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El Banco Mundial anima a los países en desarrollo a liberalizar el comercio frente a la guerra arancelaria

La guerra comercial contra el mundo declarada por Donald Trump nubla el horizonte económico global. El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, señaló este miércoles en una rueda de prensa en Washington que la mayor incertidumbre e inestabilidad lastrarán la economía mundial. “La incertidumbre conducirá con seguridad a un menor crecimiento del que se esperaba hace solo unos meses”, subrayó, sin llegar a cuantificar ese impacto porque, en su opinión, dependerá en gran medida del curso de las negociaciones comerciales. Al tiempo, animó a los países en desarrollo a rebajar los aranceles como una forma de compensar el nuevo proteccionismo estadounidense.

Banga suscribe la teoría económica consolidada según la cual los “aranceles más altos crean fricciones que conducen a una menor transparencia y crecimiento”. La incertidumbre global, explicó, está contribuyendo a un entorno económico y empresarial más cauto. Eso puede frenar las inversiones. Para el presidente del Banco Mundial es clave cómo se vaya resolviendo la guerra comercial. “Los países necesitan negociar y establecer diálogo sobre los asuntos comerciales. Cuanto antes, mejor”, señaló.

El Banco Mundial financia proyectos en los países en desarrollo. Estos tienen “un papel mucha más central en el comercio global que hace dos décadas”, resaltó Banga, que animó también a los países a reforzar sus lazos comerciales bilaterales y regionales como alternativa al comercio con Estados Unidos. “Existe un potencial sin explorar en una mayor integración regional”, aseguró. Abogó por una rebaja de aranceles en las economías emergentes: “Una liberalización generalizada en los países en desarrollo puede contrapesar el impacto de los aranceles recíprocos”, afirmó.

El presidente del Banco Mundial insistió en la importancia de generar empleo en los países en desarrollo, donde se espera que se incorporen al mercado laboral 1.200 millones de jóvenes en la próxima década, mientras que las previsiones de creación de empleo rondan los 420 millones de puestos de trabajo.

“Esa brecha no es solo un asunto económico. Yo creo que es un riesgo global porque sin oportunidades, las fuerzas de la fragilidad, de la inmigración ilegal y de la inestabilidad se vuelven más intensas”, argumentó Banga, que ha convertido la creación de empleo en el eje de la estrategia de lucha contra la pobreza del organismo hermano del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El presidente del Banco Mundial reconoció que el recorte de la ayuda humanitaria y al desarrollo puesto en marcha por el Gobierno de Trump tendrá un impacto en los países pobres. Sin embargo, ha dicho, “la ayuda al desarrollo es un método temporal de ayudar a los países con problemas, pero no la solución a largo plazo”.

Estados Unidos es el primer accionista del Banco Mundial, pero ha emprendido una deriva aislacionista en la que reniega de algunos organismos internacionales. Banga reconoció que hay incertidumbre sobre si el Gobierno de Donald Trump seguirá contribuyendo a las iniciativas del organismo, pero aseguró que hay conversaciones constructivas al respecto. “Estamos manteniendo un diálogo constructivo con la administración estadounidense. No sé cómo acabará, pero no tengo ningún problema con el diálogo que estoy manteniendo. Están haciendo las preguntas correctas y nosotros estamos tratando de darles las respuestas correctas“, indicó.

Banga explicó que si el Gobierno de Trump no cumpliera el compromiso de aportar 4.000 millones de dólares a la Asociación Internacional de Fomento (AIF) firmado el año pasado por su antecesor, Joe Biden, y algunos países europeos recortaran también los fondos prometidos, podría reducir la última ronda de financiación de 100.000 millones de dólares de la AIF a 80.000 o 85.000 millones de dólares. Esto seguiría siendo sustancialmente superior a los niveles anteriores a la pandemia, dijo.