Cuatro días después de la goleada contra el Arsenal, Carlo Ancelotti aún mascaba su desencanto tras ver el despliegue físico de su equipo tocar fondo en el Emirates. Desde que regresó al banquillo en 2021, el Real Madrid nunca había estado tan lejos del rival en distancia recorrida durante un partido, según los registros de la UEFA. Los 101,2 kilómetros cubiertos por su equipo suponían 12,7 menos que los 113,9 de los ingleses, es decir, un 11,1% menos. En ninguno de los 50 partidos de Champions anteriores del italiano se quedaron tan lejos del rival. El sábado trató de suavizarlo: “La distancia total siempre ha sido menos por las características de los jugadores que tenemos, pero a pesar de esto hemos ganado dos Champions”.
Y es cierto. En estos cuatro años solo ha habido cinco partidos en los que el rival no recorriera más que ellos: el Atalanta este curso, el Braga el anterior, el Chelsea en 2023 y el Paris Saint-Germain en los dos partidos de octavos de la temporada 2021-22, cuando el equipo que dirigía entonces Mauricio Pochettino juntó en su delantera a Neymar, Messi y Mbappé.
Es cierto que el Madrid ha corrido en los últimos años siempre menos que los rivales, pero la diferencia nunca ha sido tanta como en esta temporada en la que finalmente aterrizó Mbappé en el Bernabéu. Los tres cursos anteriores de Ancelotti mantienen la desventaja de manera constante en la Champions: en el 2021-22 recorrieron de media un 3,5% menos; en el 2022-23, un 3,5%; y en el 2023-24, un 3,3%. Sin embargo, es despliegue físico del Madrid ha perdido pie este curso de manera notable. La diferencia respecto a los rivales casi se ha duplicado: el Madrid ha cubierto de media en la Champions un 6,2% menos de kilómetros.
El desplome tocó fondo en Londres con ese 11,1% de diferencia respecto al Arsenal que se venía anunciando sin que surtieran efecto las llamadas al compromiso colectivo de Ancelotti. Antes de esa noche, el Madrid había registrado esta temporada otras tres que ahora completan el top 4 de la desventaja en el despliegue respecto a los contrarios, si se dejan al margen rivales tiernos como el Celtic en 2022 y el Salzburgo en 2025. En Lille corrieron el 8,9% menos, en la ida de octavos contra el Atlético el 7,6% menos y en la vuelta en el Metropolitano el 7,9%.
En esos años anteriores a los que Ancelotti se refirió el sábado, en los que el Madrid ganó dos Champions y alcanzó otra semifinal, su equipo contaba, al menos, con dos elementos de los que ahora carece. Por un lado, tenía a Toni Kroos, que sustentaba una estructura que le permitía gobernar partidos a través del juego sin necesidad de igualar el despliegue de los contrarios. Por otro, conservaba el suficiente empeño y capacidad como para no caer tan lejos en lo físico como esta temporada.
El pronunciado descenso del Madrid esta temporada contrasta también con el despliegue físico de su espejo natural (el Barcelona) y el de su rival en cuartos (el Arsenal). Mientras los blancos solo han corrido más que su oponente esta campaña en Champions en un encuentro (Atalanta, por apenas el 0,6%), los azulgrana lo han hecho en ocho de sus 11 partidos y los gunners, en diez de 11. El cuadro de Mikel Arteta no había logrado una diferencia tan amplia respecto a su rival como ante los merengues (11,1%). Su mayor brecha hasta la semana pasada era un 7,5% frente al Sporting de Portugal, una cifra muy por encima de lo habitual para los ingleses.
La excepción Benítez
Los kilómetros recorridos sitúan a este Madrid en el punto más bajo de un apartado estadístico que rara vez ha dominado en la última década. Desde que la UEFA ofrece una serie histórica completa y continuada (campaña 2011-12), los blancos apenas han superado a su rival en un 16% de los choques (27 de 166). Han dado igual los momentos del equipo, la dimensión de los rivales, los tramos de la temporada y, salvo alguna excepción, los entrenadores. No ha necesitado más y tampoco la desventaja había alcanzado la dimensión de este año.
En ninguna de las seis finales de Champions disputadas en este periodo (2014, 16, 17, 18, 22 y 24) ha acumulado más distancia que el contrario. Incluso, en la de 2018 contra el Liverpool en Kiev, la brecha respecto a los reds fue del 7,3%. Ramos, Marcelo, Kroos, Modric, Isco, Benzema, Bale y Cristiano levantaron la Orejona con 8,1 kilómetros menos que los muchachos de Klopp.
El curso anterior (2016-17), quizá la Liga de Campeones conseguida con más rotundidad de estas últimas, el Madrid solo sumó más distancia en dos partidos de 13. Ocurrió en cuartos contra el Bayern de Ancelotti, que se quedó con un hombre menos en el tramo final de ambos duelos y, pese a eso, las diferencias a favor de los blancos resultaron testimoniales: 0,25% más en la ida y 0,8% en la vuelta. No era la primera vez que una expulsión les llevaba a ganar en esta estadística: en ocho de los escasos 27 partidos que ha recorrido más kilómetros, el rival ha visto una roja.
Ancelotti, Zidane, Solari, Lopetegui y hasta Mourinho (en sus dos únicas temporadas completas de las que la UEFA ofrece registros) han visto a sus equipos correr menos. Solo ha habido una excepción: Rafa Benítez. De los seis encuentros que dirigió en la fase de grupos de la 2015-16, acabó por encima en cinco (en dos se benefició de una roja). Sin embargo, nunca hasta esta temporada la inferioridad respecto al rival había sido tan grande ni había contado con recursos menos preparados para salvar esta brecha. Los 101,2 kilómetros recorridos contra el Arsenal la semana pasada suponen la mayor desventaja (11,1%) de este ciclo de Ancelotti y la peor cifra total del Madrid desde los 100,9 de su enfrentamiento con el PSG en París en septiembre de 2019, cuando perdió por 3-0.