Chicago (EFE).- El obispo de la Arquidiócesis de Chicago, Lawrence Sullivan, reconoció este jueves una «sensación de orgullo» en la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, originario de esa ciudad, como el nuevo papa, pero recordó que, «primero y sobre todo, es hijo de Dios».
En una primera reacción a los medios, Sullivan señaló que «el sucesor de San Pedro ha sido elegido y no importa quién era esa persona, porque iba a ser una fuente de gran alegría y de gran felicidad», quitando valor a su nacionalidad, y matizando a su vez que tampoco es «el sucesor del papa Francisco».
«Aunque hay una sensación de que estamos orgullosos de que sea de Chicago, orgullosos de que sea el primer papa de Estados Unidos, claro que hay una sensación de orgullo, pero primero y sobre todo es hijo de Dios y está aquí para servir a todos los hijos de Dios», explicó desde la catedral del Santo Nombre.
La reacción en Chicago a la elección del papa León XIV
«El pueblo de Dios no está confinado por límites nacionales: no es un estadounidense, es un hijo de Dios», declaró.
Sullivan describió a Prevost como «un hombre amable, bondadoso, devoto y espiritual que ha hecho todo lo que está en su poder para servir al Señor y al pueblo de Dios», con un «gran liderazgo» alimentado por sus experiencias vitales, desde su nacimiento y educación en Chicago hasta su misión en Perú.
«Sirvió muchos años en Perú, así que tiene un conocimiento cercano y real de lo que significa servir a los pobres», afirmó el religioso, para quien el nuevo papa trae «un gran abanico de perspectivas» que harán «más fuerte» a la Iglesia Católica, incluyendo su trabajo con la institución cristiana a nivel «global».
«Trabajo de cerca con Francisco»
Sullivan destacó que Prevost «trabajó de cerca con el papa Francisco» enfatizó que este «no tiene una agenda» (política) y confió en que llevará a la Iglesia en la «dirección adecuada», argumentando a ese respecto que el nuevo papa «tiene una misión, un plan y una visión, como tienen todos los líderes».
En ese sentido, valoró que «es importante que el papa levante la voz por aquellos que no pueden hacerlo», opinó que el papa Francisco «se preocupó por aquellos que viven en las trincheras» y dijo: «Sospecho con fuerza que el papa León hará lo mismo: dar voz a los que no tienen voz, esa es nuestra responsabilidad».