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El 70% de los nuevos empleos desde la pandemia se crearon en Cataluña, Andalucía, Madrid y Valencia y fueron para mayores de 50 años

La fuerte crisis de la covid-19 que azotó el mundo en 2020 cumple ahora cinco años, lo que representa un momento propicio para hacer balance de su impacto en los distintos aspectos de la economía y la sociedad. El mercado laboral español, desde entonces, deja una fotografía nítida de fuerte aumento de la ocupación, que crece en casi dos millones de personas, y gana en calidad. Pero los trabajadores nacidos en España envejecen con rapidez y pierden peso en el empleo total, que aumenta gracias a la inmigración. En este tiempo, casi tres de cada cuatro nuevos empleos se han generado en Cataluña, Andalucía, Madrid y Valencia y los han ocupado trabajadores mayores de 50 años.

Así lo resume el análisis Evolución de la ocupación y población activa en España 2019-2024. Detalle por comunidades autónomas, elaborado por los investigadores de Fundación de Estudios para la Economía Aplicada (Fedea), Miguel Ángel García y Fernando Pinto, con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Las principales cifras dejan un fuerte crecimiento del número de ocupados: a finales de 2024 tenían empleo 1,9 millones de personas más que a finales de 2019, lo que supuso un aumento del 9,5%; al tiempo se produjo una reducción del desempleo en 638.000 trabajadores. Y este comportamiento se produjo, según destacan estos economistas “en un contexto de intensa expansión de la población activa (con 1,3 millones de personas más en edad y disposición de trabajar) y de la resiliencia del tejido productivo”.

La principal conclusión de este estudio es que la distribución del nuevo empleo en estos cinco años ha sido geográficamente muy dispar, concentrándose en su mayoría en los territorios con más renta. Aunque todas las comunidades autónomas han ganado ocupados en estos años, en cifras absolutas, solo cuatro de ellas han concentrado el 70% de todo el nuevo empleo generado. En concreto, Cataluña ha absorbido el 20%, seguida de Andalucía (18,6%), Madrid (17,3%) y Comunidad Valenciana (14%).

El crecimiento del empleo en estas regiones, explica este trabajo, no solo refleja su peso demográfico (es lógico que sean las que más empleo crean porque son las más pobladas), sino también la existencia de mercados laborales más dinámicos, infraestructuras más desarrolladas y una mayor presencia de sectores intensivos en capital humano. Así, hacen otro análisis que determina qué mercados laborales han sido más intensos en creación de empleo, viendo cuánto ha crecido su ocupación desde 2019. Bajo este criterio, la Comunidad Valenciana ha sido el territorio más dinámico (con un avance de su número de trabajadores del 12,6%); seguida de Andalucía, con un 11,2% ocupados más; Cataluña (10,9%); Navarra (10,9%) y Castilla-La Mancha (10,6%). La Región de Murcia (+9,8%), el Principado de Asturias (9,6%) y la ciudad autónoma de Ceuta (+9,6%) completan la relación de territorios con una mejora del empleo sobre su posición inicial superior a la media nacional (+9,5%). Mientras que, por el contrario, la Comunidad de Castilla y León es la que peor ratio ha tenido (con un crecimiento del 3,7%), seguida del País Vasco (5,1% ocupados más).

Asimismo, estos economistas añaden otra característica significativa del nuevo empleo generado y es que se ha apoyado fundamentalmente en la población inmigrante (extranjeros y con doble nacionalidad), que han cubierto también tres de cada cuatro nuevos empleos. De esta forma, las personas no nacidas en España han aumentado casi cinco puntos porcentuales su peso en el mercado laboral hasta llegar a ser uno de cada cinco ocupados (pasando de ser el 15,9% al 20,7% del total).

Además, la evolución del empleo ha reflejado un marcado envejecimiento de la población trabajadora, destaca Miguel Ángel García. Así, más de 74% de los nuevos ocupados desde finales de 2019 tienen más de 50 años, mientras que el segmento de 30 a 40 años ha reducido su presencia en el mercado laboral en casi 700.000 personas. Así, García precisa que el fuerte aumento de población activa de 1,3 millones de personas en disposición de trabajar en este periodo “se explica íntegramente con personas no nacidas en España”. De esta forma, el número de activos nacidos en España ha caído en 99.000 personas, mientras que la llegada de extranjeros (854.000) y de aquellos con doble nacionalidad (539.300) han más que compensado el descenso de los españoles de nacimiento.

Empleos de mayor cualificación

El comportamiento del mercado de trabajo en los últimos cinco años también refleja una mejora en la calidad del nuevo empleo, con cierto cambio hacia actividades de mayor cualificación: el 22,1% de los nuevos ocupados trabajan en el transporte, el almacenamiento, y la información y comunicaciones; y el 18% en la intermediación financiera, actividades inmobiliarias y servicios profesionales, científicos y administrativos. Por el contrario, el comercio y la hostelería muestran porcentajes menos intensos (9,3% del total), e igualmente la construcción (10,4%). Si bien, también el avance en la industria, más productiva, es moderado (9% del total). En cualquier caso, el estudio confirma la tendencia hacia puestos de mayor cualificación, “sobre todo entre los nacidos en España”.

Según explica García, los trabajadores extranjeros siguen asumiendo ocupaciones que exigen menores cualificaciones, “lo que compensa el poco interés de los nacidos en España por estos empleos y el progresivo abandono de la actividad de la generación de nacidos en el baby boom, que empiezan a alcanzar la edad de jubilación”.