El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tendrá que acudir hoy al Tribunal Supremo pero no para ejercer la acusación pública como fiscal en ningún procedimiento ni tampoco lo hará en su condición de autoridad del Estado para asistir a un acto institucional. Su citación es como imputado para responder ante el magistrado de la Sala Segunda, Ángel Hurtado, por un delito de revelación de secretos cometido presuntamente a través de la filtración de datos confidenciales del novio de Isabel Díaz Ayuso. Como investigado, García Ortiz no tiene obligación alguna de decir verdad ni tampoco de responder a todas las partes. Al contrario, puede acogerse a su derecho constitucional a no declarar si así lo estima conveniente. Es la primera vez en democracia que el máximo responsable del Ministerio Fiscal cruzará la puerta del Supremo para responder ante la posible comisión de un delito.
A continuación, EL MUNDO recopila los indicios que apuntan a García Ortiz como principal sospechoso de la revelación de secretos.
PETICIÓN DEL EXPEDIENTE
Fue la mano derecha de García Ortiz, el investigado Diego Villafañe, quien reclamó el expediente tributario y la denuncia de la Fiscalía contra la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, el empresario Alberto González Amador, desde la Fiscalía General del Estado. Villafañe pidió el día 7 de marzo a la fiscal jefe provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, también imputada en esta causa, estos datos. Como la documentación no fue remitida de forma completa, al día siguiente el teniente fiscal de la Secretaria Técnica volvió a pedirle a Rodríguez que se lo enviara de nuevo.
«PUBLICIDAD POR FGE»
El análisis del móvil de la fiscal jefe de Madrid realizado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil recoge un mensaje enviado por Pilar Rodríguez la mañana del pasado 13 de marzo a la fiscal jefe de la Secretaria Técnica, Ana García León, donde se apunta a que la filtración procede de la Fiscalía General: «El jueves me pidió las diligencias y le mandé todo. Así que imagino que después de analizarlas es cuando se ha dado publicidad por FGE», en referencia a Villafañe. Asimismo, en su declaración como testigo la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, confirmó que el expediente de González Amador había sido reclamado por la mano derecha de García Ortiz antes de que ningún periodista preguntara por el asunto: «A mí Pilar[Rodríguez, la jefe provincial de Madrid] no me dijo que le hubiera llamado un periodista. Me dijo que le había llamado Diego Villafañe», en referencia al teniente de la Secretaria Técnica.
RITMO FRENÉTICO
En uno de sus autos, el juez Hurtado destacó las «prisas por parte del fiscal general del Estado en recoger una determinada información. Tantas, que no puede esperar a la mañana siguiente», dijo el juez en referencia a «la dinámica de frenético intercambio de comunicaciones» entre García Ortiz y sus subordinados en la noche del 13 de marzo para conseguir la documentación sobre el novio de Ayuso. El magistrado subrayó la «relevante participación de este investigado en esa filtración, en la medida que fue la persona que dirigió los pasos que llevaron a ella, aprovechando la situación de superioridad que ostentaba sobre otros fiscales, que se prestaron a ponerse a su disposición». La realidad es que las prisas e insistencia de García Ortiz hicieron sacar al fiscal de Delito Económicos de Madrid, Julián Salto, de un partido de Champions. La dación de cuenta no podía esperar.
EL ENFRENTAMIENTO CON LASTRA
La fiscal superior de Madrid sospechó de García Ortiz como el filtrador del correo electrónico donde González Amador confesó haber cometido «ciertamente» dos delitos contra la Hacienda Pública. Lastra declaró en el TS que la mañana del 14 de marzo mantiene una conversación telefónica con el fiscal general donde, en tono de reproche, le dice: «Álvaro, ¿lo has filtrado tú?». La respuesta dada por García Ortiz fue: «Eso ahora no importa tienes que sacar… tienes que publicar ahora mismo la nota de prensa». Fueron momentos de máxima tensión. «Le digo, ‘Mira, Álvaro, ya he visto el Whatsapp. Ya sé que la tienes consensuada con Pilar [en referencia a Pilar Rodríguez, imputada también en el Supremo]. Yo no estoy de acuerdo con el contenido de esa nota y, por lo tanto, no voy a asumir la publicación», respondió Lastra a García Ortiz. «Si tú me ordenas, que me estás ordenando, que saque esa nota, saldrá como nota de la Fiscalía Provincial». La polémica nota de prensa fue enviada a los medios de comunicación sin membrete de la Fiscalía Superior de Madrid.
EL GMAIL PERSONAL
El instructor Hurtado considera «clave para la imputación» del fiscal general que el correo con la confesión del novio de Isabel Díaz Ayuso fuese enviado el 13 de marzo a las 21.59 horas a la cuenta de Gmail de Álvaro García Ortiz, procedente de la cuenta de correo oficial de la jefatura provincial de Madrid. Fue la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez, quien pidió al fiscal de Delitos Económicos Julián Salto, los correos intercambiados con la defensa de González Amador. Los medios próximos a García Ortiz sólo publicaron el mail de la confesión del novio de Ayuso después de que el mismo estuviera en poder del fiscal general del Estado, según destacó Hurtado.
CAMBIO DE MÓVIL
La UCO haya acreditado que el fiscal general del Estado cambió de móvil en plena investigación judicial, dato que en todo momento ocultó al juez instructor. Sin embargo, la Guardia Civil informó al Supremo de que «se habría producido un cambio de terminal telefónico» de García Ortiz el pasado 23 de octubre. Esto es una semana después de que se le abriera la causa al fiscal general y una semana antes de que se registrara su despacho por orden del Alto Tribunal. Asimismo, la instrucción puesto de relieve que García Ortiz usaba un único terminal telefónico (un Samsung Galaxy A54) que contenía dos tarjetas. Una estaba a su nombre como titular de la línea y otra, a nombre de la Dirección General de Racionalización y Centralización de la Contratación, dependiente de Hacienda. En el caso de la línea de Movistar se trata de su número de teléfono personal donde se intercambió mensajes con Pilar Rodríguez y también desde donde dio las órdenes a la fiscal superior Lastra. La actual fiscal jefe provincial de Madrid está citada a declarar como imputada mañana en el Supremo.
PROTOCOLO ‘FANTASMA’
Desde el entorno de García Ortiz justificaron el borrado y cambio de su móvil en aplicación de un protocolo de seguridad que la inmensa mayoría de fiscales asegura que no existe (tan sólo constan unas recomendaciones generales de actuación respecto a los dispositivos electrónicos). Así, por ejemplo, se lo explicaron los fiscales Lastra y Salto al magistrado de la Sala Segunda: que no hay ningún protocolo que justifique la actuación del fiscal general y que, además, cuando se hacen cambios de móviles la información relevante de los terminales se conserva. Por su parte, Hurtado ha pedido al delegado de Protección de Datos del Ministerio Fiscal, Agustín Hidalgo de Morillo, que aporte copia de los protocolos o normativa interna aprobada y existente en la institución de Ministerio Fiscal y, específicamente, en Fiscalía General del Estado, relacionados con el uso de teléfonos móviles y uso de email de todo tipo (particulares y corporativos) por miembros del Ministerio Fiscal. El juez también ha reclamado los móviles usados por García Ortiz e información sobre los formateos.