El Festival de Málaga ha recibido en su Sección Oficial ‘La buena letra’, la nueva película de Celia Rico Clavellino protagonizada por Enric Auquer y Loreto Mauleón y que adapta la novela de Rafael Chirbes ambientada en la posguerra española. La directora regresa al certamen un año después de recibir el Premio Especial del Jurado por ‘Los pequeños amores’ por la que, además, Adriana Ozores se alzó con la Biznaga de Plata como Mejor Actriz de Reparto.
La película aporta la visión femenina de una de las etapas más duras de la historia de nuestro país a través de Ana, una costurera de un pueblo de Valencia casada y con una hija, que intenta sacar a su familia adelante junto a su marido (Roger Casamajor), que tiene un salario mediocre, en una época de necesidades y precariedad, sobre todo, para quienes como ellos pertenecen al bando de los perdedores. La situación se complica cuando su cuñado Antonio (Enric Auquer), tocado psicológicamente, es liberado y regresa a casa para poco después casarse con Isabel (Ana Rujas), una española que acaba de volver de Londres.
“Tres meses antes de empezar a rodar, estuve aprendiendo a coser. Además, aunque a mí me gusta cocinar, practiqué haciéndolo con pocos ingredientes, como en la película. También vi muchas películas de referencia y sobre todo leí muchos libros que me indicó Celia’’, cuenta la actriz, a quien ya pudimos ver en otra gran adaptación de época, ‘Los renglones torcidos de Dios’. “Leí ‘Nada’, de Carmen Laforet. Ese lo cogí sin hablarlo con Celia, y cuando se lo enseñé me dijo: ‘Perfecto’. También ‘Usos amorosos de la posguerra española’, de Carmen Martín Gaite, que retrata muy bien toda la sociedad de entonces’’, añade. Otra fuente de inspiración ha sido su casa: “Todo lo que me contaron, lo que escuchaba…”. Y aunque no se ha fijado en nadie en concreto, comenta: “Imagino que te inspiras inconscientemente en la gente que conoces. Mi abuela, por ejemplo, era como mi personaje, cocinaba todo el tiempo y había trabajado desde muy pequeña. Pero también era muy moderna, como Isabel. Era una mezcla de las dos”.
Sobre la relación entre su personaje y el que interpreta Ana Rujas, con quien ha coincido en ‘8’, lo nuevo de Julio Medem que también ha pasado por Málaga, Mauleón comenta: “Podría envidiarla, pero es que en realidad lo que Ana siente por Isabel es admiración, a pesar de que hay muchas cosas de ella que no comprende, que no puede justificar y que le sorprenden. A Isabel le ocurre lo mismo, trata de llegar a Ana, pero no se entienden porque son completamente diferentes, polos opuestos, y viene de que una se permite cosas a la otra jamás se permitiría. Ana está siempre contenida, muchas veces ni siquiera se da cuenta. Su prioridad es cuidar, ser el pilar de la familia, y solo en algún momento parece que baja la guardia y se vuelve una niña…, como en una escena que tiene con unos pantalones de Isabel”.
La actriz no puede evitar hacer una reflexión sobre la película: ‘’Al final nos muestra de dónde venimos, esos silencios, por qué anulamos nuestros deseos para complacer al resto, creo que eso nos lo han metido en vena y lo seguimos llevando, aunque se va allanando el camino”. Salvando las diferencias, en la conversación se menciona también la premiada serie ‘Querer’, de Movistar Plus+, y que retrata el acoso continuo y prolongado al que se ve sometida una mujer dentro de su propio matrimonio: “Han sido dos proyectos preciosos en los que me he implicado muchísimo. ‘Querer’ ya nos ha dado muchas alegrías. Y con ‘La buena letra’, bueno, nunca se sabe lo que va a pasar, pero a mí ya me ha dado toda la felicidad, estoy colmada. En este trabajo he entregado mucho de mí sin ser consciente. Y la ‘culpable’ ha sido Celia, es lo más bonito que te puede pasar como actriz, tener a una directora que te mira como ella lo hace, que confía en ti y en la que tú puedes confiar. Con ella voy al fin del mundo. Bueno, y con el resto del equipo, que no lo quiero reducir todo a ella”.
Junto a ella en ‘La buena letra’, Enric Auquer, su cuñado en la ficción, que describe a su personaje como “un ser disruptivo, herido, destrozado. No sabe muy bien lo que quiere, un tipo culto y fantasioso con una ideología y unos valores éticos con los que la guerra acaba. Hacerse cargo de todo ese dolor provoca que tire hacia delante rompiendo con todo, y eso causa mucho daño a la familia. La película no es dogmática, no dice qué está bien o qué mal, cada personaje tiene derecho a hacer lo que quiera, pero a mí me parece que el mío es un poco el retrato de esa España desvirtuada que ya no recuerda, que de repente se olvida del colectivo, que ya no nos cuidamos entre nosotros, es un poco la prevalencia del individualismo”.
Auquer se acercó a la historia poco a poco: “Leí el libro para descubrir qué le interesaba a Celia de todo lo que allí se contaba, de la poética de Chirbes, quería entender las dos miradas. Y las dos me han gustado mucho”. De la cinta destaca cómo retrata la realidad a través de unos personajes que sufren: “Se desarrolla en la intimidad de una casa, en la que hay miseria, pobreza, heridas… Se habla de dignidad, de renuncia también, de cómo se sustentan las relaciones afectivas con todo eso. El trabajo de Loreto es de una sutileza … hay que fijarse en los primeros planos preciosos, en los que con su mandíbula describe cómo su personaje aguanta todo lo que le echan. Creo que la película es muy bella”.
Y, buceando en su memoria, Enric encontró muchas similitudes entre el personaje de Ana Rujas y una mujer que, cuando era pequeño, lo acogió como si fuera su nieto: “La María, yo la llamaba Ia, era una señora de campo de manos ásperas, que tenía el carácter firme, tranquilo y perseverante de Ana, y que me quiso sin esperar nada a cambio. Es uno de los amores más puros que he tenido, quizá porque ya no está”.
Director digital de Fotogramas.es y el español vivo que ha visto y ve más cine español. Se mete 1,7 películas al día y escribe sobre ellas 40 horas a la semana desde hace 20 años. Y no solo cine patrio. Desde los títulos más indies hasta los blockbuster imprescindibles o lo más selecto de los festivales internacionales. Todo vale para alimentar su inagotable ansia cinéfila. Y, por supuesto, sin dejar de lado las series de televisión.
Por su grabadora ha pasado todo el ‘star system’ español… y gran parte del internacional. Desde que se licenció en Periodismo allá por… Bueno, desde que se licenció en Periodismo, ha trabajado en varias cabeceras de Hearst, como TP, Supertele o Teleindiscreta, antes de aterrizar en Fotogramas, curiosamente, la revista que le empezó a despertar su pasión por el séptimo arte desde bien pequeñito.
También es actor pero, a la espera del Goya Revelación, está felizmente encasillado en su papel.
