Alida Juliani
Madrid (EFE).- El ‘Puma’ rugió este miércoles con fuerza en su regreso a los escenarios de Madrid, tras años de ausencia por la enfermedad que le tuvo retirado de la música, y certificó que sus canciones siguen llenado el alma y los corazones de su público fiel que le prodigó infinitos aplausos desde el inicio al final del concierto.
No solo eran españoles los que abarrotaron el Teatro Circo Price de Madrid; en el recinto había venezolanos, argentinos, ecuatorianos, dominicanos, brasileños, mexicanos, chilenos, uruguayos y una multitud de nacionalidades que fueron saludando a medida que José Luis Rodríguez los iba reclamando.
Fue un concierto cargado de emociones, que explotaron desde el minuto uno, cuando antes de que el cantante apareciera en el escenario una proyección con fotos de su trayectoria desde muy joven atrapó los corazones de sus fans mientras sonaban las notas de la que fue la primera canción de la noche: ‘No soy yo’.
El ‘Puma’ salió al escenario enfundado en un smoking, con pajarita, y dispuesto a cautivar a su público al que se dirigió constantemente entre canción y canción, para hablar con él de los malos momentos vividos en los últimos años, de la necesidad de retomar el contacto con ellos, de la fe, de Dios, de la amistad, de la vida y de un sin fin de temas sobre los que reflexionó.
Y fue correspondido en todo momento por unos seguidores fieles entregados, que le hablaban, le gritaban que lo merecía todo y le agradecían su regreso a los escenarios con aplausos constantes, levantándose de sus asientos y cantando a voz en grito sus mayores éxitos.
Entre ellos, ‘Dueño de ti’, ‘Amante eterna’, de Manuel Alejandro, al que mencionó en varias ocasiones, o ‘Atrévete’, temas de toda la vida que José Luis Rodríguez intercaló con rancheras, como ‘No volveré’ o ‘Échame a mi la culpa’.
Entre sus fieles, el ‘Puma’ levantó de sus asientos a Rocío Carrasco, hija de su gran amiga Rocío Jurado, a quien agradeció su presencia y pidió verla al término del concierto.
Hubo gente que le reclamó el saludo por haber viajado de propio desde Inglaterra para verlo en Madrid, una plaza a la que volverá, dijo emocionado, en junio, pues se le quedó muy pequeña esta gira española que le ha llevado también a otros lugares como la ciudad gallega de Vigo o Tenerife, en las Islas Canarias.
Su ferviente fe, de la que ha hecho gala siempre, especialmente después de haber sido trasplantado hace unos años de los dos pulmones, quedó patente en una conversación con su público.
«La fe es la convicción de lo que tu no ves. Yo soy un eterno agradecido de Dios. Tengo dos pulmones prestados, llevo siete años de vida gracias a ese donante y espero llegar a mas si Dios me lo permite», dijo aclamado entre aplausos.
Por eso, quiso agradecer «por las pequeñas cosas», y animó a la gente a hacer lo mismo.
Con uno de sus grandes éxitos, ‘Voy a perder la cabeza por tu amor’, llegó el éxtasis a las gradas, que se entregaron totalmente a la letra y música que el ‘Puma’ interpretó de pie y mirando firme a su público, como casi en todo el concierto, dejando patente que sigue pletórico de fuerzas.
Con ‘De punta a punta’, tema que definió como uno de los que consiguieron subir la natalidad en Latinoamérica, logró uno de los aplausos más prolongados de la noche, con el público incapaz de sentarse.
«Dios ha sido bueno conmigo», dijo José Luis Rodríguez, quien sintió que el tiempo del concierto en Madrid es un «pedacito que le robó a la vida».
«Mi corazón se infla de amor y de agradecimiento», dijo, y «es porque te lo mereces», le gritaron.
La apoteosis final llegó con un ‘Puma’ en camisa, en pie y cantando sus dos temas más emblemáticos: el ‘Pavo Real’ y ‘Agárrense de las manos’.
Con el público entregado tuvo que salir de nuevo al escenario para redondear una noche en la que dio y recibió el cariño cosechado desde hace muchos años.