MADRID, 25 Mar. (EUROPA PRESS) –
El Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha afirmado que hay un «conflicto de derechos» en la publicación del libro sobre José Bretón y ha pedido que se considere «el interés superior de la mujer en relación con sus hijos», en este caso el de Ruth Ortiz, aunque también ha defendido que la libertad de expresión es «absolutamente sagrada».
«Este asunto al menos nos llevaría a que tengamos cierto cuidado a la hora de adoptar una decisión. Nosotros somos partidarios de la libertad de expresión, absolutamente, es absolutamente sagrada la libertad de expresión. Ahora, a los jueces les tocará determinar, un juez se ha pronunciado ya diciendo que puede publicarse el libro. Ha dicho también que no ha podido leerlo. Respetado el derecho judicial, este es un asunto vital, pero solo pedimos desde el Defensor del Pueblo que en este asunto se considere un interés superior, que es el interés superior de la mujer en relación con sus hijos, cuando estos hijos han sido asesinados«, ha subrayado Gabilondo, este martes, en declaraciones a los medios tras entregar el Informe Anual de la institución en el Congreso.
Además, el Defensor ha dicho que «conviene que se hable de la señora Ruth Ortiz», la madre de los menores asesinados, y ha insistido en que el conflicto de derechos no se resuelve con una especie de «dilema competitivo donde hay que tomar opción por la libertad de expresión y de creación o por los derechos» de las víctimas.
Gabilondo ha recordado que la institución a la que representa realizó un informe sobre violencia vicaria y ha precisado que la voluntad del agresor de «ejecutar» a la mujer a través de la vía de hacer daño a sus hijos «no termina ni siquiera con la muerte» de estos sino que «muchas veces persisten en lograr un deterioro y un destrozo» de la vida.
En esta línea, el Defensor ha revelado que en una ocasión acudieron a la institución unas personas señalando que iban a hacer una película sobre otro caso diferente que les concernía pero sobre estas mismas razones y ha dicho que «es conmovedor escuchar hasta qué punto sentían como una agresión enorme el que se hiciera, en aquel caso, incluso dinero con su dolor y con el daño producido».
«Era como si se les matara de nuevo o se prosiguiera la tarea de continuar matándoles«, ha zanjado Gabilondo.