Actualizado Martes,
21
enero
2025
–
20:21
No han querido esperar más. Desde el pasado viernes se estaban cuadrando agendas, tanto por parte de PSOE y Junts como del mediador internacional, el diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez. La cita se celebró este lunes, apenas 72 horas después de que Carles Puigdemont advirtiese a Pedro Sánchez de que «el riesgo de ruptura es real» y decidiera suspender negociaciones sectoriales con el PSOE, dejando fuera eso sí el diálogo para el traspaso a Cataluña de las competencias de inmigración, y anticipase que hoy por hoy, no está dispuesto a hablar de los Presupuestos. El encuentro fue en Waterloo y no en Ginebra como es habitual. Fuentes conocedoras de los contactos señalan que estuvo envuelto en la tensión y las discrepancias de los últimos meses. De hecho, se prolongó durante varias horas ante la falta de acuerdos.
La delegación de Junts estuvo encabezada, como es habitual en este tipo de encuentros fuera de España, por Carles Puigdemont, mientras que por parte de los socialistas acudió el interlocutor habitual, Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, acompañado del ex presidente Zapatero, convertido en un interlocutor ya habitual cuando la relación está en un punto de no retorno. Después de que los independentistas lanzaran su ultimátum el viernes, no se quiso dejar pasar más tiempo. Mientras la percepción en Junts es presionar para ver si logran algunas de las promesas pactadas o deciden tensar más, sino romper el hilo que une Madrid con Waterloo, los socialistas respiraron aliviados después de escuchar la intervención del prófugo de la Justicia, porque entienden que tensó pero no rompió. Y a eso se aferran en el Ejecutivo para tratar de encauzar una relación de la que depende, sino en toda, en gran medida el futuro de la legislatura, sino de España.
En este momento decisivo, Pedro Sánchez canceló ayer toda su agenda prevista para la noche de este martes nada más llegar al Foro Económico y Social que se celebra en la localidad suiza de Davos.
En La Moncloa esperaban una escalada dialéctica y movimientos ayer por parte de Puigdemont. Fuentes gubernamentales señalaron este martes que hay «conversaciones» con Junts y que se está «avanzando» en el diálogo de cara a las votaciones de tres decretos del Ejecutivo hoy en el Congreso. Esta tesis chocaría con el planteamiento lanzado por Puigdemont, que suspendió negociaciones sectoriales con el PSOE y trasladó que no le vinieran a pedir los socialistas hablar sobre un decreto impulsado por el Consejo de Ministros.
Es importante prestar atención al calendario. Este miércoles se vota en el Congreso la convalidación de tres decretos. Entre ellos, uno omnibús que incluye medidas como la revalorización de las pensiones o la prórroga de las ayudas al transporte público -y que el Gobierno ve peligrar seriamente-; o el de un nuevo gravamen temporal sobre las empresas energéticas para 2025, para el cual Junts y el PNV ya han anticipado su rechazo y así lo recalcaron los independentistas el lunes. El último texto que se vota es para compatibilizar la pensión con un empleo, que apoyará el PP.
Esta nueva tensión se originó cuando el PSOE decidió no tramitar la iniciativa de Junts sobre una cuestión de confianza a Sánchez. El consenso en el Gobierno es que hay margen para reconducir la relación con Junts y sostener la gobernabilidad y rechazan las acusaciones de incumplimiento. «Hay cosas que no dependen sólo del Gobierno», exponen fuentes gubernamentales, en alusión a que el TS no aplique la amnistía a Puigdemont. Y piden paciencia: «Hay que sentarse y hablar y, a veces, no se avanza».