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Hockney en la Fondation Vuitton: setenta años de imágenes frescas

Hockney en la Fondation Vuitton: setenta años de imágenes frescas
París,

Hace cerca de tres años, cuando cinco galerías internacionales se aliaron para exhibir sus grabados dedicados a paisajes y bodegones y una pieza compuesta por tres pinturas para iPad que en conjunto representaban un gladiolo, David Hockney declaró que lo que hoy necesitamos, casi como necesidad imperiosa y forma de supervivencia, son imágenes frescas de un mundo hermoso.

Desde esa perspectiva es posible leer la mayor parte de la producción de quien fue, en principio, un muy buen dibujante, después dominó casi todas las técnicas pictóricas académicas y en los últimos tiempos se ha convertido en uno de los autores que con mayor ahínco han defendido el empleo creativo de las nuevas tecnologías.

Esta primavera -un periodo que le viene como anillo al dedo- la Fondation Louis Vuitton de París le brinda una exposición que ocupa prácticamente todas sus instalaciones y que reúne nada menos que cuatro centenares de obras suyas fechadas desde 1955 hasta este mismo año, algunas procedentes del estudio del artista y por eso menos conocidas. Contemplaremos desde pinturas acrílicas y al óleo hasta instalaciones de vídeo inmersivas, pasando por dibujos a tinta, lápiz y carboncillo y arte digital (obras en iPhone, iPad o dibujos fotográficos).

El mismo Hockney ha participado muy activamente en el diseño de esta retrospectiva, junto a su socio Jean-Pierre Gonçalves de Lima y, más allá de que tengamos ocasión de repasar su evolución a lo largo de esas siete décadas, ambos han preferido dar mayor relevancia a sus creaciones del último cuarto de siglo y a las más recientes. No tanto porque puedan conectar mejor con potenciales nuevos públicos de su obra -no podemos decir que su trabajo resulte, en ninguna de sus etapas, ni críptico ni ajeno al joven espectador-, sino para recalcar la vocación renovadora del autor británico, su capacidad para reinventarse, pese a que no queda demasiado para que alcance los noventa.

David Hockney. A Bigger Splash, 1967. © David Hockney Tate, U.K.

A modo de introducción, el recorrido comienza, en la planta baja de la Fundación, enseñándonos una selección de piezas emblemáticas datadas desde los cincuenta a los setenta, incluyendo sus inicios en Bradford (Retrato de mi padre, 1955), su estancia en Londres y, posteriormente, su época en California. La piscina, uno de sus grandes temas, hizo su aparición ya entonces: en A Bigger Splash (1967) y Retrato de un artista (Piscina con dos figuras) (1972). Su serie de retratos dobles está representada en París, igualmente, por dos obras importantes: Sr. y Sra. Clark y Percy (1970-1971) y Christopher Isherwood y Don Bachardy (1968).

Desde entonces y progresivamente, la ​​naturaleza irá ganado importancia en sus trabajos en los ochenta y los noventa; a la Vuitton ha llegado A Bigger Grand Canyon (1998), que realizó antes de regresar a Europa para continuar su exploración de paisajes familiares.

David Hockney. Portrait of an Artist (Pool with Two Figures), 1972. Art Gallery of New South Wales
David Hockney. Christopher Isherwood and Don Bachardy, 1968
David Hockney. Christopher Isherwood and Don Bachardy, 1968

El núcleo de la exposición, como dijimos, se vuelca en los últimos veinticinco años, en los que Hockney ha residido principalmente en Yorkshire, Normandía y Londres. Este período se examina en la muestra empezando por la celebración de las naturalezas del primer condado inglés: el artista pintó un espino en una espectacular explosión primaveral (May Blossom on the Roman Road, 2009) y su observación minuciosa del cambio de estaciones culminó en el monumental paisaje invernal Bigger Trees near Warter or/ou Peinture sur le Motif pour le Nouvel Age Post Photographique (2007), que ha cedido la Tate.

En ese mismo periodo, pintó a amigos y familiares en acrílico o en iPad, a la vez que trabajaba en autorretratos. En el Bois de Boulogne podremos disfrutar de unas sesenta de esas piezas, junto a naturalezas muertas que él llama retratos de flores; creadas en una tableta digital pero expuestas en marcos tradicionales, estas composiciones tienen un efecto intrigante, muy patente en Looking at the Flowers (Framed), de 2022.

David Hockney. Bigger Trees near Warter or ou Peinture sur le Motif pour le Nouvel Age Post-Photographique, 2007. © David Hockney Photo Credit: Prudence Cuming Associates Tate, U.K.
David Hockney. Bigger Trees near Warter or ou Peinture sur le Motif pour le Nouvel Age Post-Photographique, 2007. © David Hockney Photo Credit: Prudence Cuming Associates Tate, U.K.

La primera planta de la Fundación acoge íntegramente sus visiones de Normandía y sus paisajes, en las que capturó a menudo variaciones de luz, mimó con toques vibrantes los cielos y trabajó, en algún caso, exclusivamente en iPad. Si alguna de esas creaciones, por la fragmentación de los toques de su pincelada, evoca sutilmente a Van Gogh, una veintena de dibujos a tinta (La Grande Cour, 2019) remiten al Tapiz de Bayeux, que describía los hechos previos a la conquista normanda de Inglaterra.

Hablando de raíces pasadas, una serie de reproducciones de piezas del Quattrocento que han servido como referencias para el artista abren el recorrido en la planta superior (La Gran Muralla, 2000), dejando claro que Hockney ha estudiado tanto el arte moderno como el Renacimiento temprano y los maestros flamencos. Se subrayarán sus lazos pretendidos con Fra Angélico, Claudio de Lorena, Cézanne, Van Gogh, Picasso… y también se ha recreado el estudio del artista, transformado en una sala de baile, dado que músicos y bailarines son invitados regularmente a tocar en su casa.

Ya que él mismo es un apasionado de la ópera, ha querido, incluso,  reinterpretar las escenografías que ha creado desde la década de los setenta en una creación sonora polifónica, en colaboración con 59 Studio. Los visitantes se sumergirán en esa pieza musical y visual en la monumental Galería 10.

La ​​última sala de la exposición, la más íntima, presenta sus obras recientes, ejecutadas en Londres, donde el artista reside desde hace dos años. Particularmente misteriosas, están inspiradas en Edvard Munch y William Blake y en ellas la astronomía, la historia y la geografía se entrecruzan con la espiritualidad.

Dado que esta antología tiene mucho de autorretrato, con la última obra de este género que ha realizado se cierra el recorrido.

David Hockney en la Fondation Louis Vuitton, París
David Hockney en la Fondation Louis Vuitton, París

“David Hockney 25”

FONDATION LOUIS VUITTON

8 Avenue du Mahatma Gandhi

París

Del 9 de abril al 31 de agosto de 2025

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