Buscar

Dos asesinatos y un alguacil detective novelan la España en la que no se ponía el sol

Dos asesinatos y un alguacil detective novelan la España en la que no se ponía el sol

Álvaro Vega | Cabra (Córdoba) (EFE).- Diego de Paz, un alguacil que hace las veces de detective, soporta las pesquisas sobre la trama que el escritor e historiador José Calvo Poyato ha construido su nueva novela histórica, ‘Dueños del mundo’, en la que persigue poner en valor la figura de Felipe II, el rey castellano que logró tal dimensión de sus dominios que en ellos no se ponía el sol.

Para Calvo (Cabra -Córdoba-, 1951), esta etapa de la historia de España «si no es exactamente la más brillante, es de las más brillantes. Es el momento más glorioso en el imperio español que se extiende por los cuatro continentes que se conocían, que controla las rutas comerciales, los Tercios son imbatibles militarmente y Felipe II impone incluso sus condiciones al Papa», ha indicado en una entrevista con EFE.

«La imagen negra que nos han servido sus enemigos» sobre Felipe II es una de las razones para que José Calvo haya elegido este episodio de la historia para la novela.

Esta visión es la que dieron «aquellos que sabían que en el campo de batalla tenían las de perder y, por lo tanto, ganaron la batalla del relato».

En su opinión, «Felipe II, que tiene sombras, evidentemente, tiene también luces, es el monarca más poderoso de su tiempo y tiene que tomar decisiones a veces controvertidas».

‘Dueños del mundo’ (Harper Collins, 2025) comienza con la aparición de un cadáver. Se trata de «un boticario que tiene fama de alquimista al que han torturado salvajemente», porque «algo querían arrancarle».

El escritor e historiador José Calvo Poyato con su nueva novela histórica, ‘Dueños del mundo’, durante una entrevista con EFE. EFE/Salas

Felipe II y la alquimia

Felipe II creía en la alquimia. Este es un hecho histórico, ya que «pensaba que se podían convertir los metales viles en nobles, lo que le hubiese solucionado muchos de sus problemas económicos», ha concretado el escritor, que supera la veintena de novelas históricas y también las cuatro docenas de libros cuando se incluyen sus ensayos históricos.

La muerte del boticario se conecta con otro asesinato, este histórico, el de Juan de Escobedo, el secretario de don Juan de Austria, y las pesquisas que realizará un alguacil llamado Diego de Paz, ha explicado el autor.

Las indagaciones de Diego de Paz «irán llevándole de un sitio para otro hasta ver si hay alguna conexión entre ambas muertes».

Detrás del relato de la novela aparece también Antonio Pérez, el secretario de cámara de Felipe II, la princesa de Éboli, el mundo de la alquimia y el Madrid de la época. Se trata de una capital que «crecía tan deprisa, que no construían viviendas para tanta gente como llegaba. Ese problema no es tan antiguo, también ha llegado nuestros días», ha reflexionado José Calvo.

Como en todas las ficciones históricas del escritor egabrense, el trabajo tiene una «parte histórica>», un sustento en la realidad que en ‘Dueños del mundo’ «se centra en la incorporación de Portugal a la Monarquía Hispánica en tiempos de Felipe II».
La sustitución en el trono de Portugal

Rey de Portugal

Aquí, José Calvo presenta cómo la muerte del rey Sebastián de Portugal en la de batalla Alcazaquivir, entre las tropas portugueses y las de la dinastía saadí, que gobernaba el Norte de África en 1578, «abrió la posibilidad de que Felipe II, que era su tío, se convertirse en rey de Portugal».

En todo caso, «la empresa no fue fácil», ha apostillado. «Los portugueses no veían claramente que un monarca castellano se convirtiese también en rey de Portugal» y llegaron hasta a crear «el mito del ‘sebastianismo’, como si don Sebastián no hubiese muerto, que había escapado con un grupo de caballeros y que aparecería en el momento adecuado reclamando su trono».

A juicio del historiador, «era una manera casi mítica de evitar que Felipe II se convierta en rey». A lo que se une «un debate jurídico muy interesante cuyos términos llegan hasta nuestros días. Era la preferencia que tenía la vía masculina sobre la femenina a la hora de heredar el trono».

Felipe II, que era uno de los tíos del rey portugués, esgrimió la preferencia masculina. Esta «llega hasta nuestra Constitución de 1978». Aunque la duquesa de Braganza, Catalina, defendía que ese supuesto derecho le llegaba a través de su madre. Mientras que a ella le venían por vía masculina, aunque terminó por renunciar a sus aspiraciones.

El escritor e historiador José Calvo Poyato posa con un ejemplar de su nueva novela histórica, ‘Dueños del mundo’, durante una entrevista con EFE. EFE/Salas

Un tercer aspirante

A ellos se unió un tercer aspirante al trono portugués, Don Antonio, el prior de Crato. Este unía que el derecho le llegaba por vía masculina y que era el hombre. Pero «era un bastardo, un hijo ilegítimo, lo que le privaba de cualquier derecho».

Pese a ello, ha concretado Calvo, «logró el apoyo de una parte importante del pueblo de Portugal. Y armar un ejército para enfrentarse a Felipe II».

Debate jurídico y enfrentamiento militar son solventados por los Tercios de la infantería española, mandados por el duque de Alba, que invaden Portugal y las Cortes portuguesas convierten a Felipe II en monarca, explica el autor.

Fue entonces, al incluir al imperio portugués en la Monarquía Hispánica, cuando en las posesiones bajo el gobierno de Felipe II «no se ponía el sol».

«Los españoles en la época se vinieron arriba. Llegaron a imprimir una moneda con una un lema en latín que decía ‘non sufficit orbis’. Esto venía a señalar que el mundo no les era suficiente. De ahí el título de la novela, ‘Dueños del mundo’”, ha subrayado Calvo. EFE