débil con los fuertes».
Abogadas de la acusación
La abogada de Amélie Kyndt, la decoradora de cine que sostiene que durante el rodaje de ‘Les volets verts’ el 10 de septiembre de 2021 la atrapó entre las piernas y la manoseó de la cintura al pecho, considera que los hechos están claros, en particular porque además de su propio relato, hay otros tres testigos que presenciaron «un contacto físico».
Claude Vincent, abogada de la segunda acusadora -que se hace llamar Sarah para preservar su verdadera identidad- insistió en el ambiente que dominaba en el plató, que dijo que era el habitual cuando está Depardieu: «se habla de sexo durante todo el día», en particular cuando se dirige a las mujeres.
«Aquí todo el mundo sabe y nadie denuncia», se quejó en relación a ese ambiente la abogada, quien afirmó que Depardieu «menosprecia a las mujeres y a las clases» inferiores.
También dijo que el acusado «tiene su propia definición de la agresión sexual», al referirse a unas declaraciones del actor durante el proceso, al menos en apariencia equívocas o confusas, cuando pareció decir que una agresión sexual era algo más grave que poner la mano en el trasero de una mujer, aunque luego puntualizó que él no había hecho eso.
Durrieu-Diebolt criticó que la defensa de Depardieu se haya mostrado durante el juicio, que empezó el lunes, «particularmente agresiva, violenta» y cargó contra su abogado, Jérémie Assous por haber caído en «un frenesí mediático» para tachar de mentirosas e interesadas a las denunciantes.
Para Kyndt, su letrada solicita que junto a la condena se imponga al actor el pago de una indemnización de 22.000 euros por daños morales (de los cuales 10.000 en concepto de «victimización secundaria») y 15.000 por costas judiciales.
Sarah sostiene que Depardieu le agredió tres veces durante ese mismo rodaje, en septiembre de 2021, una primera en la que quedó «petrificada» sin saber reaccionar, después de tocarle el culo cuando iban camino del plató, y otras dos en las que también le sobó el trasero y los pechos y la mujer le replicó diciéndole que no.
Para esta segunda denunciante, su letrada reclamó 20.000 euros por daños morales (10.000 por su «victimización secundaria), 3.070 euros por gastos y 20.000 por costas judiciales.
La pena solicitada por la Fiscalía se debería conocer a primera hora de la tarde, antes del alegato de la defensa que pondrá el punto final al juicio, que quedará visto para sentencia una vez que se dé la palabra por última vez al acusado.