MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) –
El entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, confesó que quiere «sufrir» cuando no gana, después de la primera temporada sin títulos desde 2017, una situación que quiere que le «afecte» y «sentir esa ira», porque está «en este mundo para vivir experiencias diferentes» y «los ganadores son aburridos».
«Quiero sufrir cuando no gano partidos. Quiero sentirme mal. Quiero dormir mal. Quiero que cuando la situación empeore, me afecte… ¡Quiero eso!», señaló el catalán en una entrevista a Reuters recogida por Europa Press.
Guardiola se alejó de esa imagen de genio y humanizó la derrota. «Estoy enojado, mi comida sabe peor… No necesito comer mucho porque necesito sentir esa ira. Porque si no, ¿qué sentido tendría? Ganar o perder… Estamos en este mundo para vivir experiencias diferentes, estados de ánimo diferentes», reflexionó.
«Juzgas la felicidad si ganas. Juzgas el éxito si ganas y ganas. Y eso es un problema. No me juzgaré a mí mismo ni a mi equipo por las malas o las buenas temporadas. Tal vez terminar tercero en una temporada y nunca rendirse, de lo contrario terminar décimo o duodécimo, tal vez esa sea una mejor temporada que cuando ganamos la cuarta Premier League consecutiva», defendió, después de no ganar ningún título sin su equipo por primera vez desde 2017.
El técnico explicó que durante este último curso se enfrentaron «a muchas dificultades, que se agravaron por lesiones, relajación», además de que considera que su nivel en el banquillo «no fue el adecuado por muchas razones». «Quizás el análisis de mi etapa sea que la temporada pasada fue mejor. Clasificamos para la Champions cuando estábamos a punto de no conseguirla», agregó.
Y dentro de esta reflexión, Guardiola cree que «los ganadores son aburridos». «Es bonito ver a los perdedores. Ahí es cuando realmente se aprende. ¿Creen que me siento especial por haber ganado tantos títulos? ¡No! ¡Olvídense! Siento que especial es el médico que salva vidas. Quienes inventaron la penicilina. Eso es un genio. ¿Yo? ¿Genio? ¡Vamos!», dijo.
«No quiero fingir humildad: ¡claro que soy bueno! Lo estoy demostrando a lo largo de muchos años, pero el éxito que tuve me llevó a ser elegido para liderar a Lionel Messi y a los demás, para estar en ese tipo de lugares, formé equipos increíbles… Pero otros entrenadores, en el momento justo, en esa posición, tal vez podrían haber hecho lo mismo», comentó.
Y quitó peso a la presión que tiene un entrenador de primer nivel. «El estrés siempre está ahí porque te juzgan todos los días, pero nadie me puso una pistola en la cabeza para obligarme a elegir este trabajo. No hay ningún profesional del fútbol que gane siempre, porque es simplemente imposible. Hay que aceptarlo, mejorar, aprender y habrá buenos aprendizajes para el futuro», apuntó.
Finalmente, el de Santpedor definió los objetivos para el Mundial de Clubes: «jugar bien, crear buen ambiente, buen espíritu de equipo», además de intentar que los nuevos jugadores «aporten la energía» que el equipo necesita para «levantarse de nuevo». «Y al final, podremos levantar trofeos», aseguró.