La economía española es la menos afectada entre las grandes de la Unión Europea por la guerra comercial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha puesto cifras a ese impacto en su informe anual sobre la economía española. Con algunas salvedades, calcula un impacto de una décima en el producto interior bruto (PIB) por cada 10 puntos porcentuales de aranceles de Estados Unidos a la UE. Además, el organismo recomienda al Gobierno intensificar y acelerar la reducción del déficit, para lo que reclama medidas de ajuste hasta 2031 por el equivalente al 2% del producto interior bruto (PIB), unos 32.000 millones de euros. Sus expertos reiteran sus consejos de suprimir tipos reducidos del IVA y aumentar los impuestos al gasóleo. También insisten en advertir del riesgo que implica la fragmentación política y en otras recomendaciones que ya habían avanzado en anteriores ocasiones.
“Cada aumento de 10 puntos porcentuales en los aranceles de Estados Unidos sobre la UE podría reducir el PIB de España en torno a un 0,1% a corto y medio plazo, sin tener en cuenta posibles no linealidades, nuevos picos de incertidumbre y perturbaciones en las cadenas de valor mundiales que puedan provocar cuellos de botella en el suministro”, indica el informe del Fondo.
“España está, por supuesto, expuesta a los aranceles, pero para simplificar un poco, aproximadamente está la mitad de expuesta que la media europea. Eso refleja en gran medida el hecho de que la exposición comercial de España a Estados Unidos, tanto directa como indirecta, es baja”, señala el jefe de misión para España del FMI, Romain Duval, en declaraciones a EL PAÍS.
Duval añade que la incertidumbre en torno a los aranceles en sí mismos, que ha sido muy alta en los últimos meses, también es perjudicial para la actividad económica, porque lleva a las empresas a adoptar una actitud cautelosa, especialmente en los sectores exportadores
La cuantificación de los riesgos de la guerra comercial es la principal novedad con respecto a ediciones del informe de anteriores años y al avance que publicó en abril, en el que elevó la previsión de crecimiento para España al 2,5% para este año, la mayor entre las grandes economías avanzadas del mundo.
El Fondo también va un paso más allá al recomendar al Gobierno que acelere la consolidación fiscal aprovechando la bonanza económica. Sin más acciones de política económica, el FMI proyecta que el déficit fiscal se reducirá solamente un punto porcentual, por el aumento de las cotizaciones a la seguridad social que están entrando en vigor y la no deflactación de la tarifa del IRPF.
“El Gobierno pretende reducir el déficit durante los próximos cinco años dos puntos porcentuales. Esos son los planes del Gobierno, así que para conseguir su propio objetivo, nuestra estimación es que el Gobierno tendrá que introducir medidas adicionales equivalentes al 1% del PIB. Encima de eso, lo que nosotros defendemos es que sería oportuno consolidar en tres puntos, lo que supondría dos más de lo que ocurriría de forma natural, y uno más del objetivo del Gobierno”, explica Duval.
El economista del FMI cree que hay que aprovechar que la economía va bien para tratar de reducir los riesgos asociados a la deuda, teniendo en cuenta que su nivel es alto y que las presiones de gasto a largo plazo en pensiones y sanidad están entre las mayores de Europa “Teniendo todo esto en cuenta, creo que ahora es realmente un buen momento para consolidar más rápidamente”, dice el jefe de misión para España del Fondo.
El FMI apuesta de nuevo por la armonización de los tipos de IVA y la subida del impuesto especial al gasóleo, pero con medidas compensatorias. “Hay margen para aumentar los ingresos en un 1,5 % del PIB y mejorar la eficiencia económica ampliando la base del IVA, limitando las exenciones y armonizando los tipos entre bienes y servicios, al tiempo que se compensa íntegramente a los hogares con rentas más bajas mediante recortes selectivos de la cuña fiscal sobre el trabajo o transferencias, según sea necesario”, dice el informe. Duval recomienda en particular un crédito fiscal al trabajo.
El documento señala que una estrategia de consolidación centrada en reformas fiscales que mejoren la eficiencia sería más favorable al crecimiento que medidas fragmentadas, como la no deflactación de los tramos del IRPF.
El informe insiste en recetas laborales como mejorar las políticas de activación y los incentivos financieros para los demandantes de empleo. Advierte de nuevo que la reducción de la semana laboral en el sector privado debe diseñarse cuidadosamente para mitigar los efectos adversos sobre la producción y la renta de los trabajadores. Reclama un papel importante para la negociación colectiva, incluso en la fijación del nivel y la remuneración de las horas extraordinarias.
En el frente laboral, se manifiesta en contra de encarecer el despido. “Para desincentivar los despidos excesivos, una alternativa mejor que aumentar los costes de despido sería introducir cotizaciones al seguro de desempleo más elevadas para los empleadores con mayor rotación de personal (lo que se conoce como ‘tarificación por experiencia’)”, dice el informe. Al tiempo, el FMI pide al sector público reducir la temporalidad en el empleo.
El FMI señala de nuevo como riesgo la fragmentación política interna, pero le quita hierro. “En este momento, no creo que sea un problema muy importante en España, el presupuesto ya se ha prorrogado y las cosas van bien, pero en un escenario adverso, en caso de que ocurriera algo negativo a la economía española, como un choque externo, podría convertirse en una preocupación”, dice Duval. Los problemas podrían presentarse si surgiera un riesgo de deuda soberana en Europa, aunque se origine en otro lugar, que se extienda a España. “Eso justificaría tranquilizar a los mercados con una consolidación más rápida y el problema de la fragmentación política interna es que dificultaría el logro de esta consolidación más rápida, precisamente porque sería difícil lograr una mayoría que la apoye”, explica.
En materia de financiación autonómica, el FMI recomienda que la regla fiscal nacional esté alineada con el marco de gobernanza de la UE y que incluya un mecanismo corrector reforzado. Cree que, como pasa con los países de la UE, los límites de gasto anual deberían diferenciarse por comunidad en función de su situación macroeconómica y su nivel de deuda.
El Consejo Ejecutivo del FMI ha aprobado el examen que cada año hace a España, como establece el artículo IV de su convenio constitutivo, con el procedimiento del Lapse of Time (LoT, paso del tiempo), sin someterlo a debate formal, lo que en sí es un indicio de que España no suscita grandes preocupaciones en el Fondo.
El informe reitera las previsiones anticipadas en abril, cuando el Fondo elevó la previsión de crecimiento del PIB español al 2,5%, lo que convierte a la economía española en la de mayor dinamismo entre las grandes economías avanzadas. Ni siquiera el apagón ha oscurecido los pronósticos. “El corte de electricidad de abril tampoco tuvo un impacto significativo en la actividad”, dice el informe.