Ha estallado la primavera en la capital y con ella se abre la temporada de caza del Real Madrid. El principio de la época en la que le asoman los trofeos al equipo de Carlo Ancelotti es también la última gran opción del curso para la Real Sociedad, que visita esta noche el Bernabéu (21.30, La1) en la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey con la desventaja del 0-1 de la lejana ida, hace más de un mes en Anoeta.
El equipo donostiarra ha visto ya evaporarse el sueño de la Europa League al caer en octavos contra el Manchester United y en la Liga navega fuera de los puestos que conducen a las competiciones continentales de la temporada que viene. La creación de Imanol Alguacil ha ido desinflándose a medida que perdía efectivos estructurales. Los últimos, Mikel Merino y Robin Le Normand. Hace dos cursos terminaron cuartos, el pasado jugaron la Champions y acabaron sextos y este bracean en décima posición inmersos en un grupo de cinco equipos apretados en cuatro puntos (Rayo, Mallorca, Celta, Sevilla y Getafe) que buscan atrapar la séptima plaza. En ese ligero declinar, la visita al Bernabéu aparece como una oportunidad deslumbrante para Alguacil, quizá incluso la última para él: “Mariposas hay”, dijo ayer el técnico de la Real. “Puede ser una noche mágica, histórica y para el recuerdo. Y yo por lo menos la voy a soñar, y la vamos a pelear”.
El panorama se contempla de manera distinta desde el banquillo de al lado. El Madrid mantiene todavía abiertas la posibilidades de ganar la Copa del Rey, la Liga, la Champions y el Mundial de Clubes. Más que nunca con Ancelotti a estas alturas de curso. “Estar muy cerca de la final me motiva a mí, motiva a los jugadores y motiva al club. Es un logro jugar una final de cualquier competición. Y por el hecho de que estamos muy cerca, tenemos una pequeña ventaja y que tendremos el apoyo de nuestra afición, nos motiva aún más”, dijo el italiano, que se asoma a la oportunidad de lograr algo inédito en el club, sumar la tercera Copa en el banquillo.
Una batalla de ilusiones en la que Alguacil parece poner más énfasis pese a la desventaja con la que parte su equipo. “Yo tengo mucha presión, porque yo lo que quiero es jugar la final, y estamos a un partido”, dijo. “Tengo mucho que perder, porque no pasar mañana sería no estar en la final, y queremos jugar una final”. Sobre todo, explicó, por poder jugarla con su afición, después de ganar en 2021 la edición aplazada en un estadio vacío. Alguacil ha insistido a sus futbolistas en que la distancia es mínima: “Les he hecho ver que no hemos estado lejos de ganarles en los dos partidos en los que nos hemos enfrentado esta temporada. Los dos los hemos perdido, pero hemos estado muy cerca”.
Enfrente se encontrarán un Madrid con una diferencia esencial respecto al de la ida: estará Mbappé, que faltó en San Sebastián por un problema con una muela. Y llega lanzado. Ha igualado ya los 33 goles que anotó Cristiano Ronaldo en su primera temporada en el Madrid. Alguacil cree que el francés les obligará incluso a más: “Si por algo se han caracterizado ellos es porque muchas veces haciendo muy poco, son capaces de hacer goles”.
El equipo de Ancelotti sigue adelante pese a no haber encontrado su versión más redonda, algo que no inquieta al italiano: “El Barcelona juega un fútbol muy bonito, con intensidad. El Madrid juega un fútbol distinto, pero con mucha calidad”, dijo. “A mí me encanta cómo juega el Real Madrid. Hace tres años que me encanta”. Este avance del Real pese a las dudas lleva a Alguacil a señalarle como favorito. Y sin embargo: “He visualizado que podemos ganar y estar en la final”. Ya los eliminó de la Copa en el Bernabéu ganando 3-4 en febrero de 2020.