El laborista Keir Starmer ha heredado de anteriores Gobiernos conservadores del Reino Unido un ejército al límite de sus posibilidades, tanto en armamento como en munición o número de soldados. Pero sabe, como sabían otros primeros ministros del Reino Unido antes que él, que la capacidad de disuasión nuclear convierte a su país, junto a Francia, en un actor fundamental en la defensa de Europa. Eso ha motivado la decisión fundamental, incluida en la nueva Evaluación de Defensa Estratégica anunciada este lunes por Downing Street, de construir una nueva generación de submarinos nucleares. Serán 12 en total. En palabras del primer ministro, se trata de convertir al Reino Unido en un país “en proceso de preparación para la guerra”.
El Reino Unido dispone actualmente de una flota de nueve submarinos, siete de los cuales de la clase Astute, que transportan misiles balísticos Trident, patrullan las aguas constantemente con un secreto máximo respecto a su localización y constituyen el grueso fundamental de la disuasión nuclear británica.
Starmer ha anunciado la construcción, antes de que termine la próxima década, de una docena de submarinos SSN-AUKUS, como parte del programa AUKUS en el que el Reino Unido participa junto a Australia y Estados Unidos. Esta alianza está en el centro de un esfuerzo de rearme por parte de Londres que incluye, además, el recién firmado acuerdo de colaboración en materia de defensa con la UE.
“La amenaza a la que nos enfrentamos hoy es mucho más seria, más inmediata y más impredecible de lo que nunca fue durante la Guerra Fría”, ha dicho Starmer durante una visita a Escocia, donde tienen su base operativa los submarinos nucleares. “Nos enfrentamos a una guerra en Europa, a nuevos riesgos nucleares, a ciberataques diarios, a una creciente ofensiva agresiva rusa en nuestras aguas y amenazas en nuestros cielos, con acciones temerarias que acaban incrementando nuestro coste de la vida, provocan dolor económico y golpean sobre todo a las clases trabajadoras”, ha dicho el primer ministro británico.
La estrategia de defensa publicada señala a Rusia como un claro enemigo, y contempla la posibilidad de un ataque militar ordenado por Moscú. Respecto a China, sin embargo, el documento retiene el lenguaje diplomático utilizado por la mayoría de países de Occidente, al hablar de “un desafio sofisticado y permanente”, más que de un enemigo.
Los submarinos se construirán en los astilleros de Barrow and Raynesway, en la localidad de Derby, y la previsión señala que podría producirse uno cada 18 meses.
18.000 millones para disuasión
El Reino Unido destinará además cerca de 18.000 millones de euros a asegurar la continuidad de la llamada Disuasión Nuclear Continua en el Mar, el programa por el que hay una presencia constante y secreta de al menos un submarino patrullando bajo las aguas. Cerca de 9.000 personas dependen de este programa.
Starmer se compromete además a modernizar las infraestructuras del llamado Establecimiento de Armas Atómicas, con un impulso al programa de fabricación y adquisición de cabezas nucleares.
La nueva estrategia de defensa, preparada por el ex secretario general de la OTAN George Robertson, abandona definitivamente un planteamiento de décadas en el que el Reino Unido era una fuerza de intervención en misiones en el exterior, para centrarse en la defensa del territorio nacional, y “prepararse para la guerra”. Con ese propósito, el documento reclama un reforzamiento de la seguridad en la zona euro-atlántica, bajo el paraguas de la Alianza.
El primer ministro británico ha hecho suyo el mensaje central de Robertson, al emplear la expresión de poner al Reino Unido “en proceso de preparación para la guerra”.
El Gobierno de Stamer se compromete a incrementar considerablemente las reservas de munición existentes, con la adquisición, entre otras operaciones, de hasta 7.000 unidades de armamento de largo alcance. El nuevo compromiso supone destinar casi 1.800 millones de euros a la construcción de seis nuevas fábricas de munición.
La estrategia, que incluye 62 recomendaciones asumidas en su totalidad por el Ejecutivo, establece la creación de un nuevo mando para responder ante las amenazas cibernéticas y electrónicas, con la tecnología de inteligencia artificial en el centro del operativo.
Mejoras para las Fuerzas Armadas
Junto al refuerzo armamentístico, el Gobierno laborista se ha comprometido a mejorar las condiciones de vivienda y equipamiento de todos los miembros de las Fuerzas Armadas.
El nuevo Gobierno laborista ya anunció su compromiso de incrementar hasta el 2,5% (actualmente está en el 2,3%) la partida presupuestaria destinada a defensa en abril de 2027. Y redobló luego su apuesta, ante la presión ejercida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que Europa se rearme. Starmer anunció que el Reino Unido aumentaría la partida hasta el 3% en la próxima legislatura. El primer ministro, sin embargo, se resiste a poner una fecha concreta a ese compromiso, con unas cuentas públicas que hoy siguen muy presionadas por el débil crecimiento del país y el aumento del gasto público.