El derecho al aborto suscita cada vez más divisiones. The New York Times reveló que Facebook e Instagram han tachado y eliminado contenidos de varios servicios de telemedicina autorizados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA). Los incidentes se produjeron en las últimas semanas. Se trata de organizaciones que, a través de plataformas en línea, ofrecen asesoramiento médico y prescriben legalmente píldoras abortivas con entrega por correo.
El asunto ha desencadenado una oleada de protestas, en un momento especialmente delicado para la compañía de Mark Zuckerberg, tras el reciente cierre de su programa de verificación de hechos. Esta decisión, justificada por el empresario como un paso hacia una mayor libertad de expresión, es interpretada por muchos como un intento de acercarse al recién elegido presidente Trump.
Censura selectiva de contenidos sobre salud
En los últimos meses, Meta ha tomado medidas de censura que han afectado a varias organizaciones dedicadas a difundir información y prestar servicios relacionados con la salud reproductiva. “Aid Access”, uno de los mayores proveedores de píldoras abortivas de Estados Unidos, vio bloqueada su cuenta de Facebook (en noviembre) y suspendido temporalmente su perfil de Instagram. “Women Help Women” y “Just the Pill” también se enfrentaron a restricciones similares: sus cuentas de Instagram fueron tachadas acusadas de infringir las normas comunitarias relativas a «armas, drogas y bienes regulados». Entre los casos más significativos está el de Hey Jane, una organización dedicada a apoyar la salud reproductiva, que se quejó de censura. La cuenta de la organización se hizo invisible en las búsquedas de Instagram, una situación que ya se había producido en 2023, y que posteriormente fue revocada por Meta tras la protesta de la empresa.
Al parecer, las suspensiones de algunas cuentas solo se levantaron tras la intervención del New York Times, que se puso en contacto con Meta para pedir aclaraciones. Un portavoz de la empresa explicó que las medidas se tomaron de acuerdo con las normas que prohíben la venta de medicamentos sin la debida certificación, aunque reconoció que, en algunos casos, se trataba de «excesos de restricción». Meta también señaló que tales incidentes no estarían directamente relacionados con los recientes cambios en las políticas de contenidos.
Reacciones de las organizaciones e impacto global
En Estados Unidos, la prescripción de fármacos abortivos a través de la telemedicina es una práctica legal y regulada. La Food and Drug Administration (FDA), la agencia gubernamental que supervisa los medicamentos, autoriza explícitamente a los médicos a recetar en línea y por correo mifepristona y misoprostol, los dos fármacos necesarios para la interrupción farmacológica del embarazo. Un sistema que puede parecer insólito a ojos europeos, pero que en Estados Unidos es ya una forma establecida de acceder al tratamiento.
El proceso es riguroso: las pacientes deben someterse primero a una videoconsulta con un médico certificado, que evalúa la idoneidad para el tratamiento a través del historial médico y los exámenes aportados. Solamente después de este examen, las organizaciones autorizadas pueden enviar los medicamentos directamente al domicilio del paciente. “Hey Jane”, “Aid Access” y los demás servicios afectados por la censura de Meta también ofrecen apoyo continuo durante todo el proceso, con asistencia médica disponible las 24 horas del día. Esta modalidad de atención se ha vuelto crucial tras las recientes restricciones al aborto. En doce estados norteamericanos en los que se ha prohibido el aborto, las pacientes pueden seguir recibiendo medicación de organizaciones que operan en estados en los que la práctica es legal, gracias a las «leyes escudo» que protegen a los proveedores de las consecuencias legales.
Tras la prohibición de Meta, la cuestión adquirió rápidamente una dimensión internacional. Amnistía Internacional lanzó una petición mundial instando a Meta y TikTok a dejar de eliminar información sobre el aborto, destacando el papel esencial de las redes sociales para garantizar el derecho a la salud, especialmente en zonas con acceso limitado a servicios e información. La organización de derechos civiles teme que esta medida represiva sea sólo el principio de una restricción más amplia de la libertad de expresión en línea. Se trata de una clara contradicción con las declaraciones públicas de Meta, que se había comprometido a garantizar una gestión más permisiva e inclusiva de los contenidos.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.