MADRID 1 Abr. (EUROPA PRESS) –
Las autoridades de Irán han denunciado este martes que el Ejército de Israel ha llevado a cabo «más de 2.000 violaciones del alto el fuego» en Líbano, un acuerdo alcanzado a finales de noviembre pero tras el que se han seguido produciendo pequeños ataques y recientemente bombardeos sobre la capital libanesa, Beirut.
Así lo ha expresado el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, quién ha subrayado que estas operaciones israelíes no hacen más que violar la integridad territorial y socavar la soberanía libanesa. Para Baqaei, estos ataques constituyen además una violación del Derecho Internacional y los Derechos Humanos.
Baqaei se ha pronunciado en estos términos tras el último ataque israelí sobre Beirut, que se ha saldado con al menos cuatro muertos, incluido un integrante del partido-milicia chií libanés Hezbolá y su hijo, según ha anunciado previamente el Ejército israelí y más tarde ha confirmado el propio grupo.
En este contexto, el portavoz de la diplomacia iraní ha trasladado también sus reproches a los agentes internacionales encargados de supervisar el acuerdo –Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania– y ha destacado que estos hechos evidencian la «invalidez de sus promesas y acuerdos», recoge la agencia IRNA.
Baqaei ha extendido estas críticas al resto de organismos internacionales, especialmente el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, por no actuar frente a los «crímenes atroces» cometidos por Israel no solo en Líbano, sino también en la Franja de Gaza en medio de una guerra que escala ya a lo regional.
Hezbolá inició el 8 de octubre de 2023 una serie de ataques contra territorio de Israel en solidaridad con la causa palestina, que apenas un día antes había llevado a cabo una ofensiva sin precedentes contra territorio israelí, matando a casi 1.200 personas y secuestrando a otras 240 en una maniobra que desató la respuesta israelí.
Las hostilidades entre Israel y Hezbolá se recrudecieron en septiembre del año pasado, cuando el Ejército israelí lanzó una incursión terrestre sobre el sur de su país vecino e incluso llegó a bombardear la capital, dejando un balance de más de 4.000 muertos en dos meses, incluidos altos cargos del grupo islamista.
Las autoridades de Líbano e Israel alcanzaron a finales de noviembre un acuerdo de alto el fuego –con el que Hezbolá está de acuerdo– para el cese de hostilidades así como la retirada de militares israelíes y miembros del grupo islamista del sur de Líbano en favor del Ejército regular libanés.
El acuerdo ha saltado por los aires no solo por los reiterados ataques puntuales de Israel, que afirma disparar contra efectivos de Hezbolá que amenazan el alto el fuego, sino porque el Ejército israelí mantuvo cinco puestos de observación en territorio libanés en contra de la retirada pactada.