La jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, saludó este lunes la idea de una tregua en la guerra de Ucrania. Pero, en vísperas de la conversación prevista para este martes entre los presidentes Donald Trump y Vladímir Putin para discutir este posible primer paso hacia la paz, advirtió durante un encuentro de ministros de Exteriores en Bruselas en contra de fiarse la palabra de Moscú. Se trata de un recelo bastante extendido entre los Veintisiete.
“No se puede confiar en Rusia”, alertó la ex primera ministra estonia, según la cual las demandas que ha presentado Moscú para una tregua de 30 días a la que Kiev ya dio su visto bueno la semana pasada ponen en duda que el Kremlin esté dispuesto a hallar una vía pacífica.
La idea extendida en una UE que lleva semanas de intensas negociaciones para que ni Kiev ni los propios Veintisiete sean ignorados a la hora de sentarse a dialogar es que, como han reiterado desde mandatarios a ministros, la pelota está ahora en el campo de Rusia. Así lo ha dejado claro también el presidente francés, Emmanuel Macron, uno de los actores europeos de primera línea tanto en Europa como ante Washington.
“El presidente Zelenski ha tenido el valor de aceptar la propuesta norteamericana de un ato el fuego de 30 días. Le toca ahora a Rusia demostrar que quiere verdaderamente la paz”, escribió en X tras hablar, este lunes, con el presidente ucranio y, la víspera, con Trump, según ha asegurado.
“Las condiciones que han presentado [los rusos] demuestran que en realidad no quieren la paz. Porque lo que presentan como condiciones son todos los objetivos finales que quieren conseguir con la guerra”, subrayó por su parte Kallas. Para el ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, cuyo país ejerce este semestre la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, esta propuesta es un “test para Rusia para ver quién quiere paz y quién no”. Y las condiciones que está poniendo Moscú apuntan a que “no lo acepta”, señaló.
“Ahora la pelota está en lado ruso y toca a Rusia el demostrarnos que de verdad cree en una paz o que solo quiere continuar en su guerra de agresión”, coincidió el ministro español, José Manuel Albares, quien pese a ello abogó por “incentivar” a Moscú para que dé el paso siguiente. Eso sí, sin descuidar el flanco ucranio: “Los europeos tenemos que seguir firmes apoyando una paz justa y duradera, no dejando pasar ninguna oportunidad de que esto pueda ocurrir. Pero al mismo tiempo, entregando ayuda predecible, constante, al Gobierno ucranio”, resumió.
Ucrania centró nuevamente buena parte de las discusiones de los jefes de la diplomacia de los Veintisiete. En concreto, el debate sobre cómo lograr que Kiev llegue con la posición más fuerte posible a cualquier tipo de negociación. Estas discusiones se producen al comienzo de una semana clave no solo por las conversaciones entre Washington y Moscú, sino por la multitud de citas internacionales sobre la seguridad europea —y de Ucrania— que se sucederán al más alto nivel en los próximos días.
Más allá de ese plano, la cita de los ministros sirvió para continuar las conversaciones sobre la iniciativa de Kallas que plantea que la UE movilice de partida 20.000 millones en ayuda militar a Ucrania para este año y que pueda llegar “potencialmente” a 40.000 millones, en función de las necesidades ucranias y a la vista de la retirada de Washington y su acercamiento a Moscú. El instrumento se presenta como un vehículo voluntario cuyo montante total se repartirá según el peso económico de cada país participante, por lo que a España le correspondería en torno al 8,68% del fondo (más de 3.000 millones de euros). Pese a que Kallas aseguró haber recibido un “amplio apoyo político” a su iniciativa este lunes, reconoció que hay aún “muchos detalles” por aclarar ante las dudas y reticencias de varios Estados miembros, entre ellos Francia o España.