MADRID 23 Abr. (EUROPA PRESS) –
Las autoridades de Estonia han informado este miércoles de que tienen previsto construir una nueva base militar en la ciudad de Narva, situada en la zona nororiental del país y en la frontera con Rusia, para reforzar sus capacidades de defensa ante un posible aumento de la tensión.
El Gobierno se encuentra actualmente inmerso en los planes para encontrar la localización más idónea para la base, que contará con varios cientos de efectivos, pero que también podría incluir militares de países de la OTAN, como Estados Unidos o Reino Unido.
Vahur Karus, comandante de las Fuerzas Armadas de Estonia, ha indicado en declaraciones a la emisora de radio pública estonia ERR que con este despliegue de tropas, el Ejército «logrará enviar un mensaje a los residentes sobre su presencia en dicha zona».
Estonia ha duplicado su presupuesto en defensa durante los últimos años y tiene intención de reforzar su frontera oriental con cientos de búnkeres y sistemas antidrones. Ya el pasado mes de septiembre, las autoridades inauguraron la base militar de la localidad de Voru, situada también cerca de la frontera con Rusia.
En lo que fue descrito por el Ministerio de Exteriores estonio como un «paso clave para la defensa y la seguridad en la región», la medida supuso un coste de unos 21 millones de euros y podría llevar a la base a albergar de forma permanente o temporal a un millar de personas.
Los servicios de Inteligencia del país báltico temen las acciones de Rusia, especialmente en lo referente al posible repliegue «a la fuerza» de posiciones de la OTAN en el este de Europa.
Narva es una ciudad relevante en las tensiones con Moscú dado que cerca de la mitad de sus 50.000 residentes tienen el ruso y no el estonio como lengua materna. Tallín ha tratado recientemente de limitar la educación en ruso, así como la influencia de la Iglesia Ortodoxa rusa, que muestra una postura cercana al Kremlin.