Los líderes ultras europeos han cerrado filas este lunes en torno a Marine Le Pen y, de paso, han atacado, para regocijo de Moscú y con apoyo de Elon Musk a una Unión Europea a la que consideran la responsable última de la inhabilitación política por cinco años de la líder de extrema derecha francesa por desvío de fondos del Parlamento Europeo. Salvo que prospere el recurso judicial anunciado, la sentencia complica mucho sus opciones aspirar a la presidencia francesa en las elecciones de 2027, para las que se perfilaba como favorita.
La condena de Le Pen es una “declaración de guerra de Bruselas en un momento en el que los impulsos beligerantes de Von der Leyen y de Macron son aterradores”, ha atacado el vice primer ministro italiano y líder de La Liga, Matteo Salvini, en referencia a la presidenta de la Comisión Europea y al mandatario francés y sus esfuerzos por impulsar el rearme y el aumento de la seguridad europeas frente a la amenaza rusa, a pesar de que la decisión la ha tomado un tribunal francés. Una visión coincidente con la de Moscú, que tampoco ha perdido la ocasión de lanzar un nuevo ataque a la UE y sus valores.
“Cada vez más capitales europeas eligen el camino de pisotear las normas democráticas”, ha afirmado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Sin querer “interferir en asuntos internos” de Francia, según ha dicho, pero haciéndolo de todos modos al comentar públicamente la sentencia contra la líder del Reagrupamiento Nacional, el portavoz de Vladímir Putin ha dejado claro que, para Moscú, la condena de Le Pen muestra que a los gobiernos europeos no les importa “traspasar los límites de la democracia”. Rusia ha apoyado públicamente a Le Pen en elecciones anteriores, además de haber financiado a su partido cuando los bancos franceses le cerraban las puertas.
También el dueño de X y aliado del presidente estadounidense Donald Trump, Elon Musk, ha aprovechado una vez más para atacar a lo que llama, genéricamente, la “izquierda radical” de Europa. “Cuando la izquierda radical no puede ganar mediante el voto democrático, abusa del sistema legal para encarcelar a sus oponentes. Este es su manual estándar en todo el mundo”, ha afirmado el magnate multimillonario, que aprovechó su plataforma digital para apoyar públicamente al partido ultra alemán AfD en las elecciones alemanas de febrero.
When the radical left can’t win via democratic vote, they abuse the legal system to jail their opponents.
This is their standard playbook throughout the world. https://t.co/FgmgeyQ2rp
— Elon Musk (@elonmusk) March 31, 2025
“Je suis Marine”, “Yo soy Marine”, ha declarado el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en X. Unas palabras cuidadosamente elegidas: con esta fórmula, el ultranacionalista, uno de los líderes europeos más cuestionados y castigados por Bruselas por su giro iliberal, juega con el lema que se convirtió en proclama mundial de defensa de la libertad de expresión y de solidaridad con la revista satírica francesa Charlie Hebdo (Je suis Charlie) tras el atentado islamista que diezmó su redacción en 2013 por publicar caricaturas del profeta Mahoma.
Orbán es cofundador, junto a Le Pen, del partido Patriotas por Europa, en el que milita Vox. También el líder de la formación ultra española —y presidente de Patriots, por su nombre en inglés—, Santiago Abascal, ha criticado una condena que considera un intento de silenciar voces diferentes. “No conseguirán callar la voz del pueblo francés”, ha proclamado el español, que reunió a Le Pen y varios líderes ultras europeos en una cumbre en Madrid el pasado febrero. “Hoy no solo se condena injustamente a Marine Le Pen: se ha ejecutado a la democracia francesa”, ha enfatizado el delfín de Le Pen, Jordan Bardella, presidente del RN y del grupo parlamentario europeo de Patriotas, la tercera fuerza de la Eurocámara.
Para los líderes ultras europeos, la condena de Le Pen en París confirma sus teorías conspiracionistas de las fuerzas democráticas proeuropeas. “Cuando los políticos nacionalistas ganan popularidad, el sistema encuentra otras formas no democráticas de silenciarlos”, ha denunciado el líder del partido de extrema derecha flamenco Vlaams Belang, Tom Van Grieken, en un mensaje en X acompañado de una foto suya con Le Pen. “Lo que ocurre hoy en Francia es un ataque a la democracia”, ha remachado el flamenco.
“Es un intento de apartar de la vida política” a Le Pen, “una película mala que observamos también en otros países como Rumania”, ha coincidido también Salvini, un mensaje del que se ha hecho eco en ese país el nuevo candidato presidencial de extrema derecha, George Simion: “Atacar o aniquilar a tu oponente político por cualquier medio está sacado directamente del manual de instrucciones de los regímenes totalitarios. Esto pasó hoy en Francia”, ha afirmado el líder del partido ultra AUR, que presentó su candidatura después de que el Tribunal Constitucional rumano confirmara la exclusión del ultraderechista Calin Georgescu en las presidenciales de mayo. La primera vuelta de esos comicios, en los que el candidato prorruso ganó contra todo pronóstico, fue anulada.
Geert Wilders, líder del partido ultra PVV, la mayor fuerza en la coalición de Gobierno de Países Bajos, y otro de los participantes en la cumbre ultra de Madrid en febrero, también se ha declarado “conmocionado” por el “increíblemente duro” veredicto contra Le Pen y ha manifestado su confianza “al 100%” en su versión de los hechos, así como en sus posibilidades de “ganar la apelación y convertirse en la presidenta de Francia” dentro de dos años. Esta es una posibilidad por ahora aún remota, pero que parece estar aunando a las fuerzas ultras dentro de la propia Francia. La eurodiputada Marion Maréchal —sobrina de Le Pen, pero a la que le dio portazo para aliarse con su principal rival a la derecha en las elecciones presidenciales de 2022, Éric Zemmour— también ha cerrado ahora filas con su tía: “Marine Le Pen guio a nuestro campo hacia la victoria. Es su única culpa y es por eso por lo que la han condenado. Nadie desde la derecha debería estar satisfecho con esta sentencia (…) Más que nunca, estoy al lado de Marine en este momento”, ha declarado, llamando a otras fuerzas ultras a cerrar filas con la hasta ahora gran esperanza de la extrema derecha europea.