En su trabajo como abogado fiscalista, Antonio Ibarra comprobó que había procesos que eran pura gestión. Pensó que lo ideal sería automatizarlos para dedicar menos tiempo a esas labores y centrarse en las que pudiera ofrecer un valor añadido real. Su cartera principal de clientes eran personas no residentes en España, que tienen problemas para presentar sus declaraciones por las barreras idiomáticas o no entienden bien el sistema fiscal español. Así que dedicó sus esfuerzos a ese colectivo. Lo habló con su amigo Juan Manuel Sivianes, programador. Y tras trazar un camino a seguir, ambos fundaron en 2021 Iberan Tax, start-up que ya facturó el año pasado 223.000 euros, cifra que prácticamente quieren duplicar este 2025.
La compañía, con sede en Palma de Mallorca, trata de hacer fácil lo difícil gracias a la tecnología. Su labor principal es ayudar a los propietarios de una o más viviendas que no residan en España —extranjeros o nacionales— a presentar sus declaraciones anuales. Ya sea para pagar el impuesto por tener un piso vacío, por alquilarlo o por su venta. “Lo que hacemos es, básicamente, simplificar la atención fiscal a este colectivo”, cuenta Ibarra, que como su socio Sivianes va camino de cumplir los 32 años. Sus clientes no tienen más que acceder a un panel online, gestionar sus propiedades y añadir unos datos sencillos. Nada más. Así consiguen superar el trámite burocrático “sin necesidad de conocimientos, en pocos minutos y desde cualquier parte del mundo”, según el empresario.
Con los datos que aporta el usuario, la tecnología de Iberian Tax calcula los impuestos de manera automática, y también realiza varios controles para evitar fallos porque falte alguna casilla por rellenar. “Y con un solo botón, la tributación queda presentada, se gestiona el pago con Hacienda y el documento llega al correo electrónico del usuario. Esa integración es nuestra gran innovación”, añade el emprendedor, que apunta que hay cerca de dos millones de personas no residentes en España con una propiedad en el país. Son sus potenciales clientes.
El modelo de negocio se basa en un cobro por cada declaración presentada. Desde 2021 consiguieron hacerlo con 250 y desde entonces la cifra ha ascendido hasta las 8.000 de 2024. Este año quieren llegar a las 12.000 y el objetivo es alcanzar a medio plazo las 50.000. Para ello también se apoyan en empresas del sector inmobiliario a las que ceden gratuitamente su software para que puedan ofrecerlo como un servicio más. “Queremos evolucionar hacia un sistema de suscripción más adelante, aunque de momento casi ni hace falta porque la tasa de retención es del 83%. Al final esto es una obligación legal recurrente y, una vez que prueban, la mayoría de las personas se quedan”, señala Ibarra.
En 2023 captaron 110.000 euros en una primera ronda de inversión. “Nos sirvió como pulmón económico, pero también para tener confianza”, recuerdan en la empresa. Ahora la start-up planea la segunda que les permita crecer con mayor rapidez para liderar el mercado y asentarse. Para ello también pretende mejorar su software para pasar de una plataforma de gestión fiscal a una que permita la gestión integral de propiedades. Para ello quieren ampliar su plantilla —ahora formada por cinco personas— y potenciar sus acciones de marketing para captar clientes.