Paqui Sánchez |
Melilla (EFE).- Las leyendas han rodeado siempre al proyecto del edificio de las Misiones Católicas de África, el ‘sueño’ frustrado de Antoni Gaudí (1852-1926) en Tánger (Marruecos), antecesor de la Sagrada Familia de Barcelona. Una investigación revela que el coste económico tuvo la culpa.
Los profesores de Historia del Arte Antonio Bravo, cronista oficial de Melilla, y Sergio Ramírez, de la Universidad de Málaga, lo han podido confirmar después de trabajar durante meses en el Archivo Diocesano de Tánger, y este viernes expondrán algunas de sus conclusiones en una conferencia en el Instituto Cervantes de esa ciudad marroquí.
El profesor de Historia del Arte y cronista oficial de Melilla, Antonio Bravo, durante la entrevista concedida a EFE. EFE/José Manuel Giner
Dos años de investigación
En una entrevista con EFE, Bravo explica que el objetivo que se propusieron cuando empezaron esta investigación hace dos años era ‘arrojar luz’ sobre este proyecto, que nunca se llegó a materializar y del que solo se conserva una fotografía, ya que quedó destruido en un incendio. De ahí el misterio y la infinidad de teorías que lo rodean.
La imagen, firmada por Gaudí, muestra el ‘imponente edificio’, coronado por una decena de torres a modo de cúpulas puntiagudas que evocan las de la Sagrada Familia, proyecto posterior al tangerino, de finales del siglo XIX, que fue un encargo del marqués de Comillas al arquitecto catalán, ya consagrado en aquella época.
La idea era hacer realidad el deseo del padre Lerchundi, misionero franciscano, diplomático y ‘hombre realmente importante’ en aquel momento: agrupar en un mismo inmueble una iglesia, un convento y un colegio en Tánger, donde se había incorporado a la Misión Católica de Marruecos tres décadas antes.
Aunque finalmente no se ejecutó, la importancia de este proyecto es indudable porque, como señala Bravo, “es un antecedente clarísimo” de la Sagrada Familia de Barcelona, “un icono internacional” junto a su autor, Antoni Gaudí, al que el papa Francisco declaró este lunes ‘venerable’, el primer paso para reconocerlo beato y santo.
“Para entender la Sagrada Familia, habría que entender bien el proyecto de Misiones Católicas”, defiende Bravo. Por eso hay “una necesidad de conocimiento” en torno al proyecto frustrado que el conocido como ‘arquitecto de Dios’ creó para Tánger, sobre el que “se ha especulado muchísimo sobre cómo se hizo, por qué no se realizó, quién lo encargó, sus dimensiones o dónde se iba a construir”.
Incógnitas, en definitiva, que no se han terminado de despejar porque, pese a que muchos autores las han abordado, no lo han hecho acudiendo a la fuente primaria, que “es la que dice el grado de certitud de una cosa” y a la que se deben los investigadores.
La correspondencia entre los personajes
En busca de esas pruebas, y sin ánimo de corregir a otros autores, sino de “dar exactitud”, Antonio Bravo y Sergio Ramírez han analizado, transcrito y leído al completo la correspondencia entre los personajes que intervinieron en esta historia, que les han dado las claves para hacerse “una idea bastante clara” del aquel gran proyecto.
En aquellas cartas entre el padre Lerchundi y el padre Cervera, principales responsables de la Iglesia católica en Tánger en aquel momento, y los marqueses de Comillas y otros personajes secundarios, los investigadores han encontrado documentación que acredita que si el proyecto no se hizo fue por una cuestión económica.
“Ni usted ni yo lo vamos a ver”, dijo la marquesa de Comillas al padre Lerchundi en una de sus cartas que Antonio Bravo y Sergio Ramírez han encontrado en el archivo.
A ellas se unen otras de la secretaria de la asociación encargada de recaudar fondos de María Inmaculada para el proyecto, Clara Moreno, y una de las vocales, la condesa viuda de Bernard, que “son quienes finalmente terminan contando en sus cartas al padre Cervera que el proyecto no va a ver la luz y las razones, criticando cómo se estaba haciendo el proceso económico”, apunta Bravo.
Otro logro de la investigación es que han podido localizar el lugar donde se iba a construir el edificio de las Misiones Católicas de África, ya que el padre Lerchundi se encargó de comprar el solar antes de la construcción, como marcaba la norma.
Eso ha permitido a los dos investigadores concretar tanto la ubicación como las dimensiones que iba a tener el edificio, descartando que fueran “colosales”, como se ha llegado a decir.
El profesor de Historia del Arte y cronista oficial de Melilla, Antonio Bravo EFE/José Manuel Giner
¿Estuvo Gaudí en Tánger?
En cambio, Bravo y Ramírez no han conseguido determinar si Antoni Gaudí viajó a Tánger para este proyecto, a pesar de haber realizado una deconstrucción historiográfica de quienes han escrito sobre ello.
Las fuentes en las que se basan quienes afirman que sí estuvo “son siempre secundarias o terciarias”, no primarias como pudiera ser, por ejemplo, una carta o una referencia en la prensa. Tampoco hay influencias formales de Tánger en el proyecto.
Bravo cree que, en el fondo, da lo mismo si Gaudí estuvo o no en Tánger, porque “lo importante es el proyecto, la idea, lo que ocurrió, y que luego eso le inspiró a Gaudí, evidentemente, para hacer la Sagrada Familia”.
“Fue un sueño que posteriormente se materializó de otra manera, de una forma más grande y, ni siquiera, como decía la marquesa de Comillas al padre Lerchundi: ‘Ni usted ni yo lo vamos a ver’. En este caso, Gaudí no lo vio, porque falleció antes”, reflexiona el cronista oficial de Melilla.